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Si no pueden encontrarte en Facebook es que algo tienes que ocultar
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Miguel Ayuso

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Si no pueden encontrarte en Facebook es que algo tienes que ocultar

Hace un par de años, mucha gente consideraba que tener un perfil con el nombre real en Facebook era algo propio de jóvenes incautos y despreocupados.

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Si no pueden encontrarte en Facebook es que algo tienes que ocultar

Hace un par de años, mucha gente consideraba que tener un perfil con el nombre real en Facebook era algo propio de jóvenes incautos y despreocupados. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Hoy en día la mayoría de los responsables de recursos humanos, psicólogos e, incluso, potenciales amantes, empiezan a sospechar de una persona cuando ven que no tiene un perfil en la red social.  

Se trata de un debate que ha ocupado las páginas veraniegas de muchos medios digitales internacionales, debido a un artículo de la revista alemana Der Tagesspiegel, en el que un psicólogo asegura que tener un perfil en Facebook, bajo tu nombre real, es un signo de que tienes un saludable círculo de amistades y compañeros. El reverso de la moneda es evidente, tal como apunta el rotativo británico Daily Mail: estar en Facebook es tan indiscutidamente normal que aquellos que no tienen un perfil en la red social pasan a ser justo lo contrario, anormales o, al menos, raritos.

Los jóvenes no deberían salir con nadie que no esté en FacebookLa columnista del magazine estadounidense Slate, Emily Yofee, ha llevado el debate al terreno de las relaciones amorosas, asegurando que los jóvenes no deberían salir con nadie que no esté en Facebook: “Si tienes una cierta edad y conoces a alguien con el que podrías acabar en la cama, y esa persona no tiene Facebook, quizás te esté dando un nombre falso. Puede servir como advertencia”.

Suena algo exagerado, pero no tanto como la conclusión a la que han llegado en el popular portal de agregación de noticias Slashdot, en el que aseguran que no tener Facebook podría ser la primera señal de que eres un “asesino en serie”, dado que dos de las últimas matanzas de este tipo –la del teatro de Aurora y la de la isla de Utoya– tuvieron como protagonistas a dos asesinos que no tenían perfil en la red social. Una conclusión del todo absurda –pues como apuntan en The Week, aunque ambos asesinos no tenían cuenta en el emporio de Zuckeberg, si tenían perfiles, por ejemplo, en Myspace– que pese a esto está difundiéndose como la espuma por la red.  

Una herramienta habitual de los empleadores

Si no tienes un perfil en la red social con tu nombre real es que puedes estar ocultando algo, y eso no gusta en las empresasDecir que la gente que no tiene Facebook es medio psicópata es una exageración, pero no es menos cierto, tal como ha apuntado Kashmir Hill en Forbes, que en los entornos empresariales “el hecho de no tener perfil en Facebook hace saltar las alarmas”. Lo cierto es que hoy en día la mayoría de los departamentos de recursos humanos rastrean la actividad digital de los posibles empleados y, lógicamente, Facebook es la primera red en que se fijan. Si no tienes un perfil en la red social con tu nombre real es que puedes estar ocultando algo, y eso no gusta en las empresas, que cada vez buscan tener más información sobre la gente que contratan.

Según una encuesta realizada por el portal de monitorización de redes sociales Reppler, un 90% de los empleadores visitan los perfiles de los candidatos a una oferta de trabajo como parte rutinaria del proceso de selección. Un 69% reconocen haber rechazado a un candidato sólo porque lo que encontraron en sus perfiles no fue de su agrado, casi el mismo porcentaje (un 68%) que asegura que el feedback positivo que encontraron en los perfiles de las redes sociales de los candidatos les animó a contratarlos. 

Hace un par de años, mucha gente consideraba que tener un perfil con el nombre real en Facebook era algo propio de jóvenes incautos y despreocupados. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Hoy en día la mayoría de los responsables de recursos humanos, psicólogos e, incluso, potenciales amantes, empiezan a sospechar de una persona cuando ven que no tiene un perfil en la red social.