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"Yo hacía las camas en los moteles, y eso es lo que me hizo triunfar"
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Iván Gil

Empecemos por los principios

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Iván Gil

"Yo hacía las camas en los moteles, y eso es lo que me hizo triunfar"

El llamado Sueño Americano ha tocado techo. Los sueldos de la clase media se han estancado y la distribución de la riqueza cada vez se polariza

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"Yo hacía las camas en los moteles, y eso es lo que me hizo triunfar"

El llamado Sueño Americano ha tocado techo. Los sueldos de la clase media se han estancado y la distribución de la riqueza cada vez se polariza más. Una situación que es fruto “de un mundo altamente competitivo y con nuevos desafíos, donde el trabajo duro y el sacrificio ya no son suficientes”. Esta es la visión de la empresaria Jennifer Openshaw, CEO de Family Financial Network y Finect y autora, entre otros libros, del exitoso The Millionaire Zone. A pesar de ello, no puede negar que su historia personal es todo un ejemplo de la promesa norteamericana de prosperidad económica.

Nacida en el seno de una familia humilde y desestructurada, apenas tuvo posibilidad de formarse más allá de la educación básica y, a los 15 años, comenzó a trabajar haciendo camas en un motel. Hoy en día dirige su propia empresa y asesora a varias de las firmas más importantes de EEUU. Sin embargo, cree que la situación presente es diferente a la que ella se encontró y, si no se cambian los esquemas mentales respecto a la economía y al mundo laboral, será imposible que sus compatriotas puedan replicar su meteórico ascenso social. El Sueño Americano todavía puede ser factible, pero primero hay que asumir las nuevas claves del camino del éxito.

Saber adaptarse

“Hoy en día es necesario ser extremadamente camaleónicos a los cambios a los que nos enfrentamos”, explica la empresaria. Para ascender profesionalmente no es suficiente con ser muy buenos en una sola tarea, sino que se deben combinar varios perfiles. “Las empresas ya no te contratan para realizar una función específica, sino que demandan gente flexible que pueda realizar diferentes tareas según las necesidades”. Cuántas más competencias se reúnan, más posibilidades habrá de alcanzar el éxito.

Adquirir una formación multidisciplinar

Para Openshaw es importante contar con un buen nivel formativo, pero orientado a las necesidades presentes. El verdadero espíritu empresarial y las habilidades laborales no se aprenden solo en el aula. Ella lo sabe bien, cuando consiguió ahorrar dinero retomó sus estudios y los compaginó con diferentes trabajos. Una experiencia laboral que le sirvió para reorientar mejor sus capacidades a las necesidades del mercado y adquirir un sano espíritu empresarial, dice, una oportunidad que “hoy en día los universitarios desaprovechan”. Si no fuese por ello, cree que tardaría muchos más años en desarrollar su perfil empresarial y, quizás, nunca hubiese podido alcanzar sus metas.Los esquemas mentales deben evolucionar paralelamente a las nuevas necesidades

De su experiencia como asesora de emprendedores ha aprendido que “el camino de los jóvenes para triunfar es artificialmente más largo porque se desentienden de la realidad laboral”. Las prácticas en empresas, comenzar a trabajar desde abajo y, hacerlo a la edad más temprana posible, aunque sin descuidar la formación, es una de las principales enseñanzas que Openshaw trasmite siempre a los jóvenes universitarios.

Buscar la independencia financiera lo antes posible

Directamente relacionada con el anterior punto, la independencia financiera es básica para poder emprender un proyecto empresarial propio. Lógicamente, cuánto antes se comience a trabajar más se podrá ahorrar para invertir en un negocio. El mercado laboral marca sus propios tiempos, es necesario escalar siempre desde abajo para construir un proyecto bien asentado y reducir el riesgo de fracaso. "Yo hacía hacía las camas en los moteles, y creo que eso es lo que me hizo triunfar. Nunca olvidaré el 'Don Carlos Motel', en Dana Point (una pequeña ciudad de California), donde tuve mi primer trabajo a los 15 años”.

Asumir más riesgos

Openshaw es consciente de que para tener éxito dentro del contexto económico actual, en el que el desempleo en EEUU se sitúa alrededor del 15% estancándose así el poder adquisitivo y la capacidad de consumo de un amplio sector de la población, se deben asumir unos riesgos mucho mayores que en los años de bonanza. Además se debe luchar también contra un cierto pesimismo entre los jóvenes, que va totalmente en contra de los rasgos de un buen emprendedor.Al escalar siempre abajo se construye un proyecto mejor asentado y se reduce el riesgo a fracasar

Si bien es cierto que “el nuevo mundo de internet y las tecnologías facilitan mucho las cosas porque cualquier persona con una buena idea de negocio, ya sea un producto o un servicio, puede lanzar su proyecto con unos gastos mucho menores. Las posibilidades de tener éxito se aceleran y multiplican gracias a la red, a la vez que los costos de poner en marcha una iniciativa disminuyen”. Como explicaba recientemente a El Confidencial el economista norteamericano Robert Wolcott: “Si sabes ver una buena oportunidad tienes que apostar por ella. Entiendo que es una manera diferente de ver la vida, pero no comparto que sea un riesgo, sino una manera de buscar el éxito”.

Reinventarse cada día y ser más creativos

En un mundo en constante evolución, el que se queda parado está muerto. Esta máxima hace reflexionar a Openshaw sobre el hecho de que debemos reinventarnos cada día, amoldarnos a la situación y saber mirar hacia el futuro en base a las nuevas exigencias y necesidades del mercado. “El éxito exige creatividad, no se trata solo de saber invertir, sino de estar preparados para asumir los inevitables cambios de la mejor forma posible”. Para ello, “hay que creer en uno mismo, saber que la vida no es fácil, pero estar atentos a las oportunidades que se nos presenten porque, si somos creativos, aparecerán tarde o temprano”.

Para explotar esta faceta de la creatividad, dice, no queda más remedio que “trabajar muy duro, esforzarse para ir adaptándose a las necesidades y, por supuesto, confiar en las capacidades de cada uno”.

El llamado Sueño Americano ha tocado techo. Los sueldos de la clase media se han estancado y la distribución de la riqueza cada vez se polariza más. Una situación que es fruto “de un mundo altamente competitivo y con nuevos desafíos, donde el trabajo duro y el sacrificio ya no son suficientes”. Esta es la visión de la empresaria Jennifer Openshaw, CEO de Family Financial Network y Finect y autora, entre otros libros, del exitoso The Millionaire Zone. A pesar de ello, no puede negar que su historia personal es todo un ejemplo de la promesa norteamericana de prosperidad económica.