“El cáncer que acabó con mi mujer nos ayudó a comprender qué es importante en la vida”

El pasado mes de septiembre, el editor de BBC Business Robert Peston, perdió a su mujer, la escritora Sian Busby, enferma de cáncer de pulmón, a los 51 años. Habían pasado cinco años desde que la autora fue diagnosticada con la enfermedad, un largo proceso que terminó de manera trágica el 4 de septiembre de 2012. Peston, un periodista muy respetado en su país, estuvo al lado de su esposa en todo momento, y tras la muerte de su mujer, recibió muestras de cariño de todo el país. Ahora acaba de publicar un texto en el que cuenta cómo fueron los últimos días al lado del amor de su vida.

El artículo, que ha aparecido publicado en primicia en las páginas de la revista Radio Times, será también el prefacio de la novela póstuma de su esposa, titulada A Commonplace Killing, que será emitida como un serial en Radio 4 durante el próximo mes de mayo. Peston señala que no sabía que su esposa había llegado a concluir su trabajo hasta que, un buen día, comenzó a revisar el manuscrito que su mujer había dejado, y en el que había estado trabajando hasta poco antes de su muerte. “No sabía, hasta que empecé a leer esa escritura tan familiar como la mía y a escuchar su voz en mi cabeza, que ella había llegado a terminar este trabajo exquisito”, explica el periodista.

Peston señala que la motivación para llevar a cabo su empresa y publicar el último trabajo de su mujer era “egoísta”. “Quería seguir hablando con ella, aún quiero”, reconoce actualmente. “No podía contener mis lágrimas mientras leía, descifraba y tecleaba. Con el cerebro entre tinieblas, la transcripción fue perjudicada por errores de ortografía y errores tipográficos. Todos ellos, míos. La prosa de Sian era tan acertada y transparente como siempre. Y valiente”.

Enseñanzas a través del dolor

En el presente texto, la primera declaración pública del autor sobre su esposa después de la muerte de esta, Peston arroja un rayo de esperanza a aquellos que se encuentren en una posición semejante aunque reconoce que, por ejemplo, fue “un monstruoso gasto de dinero para nuestra familia. La vida empezó a estar puntuada por terribles shocks y emergencias. A pesar de ello, todos los que la encontraron en algún punto de este sufrimiento encontraron a la Sian que todos habíamos conocido: solícita, comprensiva, ingeniosa, profunda y nada egoísta”.

El amor es como me siento yo con mi mujer“El cáncer no nos obsesionó, sino que nos ayudó a comprender lo que es de verdad importante en la vida; la familia, sobre todo, y además, un trabajo que te llene, amigos, belleza y diversión”, resumió el periodista. Peston califica esos años como “maravillosos” tanto para él como para sus dos hijos, a pesar de lo paradójica que pueda parecer dicha observación, dado que estaban a punto de perder a su esposa y madre. Pero ello les ha permitido afrontar sus vidas de manera muy diferente a como lo hacían en un pasado. No se puede negar que Peston es todo un romántico, ya que en el pasado había llegado a afirmar que su definición del amor era “como me sentía hacia mi mujer”.

Una historia a través de las décadas

Robert Peston conoció a la que pasaría a ser el amor de su vida cuando ambos eran adolescentes, aunque su relación comenzó mucho tiempo después. Busby ya admiraba al que sería su futuro marido desde que se conocieron, pero reconoce que este no se fijó en ella hasta la universidad, donde él iba un curso por delante. Sian conocía a Peston a través de su hermana, Juliet, y fue a través de ella como comenzó a salir por primera vez con su pareja, aunque la relación duró poco tiempo, ya que él consiguió un trabajo como colaborador en Bruselas.

Sus caminos volverían a cruzarse durante los años noventa, después de que Sian pusiese fin a su propio matrimonio. Años más tarde, Juliet tuvo un accidente y perdió la memoria, y fue durante el tratamiento de su amiga cuando volvió a reencontrarse con ella. Sian no pensó que Robert se fuese a fijar en ella, ya que se sentía muy mal consigo misma y no pensaba que alguien tan “guapo” y “exitoso” le interesase, pero no fue así y retomaron una relación que les daría, en los quince años siguientes, dos hijos y muchísima felicidad.