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Expulsadas de un centro comercial por llevar ropa contra el cáncer “ofensiva”
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Héctor G. Barnés

Empecemos por los principios

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Héctor G. Barnés

Expulsadas de un centro comercial por llevar ropa contra el cáncer “ofensiva”

El derecho de admisión, que permite a los propietarios y equipos de seguridad de los comercios decidir quién puede entrar y quién no en dichos centros,

Foto: Expulsadas de un centro comercial por llevar ropa contra el cáncer “ofensiva”
Expulsadas de un centro comercial por llevar ropa contra el cáncer “ofensiva”

El derecho de admisión, que permite a los propietarios y equipos de seguridad de los comercios decidir quién puede entrar y quién no en dichos centros, tiene unos límites regulados por la ley en todos aquellos países en que está implantado. Generalmente, estos suelen referirse a la discriminación por motivos de raza o sexo, aunque también aluden a las conductas inapropiadas que pueden ofender a los clientes, como es el caso de desórdenes públicos, blasfemia religiosa o lenguaje inapropiado.

Con este último punto está relacionada una noticia que acaba de salir a la luz en la ciudad norteamericana de Filadelfia, y que indica que tres hermanas fueron expulsadas de un centro comercial situado en las afueras de dicha localidad por portar sombreros en los que rezaba la leyenda “que le jodan al cáncer” (“fu*ck cancer”, ya que la palabra aparecía autocensurada con una cinta de tela). La noticia quizá no habría tenido mayor repercusión de no haber sido porque las tres mujeres habían perdido a su madre por un cáncer de mama el día inmediatamente anterior, a la edad de 51 años.

Las hermanas fueron rodeadas por siete guardiasNo sólo eso, sino que precisamente se encontraban en el centro comercial para comprar el vestido de luto para el funeral de su progenitora. Ello ha provocado que muchos hayan señalado la escasa sensibilidad del centro comercial a la hora de tratar con las jóvenes, que fueron sacadas del centro por los guardas después de que las tres hermanas (Makia Underwood de 32 años, Zakia Clark de 29 y Tasha Clark de 27) se negasen a quitarse dichas prendas.

¿Respeto o sensibilidad?

Robert Hall, el mánager del centro comercial, llamado King of Prussia, alegó que se trata de un centro destinado a las familias cuyo código de conducta no acepta las blasfemias, y que aunque enviaba sus condolencias a las jóvenes, defendía la actuación del cuerpo de seguridad. Otra de las críticas que se ha realizado a la organización del centro es que, aunque se utilizase un lenguaje objetivamente grosero, la causa de fondo por la que se estaba empleando (más allá de las circunstancias personales de las afectadas) no tenía nada de polémico, sino que sería ampliamente compartida por cualquier cliente de la tienda. Tanto más cuando su objetivo no era causar polémica sino concienciar a la gente sobre la enfermedad que acabó con la vida de su madre.

Zakia, la hija mediana, manifestó que la situación había sido “embarazosa” cuando los guardas se acercaron a ellas para solicitarles que retirasen la vestimenta. Entre otros factores, por la amenaza de llamar a la policía si no lo hacían y por el gran número de guardas (siete) que se acercaron a ellas. Además, manifestó que “que le jodan” es la única palabra posible que puede acompañar a “cáncer”. Como diversos columnistas estadounidenses han manifestado, quizás sea preferible establecer unas áreas grises respecto al código de comportamiento de los cuerpos de seguridad que permitan mostrar un poco más de empatía en casos como este.

  

El derecho de admisión, que permite a los propietarios y equipos de seguridad de los comercios decidir quién puede entrar y quién no en dichos centros, tiene unos límites regulados por la ley en todos aquellos países en que está implantado. Generalmente, estos suelen referirse a la discriminación por motivos de raza o sexo, aunque también aluden a las conductas inapropiadas que pueden ofender a los clientes, como es el caso de desórdenes públicos, blasfemia religiosa o lenguaje inapropiado.