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La joven canadiense que salvó la vida gracias a un 'tweet'
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Marta Jiménez Serrano

Empecemos por los principios

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Marta Jiménez Serrano

La joven canadiense que salvó la vida gracias a un 'tweet'

Probablemente muchos recordamos aún el escalofriante vídeo que publicó la canadiense Amanda Todd en internet poco antes de suicidarse. La niña habían sido acosada a través

Foto: Las redes sociales se han convertido en una plataforma efectiva para pedir ayuda. (Corbis)
Las redes sociales se han convertido en una plataforma efectiva para pedir ayuda. (Corbis)

Probablemente muchos recordamos aún el escalofriante vídeo que publicó la canadiense Amanda Todd en internet poco antes de suicidarse. La niña había sido acosada a través de internet, lo cual había derivado en otra serie de múltiples problemas, y terminó sufriendo tal ansiedad y depresión que decidió suicidarse. No sin antes contar su terrible historia. La publicación del vídeo en internet causó un revuelo tan grande que sacudió las conciencias de muchos: ¿se podía haber evitado el suicidio de Amanda? ¿Por qué nadie vio el vídeo? Y, si lo vieron, ¿por qué nadie respondió?

Lo que entonces fue una historia trágica parece que nos ha hecho aprender acerca del funcionamiento de internet y las redes sociales. La red alberga ingentes cantidades de superficialidad, pero es también la plataforma perfecta para las llamadas de atención y las peticiones de ayuda.

Esta vez la historia se ha escrito en sentido inverso. También en Canadá, una adolescente escribió en su Twitter que planeaba suicidarse, pero muchos usuarios a lo largo y ancho del globo se preocuparon por las intenciones expresadas en el mensaje y evitaron, finalmente, que la joven perdiera la vida.

La reacción popular y la actuación de la policía

La chica no ha querido ser identificada, pero publicó un mensaje en su cuenta de Twitter la noche del sábado diciendo: “Me voy a suicidar esta noche. Adiós a todos. Mi último deseo es que mis hermanos terminen el colegio y se hagan asistentes de emergencia”.

El mensaje lo leyeron miles de personas alrededor del mundo, entre las que se encontraba Christopher Wiggins, un periodista que se encontraba a varios kilómetros de la adolescente canadiense, en Washington DC.

“Simpatizo con la gente con depresión porque yo mismo he luchado contra ese tipo de sentimientos”, ha contado el periodista. “Lo peor que podía hacer era ignorar el mensaje”.

Evidentemente, Wiggins era consciente de que el mensaje podía no ser real, pero fue incapaz de dejarlo pasar. Por este motivo, rastreó el Twitter de la chica y comprobó que muchos de los mensajes precedentes dejaban entrever que no era feliz. El periodista pasó la noche hablando con la chica, cuya página en Twitter dice que tiene diecisiete años.

“Empecé con una simple pregunta: ‘¿Estás bien?’ ” cuenta Wiggins. “Después intenté implicarla en la conversación y ganarme su confianza”. Finalmente, el estadounidense le dio su número de teléfono, por si ella necesitaba hablar con alguien. Le dijo que la policía la estaba buscando, y muchísimas personas estaban preocupadas por ella. Apoyándola y consolándola, le pidió a la joven que le facilitase su número de teléfono y, en cuanto ella lo hizo, avisó a la policía de Calgary (Canadá), pidiéndoles ayuda.

Pero Wiggins no fue el único que se inquietó. Mucha otra gente respondió al tweet, animando a la joven que contactase con ellos o que pidiese ayuda. Otros simplemente informaron de que la policía de Calgary ya había sido avisada.

Por su parte, los oficiales han contado que Wiggins no fue el único que les contactó: habían recibido muchísimas alertas de gente de toda Norteamérica. La policía no puede dar demasiados detalles del caso, ya que prima la confidencialidad, pero sí ha declarado que comprobaron cómo estaba la adolescente, y que se encontraba bien.

Wiggins ha alabado las virtudes de la era informática, diciendo que “en este caso, Twitter ha salvado la vida de alguien”. El periodista añadió que la red social permitió a la policía y a los medios trabajar en conjunto para ayudar a alguien que lo necesitaba.

Efectivamente, y a pesar de toda la banalidad que podemos encontrar en la red, esta puede ser un buen medio para los reclamos de ayuda, más en personas con problemas sociales o de introversión. Sin tener ni siquiera que hablar, la joven canadiense pudo lanzar al mundo virtual un grito de socorro que le ayudó a salvar la vida.

Probablemente muchos recordamos aún el escalofriante vídeo que publicó la canadiense Amanda Todd en internet poco antes de suicidarse. La niña había sido acosada a través de internet, lo cual había derivado en otra serie de múltiples problemas, y terminó sufriendo tal ansiedad y depresión que decidió suicidarse. No sin antes contar su terrible historia. La publicación del vídeo en internet causó un revuelo tan grande que sacudió las conciencias de muchos: ¿se podía haber evitado el suicidio de Amanda? ¿Por qué nadie vio el vídeo? Y, si lo vieron, ¿por qué nadie respondió?

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