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El millonario que adoptó un barrio y terminó con las drogas y el crimen
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Héctor G. Barnés

Empecemos por los principios

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Héctor G. Barnés

El millonario que adoptó un barrio y terminó con las drogas y el crimen

Es habitual que los grandes emprendedores destinen su fortuna a obras benéficas, pero la historia de Harris Rosen no tiene parangón en Estados Unidos

Foto: Rosen se ha convertido en el ángel salvador del barrio de Tangelo Park.
Rosen se ha convertido en el ángel salvador del barrio de Tangelo Park.

Es habitual que los grandes emprendedores destinen parte de su fortuna a obras benéficas después de alcanzar ese nivel económico que garantiza que ni tú ni las cuatro generaciones que te sucedan tengan que trabajar, siempre y cuando, claro está, no desperdicien su fortuna. Sin embargo, es mucho menos frecuente que este dinero se destine a llevar a cabo acciones tan concretas como la que ha realizado un antiguo trabajador de la factoría Disney en Orlando, Florida, y cuyos efectos se han dejado notar de manera llamativa en las calles de la ciudad.

Harris Rosen nació y se crió en Hell’s Kitchen, uno de los barrios más conflictivos de Nueva York, pero a base de esfuerzo y sudor, consiguió convertirse en uno de los constructores más importantes de Estados Unidos. Sus antiguos jefes en Disney le advirtieron que la suya no era una mentalidad de empresa, lo que hizo que fuese despedido y que comenzase su provechosa carrera en el mundo inmobiliario gracias a los 20.000 dólares que tenía ahorrados y que invirtió en su primer hotel, que contaba con 256 habitaciones.

Rosen ha invertido 10 millones de dólares en mejorar la calidad de vida de los 3.000 habitantes del barrio

Ello explica quizá que Rosen, haciendo caso omiso a la lógica del beneficio empresarial, haya decidido cambiar totalmente el barrio de Tangelo Park, en Orlando (Florida), una conflictiva barriada con altos niveles de desempleo y criminalidad. Para llevar a cabo su proyecto, que arrancó hace ya dos décadas, ha invertido 10 millones de dólares en mejorar la calidad de vida de los 3.000 habitantes del barrio.

Sin crimen, sin droga, con trabajo

¿En qué se tradujo el ambicioso plan de Rosen? En primer lugar, en pagar la guardería de los niños de entre dos y cuatro años más desfavorecidos de la barriada, con el objetivo de evitar el absentismo escolar y conseguir que las jóvenes generaciones gozasen de formación educativa. Cuando dichos niños llegaron a la edad universitaria, Rosen se ofreció a crear un programa por el cual pagase a través de su Fundación, la matriculación de los jóvenes de la barriada. Hoy en día, 200 estudiantes se han beneficiado de dicho apoyo económico, y el 75% de ellos han terminado la carrera, una cifra record entre la comunidad afroamericana de Estados Unidos.

El 90% de la población del barrio es afroamericana

La inversión ha permitido que tanto los niveles de éxito escolar en los institutos de la zona se encuentren en el 100% (cuando hace dos décadas estaba en el 25%) como que el valor del suelo en la zona se haya cuadruplicado. Además, como ha indicado un estudio de la Universidad de Florida, la criminalidad se ha reducido en un 50% y las drogas ya no son moneda de cambio habitual en sus calles.

Además, Rosen ha abierto un centro comunitario al que las familias pueden acudir para pedir consejo o ayuda, y que también ha servido para dar clases a adultos. Tangelo Park es un barrio dormitorio aislado del resto de la ciudad que está construido en una zona donde en el pasado se encontraron multitud de naranjeros, y al igual que ocurre con la Cocina del Infierno, la mayor parte de su población está formada por afroamericanos, que representan hasta un 90% de la misma.  

Una idea revolucionaria

Rosen ha explicado que tuvo la sensación de que “este era el momento adecuado” antes de arrancar con el proyecto más exitoso de su carrera. “’Epifanía’ puede ser una palabra muy fuerte”, señala en Pegasus. “Fue más como una voz. Has conseguido un éxito mayor del que jamás habrías pensado. Es hora de reconocer que has sido bendecido, así que tienes que ser agradecido y compartir tu buena suerte con los demás”.

Estaré implicado en el programa de Tangelo Park hasta que se convierta en una urbanización cerrada

“La auténtica hospitalidad es apreciar a otros seres humanos”, explicó Rosen durante su aparición en el programa de televisión Today Wednesday, en el que también explicó que esperaba que su ejemplo inspirase a otros filántropos a realizar lo propio con otras comunidades menos afortunadas de EEUU.

Rosen se ha propuesto una meta que, una vez sea superada, le hará abandonar el vecindario: “Estaré implicado en el programa de Tangelo Park hasta que se convierta en una urbanización cerrada y el hogar medio se venda por un millón de dólares”, una respuesta no exenta de ironía que, no obstante, ha pasado de ser una utopía a una posibilidad no tan descabellada, absolutamente impensable hace apenas 20 años.

Es habitual que los grandes emprendedores destinen parte de su fortuna a obras benéficas después de alcanzar ese nivel económico que garantiza que ni tú ni las cuatro generaciones que te sucedan tengan que trabajar, siempre y cuando, claro está, no desperdicien su fortuna. Sin embargo, es mucho menos frecuente que este dinero se destine a llevar a cabo acciones tan concretas como la que ha realizado un antiguo trabajador de la factoría Disney en Orlando, Florida, y cuyos efectos se han dejado notar de manera llamativa en las calles de la ciudad.

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