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“El éxito es una ciencia”: los secretos de las personas que triunfan en la vida
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Miguel Ayuso

Empecemos por los principios

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Miguel Ayuso

“El éxito es una ciencia”: los secretos de las personas que triunfan en la vida

No cabe duda de que en toda historia de éxito hay un componente de suerte, pero es estúpido pensar que la fortuna es lo más importante. No lo es.

Foto: El éxito es una cuestión de actitud. (Corbis)
El éxito es una cuestión de actitud. (Corbis)

No cabe duda de que en toda historia de éxito hay un componente de suerte, pero es estúpido pensar que la fortuna es lo único que lleva al triunfo. Decía Oscar Wilde que “el éxito es una ciencia; si reúnes las condiciones necesarias, obtendrás resultados”. Todos hemos coincidido en el trabajo, la universidad o la escuela con el típico compañero que sacaba su trabajo adelante con maestría y, aunque estaba sometido a la misma carga de trabajo que nosotros, parecía completamente relajado. Y no es que fuera un superhombre: es que tenía las herramientas y la actitud necesaria para lograr sus objetivos sin verse sobrepasados por estos.

Sería ingenuo pensar que todos tenemos las mismas capacidades para logar una u otra cosa, pero no es menos cierto que el éxito reside en gran medida en nuestra fuerza de voluntad, y esta puede entrenarse y trabajarse. Las personas exitosas saben trabajar de forma más eficiente: no son las que más horas echan, si no las que organizan su tiempo de forma más inteligente. Seguir estos consejos puede ayudarnos a cumplir nuestros objetivos en todas las facetas de la vida.

1. Establece prioridades

Hoy en día es muy difícil concentrarse en la consecución de un único objetivo. Todos tenemos múltiples tareas que cumplir a diario y es imposible escapar de ellas: tenemos que tener la casa organizada, poner lavadoras, pasear al perro o llevar a los niños al colegio, hacer la compra, cocinar… En el trabajo pasa igual, la mayoría tenemos unas tareas cotidianas que realizar y si queremos ir más allá, dentro o fuera de nuestra empresa, tendremos que sacar tiempo de donde (parece) no haberlo. Pero todo es cuestión de organizarse.

Las personas exitosas sólo realizan las tareas cotidianas estrictamente necesarias y guardan tiempo para ocuparse de sus sueños

Para llegar al siguiente paso en nuestra carrera, encontrar un nuevo trabajo, escribir un libro, o iniciar un pequeño negocio, necesitamos emplear mucho tiempo y un esfuerzo intenso que requiere una planificación. Si las actividades cotidianas, a las que ya estamos acostumbrados, ocupan toda nuestra agenda, no tendremos tiempo para alcanzar objetivos más ambiciosos. Por ello es necesario que, en todas las facetas de nuestra vida, dejemos un espacio para trabajar en nuestros objetivos a largo plazo. Las personas exitosas tienen claras sus prioridades y son conscientes del poco tiempo que tienen: sólo realizan las tareas cotidianas estrictamente necesarias, el resto lo dedican a ocuparse de sus sueños.  

2. Rinde cuentas

Para tener éxito no basta con fijarse objetivos, además hay que examinar si estamos progresando en su consecución. Las metas más ambiciosas son difíciles de medir y, además, no ofrecen una satisfacción inmediata, por lo que es difícil hacer un trabajo de autocrítica. Es por ello que es preferible establecer submetas dentro de los grandes objetivos, para que podamos avanzar paso a paso sin que nos venza la frustración.

El primer paso en todo gran proyecto reside “sólo” en buscar información y contactar con gente, una tarea que parece difícil de valorar, pero que es decisiva. Si, por ejemplo, no tenemos en cuenta esta tarea como una submeta de nuestro objetivo principal, podremos perder pronto el interés, al pensar que no estamos avanzando nada. Dedicar un tiempo todas las semanas para valorar los progresos que estamos realizando nos ayudará a ajustar nuestras metas, hacer estimaciones más realistas y reforzar nuestro sentido de progreso.

3. Concéntrate

La concentración es clave para tener éxito en la vida. Ninguna tarea ambiciosa se logra si no tenemos capacidad para centrarnos en su consecución, y hoy distraerse es más sencillo que nunca. La dispersión es uno de los grandes males del mundo moderno: tenemos toda la información a nuestro alcance, pero nos vemos abrumados y, muchas veces, acabamos perdiéndonos. Es muy sencillo distraerse con cualquier cosa, sobre todo si estamos cansados, enfermos o estresados y en vez de hacer lo que sabemos que tenemos que hacer acabamos mirando el Facebook, contestando correos irrelevantes o enredando con el Whatsapp.

4. Aprende a decir “no”

Hay personas que pierden muchísimo tiempo simplemente porque no saben decir que “no” a ciertas peticiones o tareas aún a sabiendas de que no les van a aportar nada. El sentido del deber no debe empujarnos a realizar todo lo que los manden sin saber si quiera si aquello que hacemos tiene sentido y sirve para algo.  Por muy buenas intenciones que tengamos, no podemos decir que “sí” a todo, sin saber si quiera cuanto tiempo nos va a llevar aquello que nos piden. Debemos aprender a priorizar.

La gente exitosa es consciente de que tiene que renunciar a ciertas oportunidades, y algunas recompensas, para centrarse en alcanzar objetivos más ambiciosos, aunque a veces esto suponga decepcionar a otras personas.

5. Pide ayuda y sé agradecido

En soledad no se consigue nada. Para tener éxito en cualquier faceta de la vida hay que contar con los demás: todo es más sencillo con ayuda y no se llega a nada sin buenos amigos y compañeros. Hay gente que piensa que pedir que te echen una mano es un signo de debilidad, pero basta abrir los ojos para ver que detrás de todo triunfador hay un equipo que ha hecho posible su éxito.

La realidad es que el éxito, hoy en día, sólo puede alcanzarse de forma colectiva

El aprendizaje es la forma más básica de cooperación: desde el momento en que utilizamos determinada técnica o se seguimos los consejos de un libro estamos apoyándonos en otras personas. La realidad es que el éxito, hoy en día, sólo puede alcanzarse de forma colectiva, y depende principalmente de cómo interactuemos con la gente que nos rodea. Son las personas generosas las que llegan a lo más alto, pues son las que van a contar con más amigos cuando surja cualquier dificultad. 

6. Pisa el freno cuando sea necesario

Pese a su mala prensa, el estrés no siempre es malo. En las cantidades adecuadas, es un estímulo que nos mantiene comprometidos con la vida, atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor en todo momento. Ante un examen o una presentación es normal sentir estrés, y es positivo, pues estaremos en tensión y lo daremos todo.

Bien llevado, el estrés es necesario para ponernos las pilas, pero cuando se cronifica y se convierte en un estado vital, tiene serias consecuencias para nuestra salud física y psíquica. La fuerza de voluntad es como un músculo, si lo cargamos demasiado acaba lesionándose. Por ello debemos aprender a parar y descansar cuando sea necesario. El éxito no se alcanza de un día para otro y es necesario aprender a dosificar nuestro esfuerzo.

No cabe duda de que en toda historia de éxito hay un componente de suerte, pero es estúpido pensar que la fortuna es lo único que lleva al triunfo. Decía Oscar Wilde que “el éxito es una ciencia; si reúnes las condiciones necesarias, obtendrás resultados”. Todos hemos coincidido en el trabajo, la universidad o la escuela con el típico compañero que sacaba su trabajo adelante con maestría y, aunque estaba sometido a la misma carga de trabajo que nosotros, parecía completamente relajado. Y no es que fuera un superhombre: es que tenía las herramientas y la actitud necesaria para lograr sus objetivos sin verse sobrepasados por estos.