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Éramos dos y ahora somos tres (o más)
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Iratxe Sánchez

Relación Padres e Hijos

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Éramos dos y ahora somos tres (o más)

“-Increíble que esta cosita tan pequeña sea nuestro bebé...”, dice Carmen a su pareja, mientras le coge la mano y juntos miran la carita dormidita del

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Éramos dos y ahora somos tres (o más)

“-Increíble que esta cosita tan pequeña sea nuestro bebé...”, dice Carmen a su pareja, mientras le coge la mano y juntos miran la carita dormidita del bebé.

-“Sí”, dice Pedro, mientras sonríe mirando al pequeño y acariciando la mano a su mujer. María y Pedro se sienten felices y llenos de ilusión aunque los dos saben que tendrá que pasar tiempo antes de poder encontrar espacio como pareja, de nuevo.

La decisión de tener hijos es un cambio real y muy importante. Cuando los miembros de un hogar crecen, la relación de pareja está destinada a cambiar.

Antes erais pareja y ahora sois también padres. Ya no sois dos adultos que tienen una relación sino dos adultos que juntos tienen que desplegar cuidado y responsabilidad por la personita que ha llegado; la perspectiva se amplia. Hay que construir juntos este nuevo espacio como padres y buscar la forma de seguir estando presentes como pareja.

Colocarse y estabilizarse ante esta nueva aventura es complicado, ya que ser padres implica que se despierten emociones muy intensas, de responsabilidad, de cuidado, de preocupación por hacer las cosas de forma adecuada y ser capaces de facilitar y promover el desarrollo del peque.

¿Qué hago con estos cambios y como los comparto con mi pareja?

Puedes empezar por buscar un espacio propio, en el que poder escucharte y conectar con lo que sientes, así podrás entenderte y conocerte mejor. Desde ahí, poder compartir con tu pareja será más fácil. Y poder averiguar que le pasa a tu pareja o que te pasa a ti. También podéis buscar espacios de información, libros, amigos, profesionales...

Es mucha la información que existe que os puede ayudar a anticipar situaciones y así planificarlas y poder buscar una decisión o puesta en común. Habrá ocasiones en las que la decisión se tome entre los dos y habrá otras veces que será lo que diga tu pareja o lo que digas tú. Flexibilizar la razón de cada decisión será lo más positivo en beneficio del pequeño.

Desde que te planteas con tu pareja que quieres ampliar la familia y hacer hueco a un pequeño, ya se inician cambios. Las conversaciones y los pensamientos se dirigen a cumplir el deseo, cuando el deseo ya es real y comienza el embarazo o la adopción, todo gira alrededor de lo que está a punto de llegar, desde el nombre que quieres que tenga al color de la habitación...

Parece que no hay tiempo para nada

Cuando llega el bebé, los cambios se hacen más palpables, la rutina cambia y es momento de desplegar la responsabilidad y los cuidados necesarios para el desarrollo del pequeño con tu pareja de la mano.

La decisión de ser papás es un cambio en el ciclo vital y pueden surgir conflictos. Al principio puede ser que sientas que no hay tiempo ni espacio para poder cuidarte o para atender a tu pareja, pero esta sensación es pasajera. Cuando la situación se estabiliza, se puede encontrar la forma de compatibilizar ambas funciones. Podéis buscar espacios para compartir tiempo juntos, aunque quizá serán menos que antes.

Convertiros en padres supone momentos de mucha felicidad, pero también instantes difíciles que pueden generaros sentimientos de culpa pensando que no estáis disfrutando cada segundo de vuestra paternidad. Estos sentimientos encontrados forman parte de la normalidad, por eso es importante poder tomarse un descanso. Además, es posible que al principio no podáis dormir mucho y también eso os puede hacer estar más irritables y sensibles a los conflictos que se suceden.

Son muchas las decisiones que tendréis que tomar y sería un poco utópico pensar que vais a estar de acuerdo en todo. Lo normal es que existan diferencias y que de éstas puedan derivarse conflictos. Por ejemplo, ¿es mejor dejarle llorar o  no? ¿Le llevo a la guardería o prefiero que se quede en casa? Si se queda en casa y trabajamos ¿con quién le dejamos?...

En algunas de estas decisiones estaréis de acuerdo y en otras no. Encontrar momentos para poder hablar es una buena forma de sentiros cerca y de percibir que los dos sois parte importante en la toma de decisiones.

Anticipar las situaciones ayuda

Las reglas las ponéis vosotros, pudiendo decidir cuáles son las funciones que queréis que cada uno tenga, o si preferís hacer las mismas cosas. Os puede ayudar anticiparos a las situaciones y propiciar un espacio en el que poder hablar. ¿Qué turnos establecemos para levantarnos por la noche? O ¿por la noche te levantas tú y yo hago el desayuno? ¿Cómo hacemos con el baño?...

La sexualidad también puede ser parte de la intimidad de la pareja que puede verse afectada con tantos cambios, tantas decisiones y movimientos. Puede ser también que veáis cómo familiares y amigos os dan consejos múltiples e incluso diferentes, y deciden establecer como rutina visitas a casa para ver al bebé. En este caso, el espacio que queráis darles es decisión sólo vuestra.

La realidad es que es un tiempo difícil para cuidar otras cosas y es importante tenerlo presente para poder disfrutar del momento que estáis viviendo. Sin embargo, a medida que la situación se va estabilizando, parece que es más fácil recuperar un espacio de intimidad, un espacio para los dos donde recuperar lo que no has podido atender en este tiempo, y aquí cada pareja decide la forma, donde sólo caben dos.

“-Increíble que esta cosita tan pequeña sea nuestro bebé...”, dice Carmen a su pareja, mientras le coge la mano y juntos miran la carita dormidita del bebé.