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Usa gafas de extraer los aprendizajes útiles
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Lola García

Trabajo y sentido común

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Usa gafas de extraer los aprendizajes útiles

Carlota lleva más de 15 años trabajando por cuenta ajena en una empresa del sector financiero. Existen dos compañeras que la están “amargando la vida”. Esta

Carlota lleva más de 15 años trabajando por cuenta ajena en una empresa del sector financiero. Existen dos compañeras que la están “amargando la vida”. Esta situación le está resultando muy incómoda. A pesar de la experiencia que tiene es una situación que no sabe cómo afrontarla, no sabe cómo quitarse a esos dos demonios de la cabeza. Siente rabia de que le ocurra esto porque ella está muy contenta con su trabajo, lo único que le impide estar totalmente bien son ellas.

Una buena noticia le llega por correo electrónico, y es que han trasladado a una de ellas a otra delegación de la misma provincia y a la otra la han cambiado de sitio. Aún habiendo sucedido esta situación, nuestra protagonista no es capaz de quitarse de su mente que seguramente sigan hablando de ella.

Mario es un joven informático que está haciendo las prácticas en una consultora de informática. Está experimentando el despotismo de su jefe. Piensa que le tiene manía y no puede quitarse de la cabeza que habla mal de él.

¿Con qué gafas están viendo nuestros protagonistas lo que les ocurre? De momento, a primera vista, parecen víctimas de los compañeros y jefes que le han tocado en sus trabajos. Es decir, las lentes de que es culpa de los demás.

¿Qué nos dicen los expertos? Los grandes progresos requieren de mucho trabajo callado, de muchas horas a la sombra, de muchos esfuerzos unidos, de muchas vivencias compartidas; de lo contrario se convierten en éxitos efímeros, que pronto se esfuman y terminan siendo dolorosos recuerdos.

No es fácil “trabajar en equipo”, pues de otra manera no nos pasaríamos la vida impartiendo cursos de Cómo Trabajar en Equipo.

Personalmente he tenido la suerte de trabajar con excelentes personas, porque las que no eran excelentes, que también las ha habido, sencillamente no cuentan en mi presente, ya que no ocupan mis pensamientos y, en consecuencia, no detraen ni un mínimo de energía. Sin embargo, hubiera cometido un error imperdonable si no hubiera extraído los aprendizajes útiles de esas vivencias. Todas las personas tienen o han tenido utilidad en nuestras vidas, porque de todas hemos podido aprender algo; y a veces algo tan esencial como no dejar que nos coman la moral y no sufrir inútilmente por el simple hecho de que esas personas parezcan tener, como única misión, la finalidad de amargarnos la vida.

El ser humano es tan complejo como apasionante, pero es cierto que algunas veces nos hubiéramos sentido más felices si no hubiéramos tenido “el privilegio” de conocer, compartir o trabajar con determinadas personas.

Habrá pocas personas que no se hayan encontrado en sus vidas con algunas de estas “personas”, y seguramente han maldecido más de una vez su mala suerte por coincidir con ellas. Pero la verdad es que no solemos tener la oportunidad de elegir la mayoría de nuestros “acompañantes”.

No únicamente en el trabajo, cuántos comentarios no hemos escuchado sobre “con la mala suerte que he tenido con los compañeros que me ha tocado, los jefes...” Las quejas son el escudo para protegernos de uno mismo, y no reflexionar acerca de uno de los grandes errores en los que caemos en la sociedad: creer que nuestro bienestar depende, en gran medida, de los demás.

Afortunadamente, la realidad es muy distinta y el ser humano puede extraer los aprendizajes “útiles” de estas situaciones, para ello le sirve su inteligencia y su experiencia, pero si en lugar de hacerlo así se vuelca en buscar argumentos que justifiquen su malestar, caerá en un falso determinismo, que enturbiará y condicionará parte de su vida.

¿Por qué no cambiamos nuestras lentes? Podemos elegirlas y depende de ¡nosotros!

Carlota lleva más de 15 años trabajando por cuenta ajena en una empresa del sector financiero. Existen dos compañeras que la están “amargando la vida”. Esta situación le está resultando muy incómoda. A pesar de la experiencia que tiene es una situación que no sabe cómo afrontarla, no sabe cómo quitarse a esos dos demonios de la cabeza. Siente rabia de que le ocurra esto porque ella está muy contenta con su trabajo, lo único que le impide estar totalmente bien son ellas.