George R.R. Martin, la jubilación imposible del padre de 'Juego de tronos'

George R. R. Martin (Nueva Jersey, 1948) tiene 65 años. Está justo en esa edad fetiche en la que uno empieza a fantasear con la jubilación, con tumbarse a la bartola de por vida, con ponerse un sombrero de paja y disfrutar de lo que le queda de existencia. Salvo que si George R. R. Martin anunciara mañana su jubilación... se hundiría la industria cultural, miles de personas comenzarían a arrojarse por las ventanas de sus casas y se abrirían amenazadoramente los cielos... Sería un poco el equivalente a que en Juego de tronos se derrumbara esa inmensa muralla de hielo -El Muro- que protege a los Sietes Reinos de la barbarie. O el fin de la civilización tal y como la conocemos.

Digamos que George Martin está sometido a una gran presión:aún tiene que escribir dos libros más de Juego de tronos para completar los siete con los que (en principio) culminará la saga literaria y audiovisualmás popular del siglo XXI. Aunque el sexto volumen ya está en avanzado estado de gestación, el nivel de decibelios en torno a Martin es absolutamente ensordecedor: todo el mundo especula sobre la continuación de la saga, todo el mundo tiene sus propias tramas en la cabeza, todo el mundo (en especial los ejecutivos de la HBO) quiere que Martin termine de una maldita vez los dos últimos libros (y ya puestos, que se escribaotra media docena antes de espicharla).

La buena noticia para Martin es que le encanta escribir. No ha parado de hacerlo desde su más tierna infancia (obrera). Hijo de un estibador del puerto neoyorquino (Raymond Collins, de origen italiano), era todavía un niño cuando comenzó a escribir historias de monstruos y reinos mitológicos (todo un anticipo profético de lo que estaba por venir). Es más: a cambio de unos centavos, el pequeño Martin hacía lecturas dramatizadas de sus relatos para los niños del vecindario a los que vendía sus textos. Parece que el escritor ya dominaba entonces el arte de poner los pelos de punta con sus mundos de fantasía...

Luego llegaría la clásica obsesión adolescente con el mundo del cómic, que le llevó a escribir varias historias de superhéroes, y su decisión de estudiar periodismo, aunque más que estudiar sería más correcto hablar de empollar como una auténtico loco: se graduó summa cum laudeen 1970.

En efecto, suena todo a bucólica vida entre libros, salvo que EEUU estaba entonces reclutando muchachos para la carnicería de Vietnam, a la que Martin se opuso declarándose objetor de conciencia. Entre 1972 y 1974 realizó la prestación social en una organización pública dedicada a la lucha contra la pobreza. El resto de la década se dedicó a dar clases de periodismo, organizar torneos de ajedrez (otra de sus múltiples aficiones) e irrumpir en el mundillo literario con Una canción para Lya(libro de relatos de ciencia ficción ganador de los premios Hugo y Locus en 1975 y 1976), Canciones de estrellas y sombras (1977) y Muerte de la luz (su primera novela, publicada en 1977), con los que se hizo un hueco por la vía rápida en elgueto de la literatura fantástica (gueto que Martin haría saltar por los aires veinte años después).

En efecto, el salto de Martin a la primera división literaria (por ventas y prestigio) tendría que esperar. Hollywood llamó a su puerta en los ochenta para enrolarle como guionista de series(The Twilight ZoneyThe Beauty and the Beast). Tras una década trabajando en la meca del cine, tomó la decisión que cambiará su vida: deja Hollywood, se retira a Nueva México y comienza a escribir la saga Canción de hielo y fuego (o sea, Juego de tronos, título del primer volumen, publicado en 1996). El libro, traducido en España por Gigamesh seis años después, se convirtió rápidamente en un éxito popular. Le seguirían títulos como Choque de reyes (1998),Tormenta de espadas (2000) y Festín de cuervos (2005).

En otras palabras: mucho antes de que HBO se fijara en Martin, su saga literaria ya era un fenómeno de culto global, pero el éxito de la serie fue tan brutal que amenazó pronto con llevarse por delante la pachorra literaria del escritor, que en los últimos nueve años solo ha publicado un libro más de la saga, Danza de dragones (2011).

En efecto, para cuando apareció el quinto libro (julio de 2011), la serie (estrenada en abril de 2011)era ya tal clamor mundial que el tiempo que se tomaba Martin para rematar los libros se convirtióen asunto de Estado. Preguntado entonces sobre el nerviosismo de los fans, Martin respondió sin dar muestras de preocupación: "Son unos pocos. La mayoría tiene paciencia. Recibo muchas cartas diciéndome que me tome el tiempo que sea necesario. Son libros muy extensos y complicados. El último era un manuscrito de 1.500 páginas. Esencialmente estoy escribiendo 10 libros a la vez".

Para que se hagan una idea: si los fans de Juego de tronos enferman cada vez que tienen que esperar siete días entre capítulo y capítulo, imagínense el nivel de demencia que genera tener que esperar cinco años entre libro y libro.

A Martin, de hecho, parece divertirle la ansiedadmundial generada por sus demoras. Como si fuera unjubilado que estáde vuelta de todo, se toma con humor la psicosis provocada por sus manuscritos. En 2012, pasó por el festival avilesino Celsius 232 y mantuvo el siguiente diálogo con un fan/periodista:

Canción de Hielo y de Fuegoes un fenómeno que acoge a varias generaciones. Yo no había ni nacido cuando usted tuvo la idea de escribir la saga...

Sí, sé que soy un poco lento escribiendo... [risas].

Martin también dijo esto en Avilés:

"Ya he escrito 400 páginas del sexto libro y espero publicarlo en 2014, aunque soy realmente malo para las previsiones, como ya deben saber. Y después hay otro factor: cuando finalice la saga, seré juzgado por la calidad de los libros, no por la velocidad en que los he escrito".

Cerremos todos la boca, pues, y dejemosa Martin tranquilo, no vaya ser que se raye y le dé por jubilarse. En cuyo caso, no descarten que los ejecutivos de HBO no tuvieran la ocurrencia de contratar a unos sicarios, secuestrar a Martin ensu retiro en las Barbados, deportarle anestesiado a EEUU y confinarleen un búnker de la CIA hasta que terminede escribir los jodidos libros. O algo.