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El cuñadismo explicado a los niños
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Carlos Prieto

Animales de compañía

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El cuñadismo explicado a los niños

El historietista Pedro Vera, que publica nuevo cómic sobre tópicos cuñados, analiza el pasado, el presente y el futuro del cuñadismo cañí

Foto: Bertín Osborne y el pequeño Nicolás.
Bertín Osborne y el pequeño Nicolás.

Hay algo inquietante en la idea de entrevistar al historietista Pedro Vera, autor de exitosos cómics sobre el cuñadismo español: de 'RancioFacts' (Caramba Cómics) al reciente 'Tu puto cuñado' (Caramba/Astiberri). Y es que, según se acerca la hora de la entrevista, uno no puede evitar fantasear con que la cosa acabe como el rosario de la aurora:

Con periodista y entrevistado sujetos a la barra de un bar, bebiendo sol y sombra, con la camisa abierta y metiendo voces en modo escalada cuñada:

“ALQUILAR ES TIRAR EL DINERO”
“PONTE OTRA, PACO... LUEGO DICEN QUE HAY CRISIS”
"MUCHO PROTESTAR Y LUEGO BIEN QUE TIENEN IPHONES"
“¡CON MAHOMA NO OS ATREVÉIS, EH!”
"¿CÓMO QUE QUIÉN ES? SI ME ESTÁS LLAMANDO TÚ, IMBÉCIL"
“JEFE, ¿QUÉ SE DEBE?”

¡El horror!, sí, ¡el horror!, salvo que esto es lo que hay: una de las lecciones de la charla con Pedro Vera (Murcia, 1967) no es tanto que todos tengamos un cuñado dentro, que lo tenemos, como que nadie gana a cuñadismo a un periodista (sí, nadie, ni siquiera Bertín Osborne y Francisco Granados; bueno, con estos dos quizá habría un empate).

Lo explicó el personaje del Gañán en un sketch profético de 'La hora chanante' sobre el significado del concepto 'cuñao': “Saben de todo y pueden opinar de lo que quieran”. Definición que, si lo piensan, vale lo mismo para un 'cuñao' que para un tertuliano.

Así que no es extraño que a Vera, dibujante de 'El Jueves', se le ocurriera lo de las viñetas cuñadas un día (2010) que bromeó sobre tópicos periodísticos en Twitter (herramienta cuñada donde las haya, por cierto). “Tenía ganas de meter mano a los topicazos y empecé con los de los periodistas. Del “marco incomparable”, a llamar “el manacorí” a Nadal, ese tipo de muletillas que se usan a dolor. Por el camino me di cuenta de que muchas de ellas eran frases de 'cuñao' y lo englobé todo”, cuenta el dibujante.

PREGUNTA. ¿Cómo explicaría el cuñadismo en una sola frase hecha?

RESPUESTA. Así: 'Yo me hago Murcia/Madrid en moto en tres horas'...Y si añaden, 'de reloj', ya lo clavan. Ese tipo de chorradas.

P. Lo de que su interés en lo 'cuñao' empezara con los tópicos periodísticos tiene gracia: dinamita la inevitable asociación entre cuñadismo y España profunda. ¿Cómo es el cuñado cultureta?

R. Bueno, no sé si el periodista 'cuñao' llega a la categoría de cultureta o es demasiado rancio para estar ahí. Una cosa sí está clara: con los periodistas te hinchas, como se ha visto con el arsenal de tópicos tras los atentados de París. “La barbarie”, “la sinrazón”, “no cederemos al chantaje”, “la lacra del terrorismo”… son coletillas robóticas, parece escritura automática.

P. No obstante, tiene algunas tiras específicas sobre periodismo cultural; en concreto sobre ese género supuestamente sofisticado llamado crítica cinematográfica. ¿Por qué caen los críticos de cine en el cuñadismo/tópico?

R. Yo creo que por vagancia, por inercia y por no molestarse en buscar un lenguaje propio. Lees críticas idénticas con las mismas muletillas: “Espectáculo pirotécnico”, “ejercicio de estilo”, "'enfant terrible' del cine francés"… Una cosa que me saca de mis casillas es el tertuliano soltando el monólogo sobre 'Centauros del desierto', rematado siempre con el inevitable “western crespuscular”.

P. ¿El cuñadismo es de izquierdas, de derechas o de centro reformista?

R. De ninguno. El cuñadismo no conoce ideología. Tampoco conoce fronteras o nacionalidades. Es universal. El otro día me pasaron un recorte de un periódico inglés del siglo XIX en el que ya se hablaba del fenómeno del cuñadismo...

P. ¿Puede el tertuliano escapar al cuñadismo?

R. Es complicado porque son gente que sabe de todo y no sabe de nada. Los de tendencia más exagerada rozan la parodia: Inda, Alfonso Rojo…

P. Le voy a decir una serie de personajes para que mida su nivel de cuñadismo.

R. Vale.

P. El pequeño Nicolás...

El pequeño Nicolás es el pícaro español que aspira a trabajar sin dar un palo al agua/vivir de la cosa pública

R. No sé si cuñado es la mejor palabra para describirle, diría que es más bien un pícaro. El arquetipo del pícaro español de los siglos XVI y XVII, que en este país siempre ha sido un pilar básico de la sociedad. El que trepa para hacerse un sitio lo más rápido posible. Es el trabajar sin dar un palo al agua/vivir de la cosa pública. Lo que sí se genera es mucho cuñadismo alrededor de este tipo de personajes. "¡Me he hecho una foto con el pequeño Nicolás!" y tal.

P. Bertín Osborne...

R. El otro día leí una definición sobre él que me encantó: “Bertín Osborne es una persona que parece que ha venido al mundo a veranear” (risas). Bertín ha tocado la tecla correcta con su nuevo programa, pero que la televisión pública se haya convertido en una oda a la ranciedad le ha ayudado: Buruaga, José Luis Moreno, el apocalipsis rancio de las matinales con Mariló Montero… Bertín es de otro tiempo, pero ahí está.

P. Todo el mundo está de acuerdo en que el punto fuerte de Bertín, su encanto, es la campechanería. ¿Cuál es la relación entre lo cuñado y lo campechano? ¿La campechanería es el principal rasgo de carácter del cuñado?

La campechanería es una virtud de la clase alta para aparentar cercanía al pueblo

R. No siempre. Cuando se habla de que alguien es campechano nos solemos referir a cierta alcurnia. Te pongo un ejemplo periodístico típico sobre Felipe VI: “El Rey llegó conduciendo su propio coche”. ¡Luego es campechano! ¡Se acerca al vulgo! A ver: Tu cuñado no es campechano, es tu puto cuñado, una persona de la calle. La campechanería es una virtud de la clase alta para aparentar cercanía al pueblo.

P. ¿Es Francisco Granados el ejemplo perfecto de cuñadismo a la madrileña?

R. Uy, Granados… Lo del “volquete de putas” es sublime… Ahora que lo pienso, lo de ir de putas es otro clásico 'cuñao'... Yo soy de un pueblo de Murcia y cuando el boom del ladrillo algunos promotores inmobiliarios de la zona hacían el siguiente recorrido los miércoles: viajar a Madrid, ir al palco del Bernabéu a ver el partido de Champions, cenar en el Asador Donostiarra e irse de volquete de putas. Todo el ciclo. Te estoy hablando de gañanes de un pueblo de Murcia sueltos por Madrid, ojo. La de pasta que tirarían ahí.

P. Una confesión dramática para acabar. Antes de venir he leído una tira suya sobre los tópicos cuñados asociados al cambio de hora. Me he reído mucho; sobre todo porque yo repetí todos y cada uno de ellos cuando cambiaron la hora el otro día…

R. Sí, claro. Mira, lo reconozco: yo soy un rancio, muchos de los tópicos que salen en las tiras están ahí porque los he usado en mi vida real. Es imposible evitarlos en el día a día, no hay que luchar contra ello. Ahora bien: lo que sí tiene delito es usarlos a sangre fría, es decir, tirar de ellos cuando uno es periodista o escritor.

Hay algo inquietante en la idea de entrevistar al historietista Pedro Vera, autor de exitosos cómics sobre el cuñadismo español: de 'RancioFacts' (Caramba Cómics) al reciente 'Tu puto cuñado' (Caramba/Astiberri). Y es que, según se acerca la hora de la entrevista, uno no puede evitar fantasear con que la cosa acabe como el rosario de la aurora: