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Miedo y asco en Valencia. Visita guiada al museo de los horrores
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Carlos Prieto

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Miedo y asco en Valencia. Visita guiada al museo de los horrores

Un juzgado imputa a Consuelo Císcar por su gestión al frente del IVAM. Su marido, el 'exconseller' Rafael Blasco, ya está en la cárcel. La corrupción familiar elevada a la categoría de las bellas artes

Foto: Consuelo Císcar, gestora cultural
Consuelo Císcar, gestora cultural

Hay momentos dolorosos en los que uno percibe la impotencia del periodismo para reflejar lo que ha pasado en España los últimos 30 años (por exagerado). La imputación de Consuelo Císcar por su gestión al frente del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), es uno de ellos. ¿Cómo describir con sobrios términos periodísticos el ascenso y caída del matrimonio Rafael Blasco/Consuelo Císcar?

Hablamos de dos iconos de la deriva de la democracia celtibérica, sus tribulaciones son más grandes que la vida, cualquier enfoque periodístico está condenado al fracaso: haría falta sumar una novela satírica, una ópera bufa y un musical… y aún no nos acercaríamos a los niveles de mamoneo político y delirio 'corruptil' alcanzados por esta emblemática pareja del Partido Popular. Bienvenidos al museo de los horrores de la democracia.

En 2011, cuando aún estaba en la cresta de la ola, Consuelo Císcar concedió una entrevista a la revista 'Telva' en la que describía así su relación sentimental: "Nuestra historia de amor es muy bonita. Él encauzó mi vida. Me enseñó la templanza. Dentro de mi barroquismo, él me ha transmitido la austeridad".

Quédense con esto: Rafael era el austero de la familia y Consuelo la barroca. Ahora veamos si Císcar estaba en lo cierto. Así empezó todo...

Rafael Blasco era el austero de la familia y Consuelo Císcar la barroca


Al igual que la joven democracia española, el amor entre Rafael y Consuelo creció a base de cambios de chaqueta: de la izquierda punk a la derecha punk con paradas intermedias en el centro. Los tortolitos se conocieron cuando Blasco tenía 17 años y militaba (y mandaba) en partidos como el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), el MC y el PC. De ahí saltaron al PSOE, primero, y al PP, más tarde. Tocaron poder durante la presidencia autonómica del socialista Joan Lerma (1982/1995). Él fue Consejero de Presidencia y Consejero de Obras Públicas y Urbanismo. Ella era la secretaría personal del presidente Lerma (y hermana del conseller de Educación y futuro diputado vitalicio del PSOE en el Congreso: Ciprià Císcar).

Pero en 1989 Blasco mutó en pionero de la práctica política típica del boom del ladrillo: (presuntos) sobornos a cambio de recalificación de terrenos. Lerma cortó la cabeza del conseller de Urbanismo, pero la Justicia no pudo hacer lo mismo al invalidarse unas grabaciones telefónicas.

Bipartidismo, el musical

Pero estos problemillas con la justicia no eran nada más que un pequeño paso atrás para coger impulso. Un clavo quita otro clavo: aprovechando el cambio de turno en la Generalitat, el matrimonio saltó del PSOE al PP sin contradicción aparente (y quién sabe si fundando involuntariamente aquello del PPSOE bramado por el 15M en 2011). Blasco ocupó las consejerías de Trabajo y Bienestar Social, con el president Zaplana; y las de Sanidad, Solidaridad y Ordenación del Territorio y Vivienda (en los años 'gürtelianos' más locos de la burbuja inmobiliaria valenciana, que se dice pronto), con el president Camps. Ojo al dato: podríamos estar ante un récord mundial de la categoría consejerías autonómicas ocupadas por el mismo hombre en España en tiempos de paz (poca broma).

Y ahora viene el suceso que llevó a Blasco a la cárcel en 2015 para cumplir una condena del Supemo de seis años y medio: el conseller de Solidaridad se apropió de varios millones de euros de fondos públicos destinados a países en vías de desarrollo. Los socios de Blasco en el negocio lo explicaron con meridiana claridad en una conversación conocida vía pinchazo telefónico (digno de 'The Wire'): "Hay que dar prioridad a lo nuestro antes que a lo de los negratas". Oh, yeah.

Pero volvamos a la declaración de amor de Consuelo a Rafael: "Dentro de mi barroquismo, él me ha transmitido la austeridad". La escalofriante pregunta del millón es la siguiente: ¿Si la austeridad de Blasco es como la hemos descrito aquí, cómo será el barroquismo de Consuelo? Miedito, sí.

Consuelo ascendió por la pirámide del arte al calor del zaplanismo: Directora General de Promoción Cultural y Patrimonio Artístico y Subsecretaria de Promoción Cultural de la Generalitat. Pero fue en la jefatura del IVAM donde inició una titánica carrera hacia lo imposible: superar la obra política (y delictiva) de su marido vía sobredosis barroca.

Consuelo Císcar inició en el IVAM una titánica carrera: superar la obra política (y delictiva) de su marido vía sobredosis barroca

De acuerdo, Consuelo partía con desventaja: no es lo mismo un museo que una consejería, pero a fe que se aplicó a fondo por la vía churrigueresca; y no hablamos ni de su espectacular cardado rojo ni de su personalidad levantisca, que también, sino de esto otro: uno de los principales proveedores de arte del IVAM era Gao Ping; sí, el mismo Gao Ping que lidera (presuntamente) una red china de blanqueo de dinero. Pues Císcar compró a Ping 63 fotografías por 444.000 euros (al doble de su valor de mercado).

El sumario de la jueza que ha imputado a Císcar dice lo siguiente sobre las compras a Gao Ping: “En tres obras el precio comunicado es superior al de adquisición (70%, 50% y 2,04%)… En otras 17 no se identifica el título de la obra o el mismo es distinto del que se adquiere”. Y dice muchas más cosas el sumario. Cosas tan espectaculares -el IVAM llegó a pagar un 1500% más por algunas obras- que no queda otro remedio que rendirse ante el barroquismo de Consuelo.

Decía Císcar a 'Telva' que su marido “sólo baila una vez al año”, pero yo “bailo sola si hace falta… Yo escucho un pasodoble y me vuelvo loca”. Pues eso: maaaaaaaaaambo.

Y otra cita de Consuelo sobre Rafael para acabar este artículo en lo más alto: "Con él he aprendido que en la vida no hay culpables, ni excusas... Uno hace lo que puede cuando puede, siempre que lo haga de corazón". ¡Weah!

En tres palabras: La austeridad barroca (ríete tú de la Troika).

Hay momentos dolorosos en los que uno percibe la impotencia del periodismo para reflejar lo que ha pasado en España los últimos 30 años (por exagerado). La imputación de Consuelo Císcar por su gestión al frente del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), es uno de ellos. ¿Cómo describir con sobrios términos periodísticos el ascenso y caída del matrimonio Rafael Blasco/Consuelo Císcar?