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Series para planchar (y otros quehaceres de la vida diaria)
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

Series para planchar (y otros quehaceres de la vida diaria)

En el mundo de la ficción televisiva no sólo existe 'Mad Men' y 'House of Cards', también hay espacio para productos más ligeros con los que pasar un rato sin tener que pensar mucho

Foto: Fotograma de la serie 'Mom'
Fotograma de la serie 'Mom'

Reconozcámoslo, hay ciertas series de las que no se puede presumir en los círculos seriéfilos más exquisitos. Tampoco se recomiendan, porque son producciones menores que pueden no estar a la altura de los paladares televisivos más selectos. Pero están ahí y, en ocasiones, tienen audiencia. Porque, aunque esta fiebre por las series que parece no tener fin se apoya firmemente en la época brillante que vive la ficción serializada mundial, el espectador medio también necesita disfrutar de producciones que no destacan por su brillantez yse limitan a cumplir con una de las funciones iniciales y principales de la televisión, entretener.

Aunque los seriéfilos más refinados no lo comprenden, es posible disfrutar de series que, si bien es probable que no pasen a la historia del medio, tengan como única misión procurar al espectador un rato divertido. Ese cuya única aspiración es disfrutar del simple hecho de olvidar la rutina, sumergiéndose en una historia entretenida que, por la razón que sea, despierta su interés. O, simplemente, le sirva para “pasar el rato”. Algo que, gracias a las nuevas tecnologías, es posible llevar a cabo en casi cualquier momento del día.

Reconozcámoslo, hay actos rutinarios que se hacen más llevaderos cuando una pantalla nos ayuda a no pensar en lo dura que es la bicicleta estática, lo largo que es el trayecto diario al trabajo o lo mal que se plancha la maldita camisa que tanto te gusta ponerte. Por no hablar de la simple necesidad de disfrutar de una serie tirado en el sofá. Para todos esos momentos, quedan aquí unas cuantas series sin elevadas pretensiones.

Mom, olvida tu propio drama

Aparcar por unas horas ese informe que no te deja dormir o eliminar de tu mente ese cliente plasta que te ha dado la tardees posible gracias a las complicadas y alocadas vidas de Christy y su madre Bonnie. La joven, interpretada por Anna Faris, es una madre soltera por partida doble que trata de vencer al alcoholismo y otras adiccionesmientras trabaja como camarera para sacar adelante a su familia. Por si no fuese suficientemente complicado, a la vida de Christy regresa su madre Bonnie, con la que, además de compartir casa y cama, termina compartiendo su reuniones de alcohólicos anónimos.

En la estructura simple de una sitcom, con sus risas enlatadas y sus decorados de cartón, el especialista en el género Chuck Lorre (Dos Hombres y Medio, The Big Bang Theory) ha sabido desarrollar una historia simpática, pero por momentos incómoda, que no se limita a ser convencional, y juega con el drama sin miedo a espantar al espectador, que sabe que la carcajada terminará llegando.

Pero más allá de la trama y de su capacidad para asumir riesgos, Mom no sería lo mismo sin el brillante trabajo de Allison Janney. En su papel de Bonnie, esa abuela de memorias fiesteras cuyo papel como madre fue totalmente despreocupado, Janney despliega sus habilidades cómicas con gran acierto, algo que laha llevado a ganar un Emmy y dos Critics Choice entre otros premios.

En la piel de un estafador reconvertido

Enfrentarse a la máquina de remo viendo House Of Cards, es muy seriéfilo pero a la larga complicado, por culpa de las maquinaciones de Frank. Más sencillo resulta, mientras controlamos nuestro estado físico y vigilamos todo lo que ocurre a nuestro alrededor en el gimnasio, la historia de Neal y Peter, ladrón y policía que terminan convirtiéndose en compañeros de trabajo.

Todo comienza cuando, cuatro años después de meterle entre rejas, Peter vuelve a capturar a Neal, que se ha fugado de prisión para encontrar a su novia. Para no tener que regresar a la cárcel Neal ofrece a Peter colaboración en las investigaciones de la agencia de delitos de guante blanco en la que trabaja.

La utilización de un 'exdelincuente' en la trama principal aporta a la habitual dinámica del procedimental policíaco, en el que se narra el día a día de una pareja de agentes, un toque novedoso que se apoya en sus habilidades delictivas y en su relación con el agente. El guaperas Matt Bomer como Neal, y el veterano Tim De Kay como Peter han sido, durante seis temporadas, una simpática pareja de compañeros de trabajo que, con complicidad y confianza, se han afanado poratrapar a los estafadores, falsificadores y ladrones más peligrosos de Nueva York.

Trophy Wife, una familia complicada

Quién se va a parar a pensar en lo estresante que resulta la próxima reunión familiar si puede disfrutar de la enrevesada vida de Pete Harrison, con su esposa “trofeo”, sus dos exmujeres y sus tres hijos, uno de ellos adoptado. Todo comienza cuando Pete, un abogado que ronda los cincuenta, se casa con la atractiva y treintañera Kate, que cambiará sus festivos fines de semana, por celebraciones familiares. En ellas Diane y Jackie, las “primeras” esposas, siempre estarán dispuestas a poner a prueba la inesperada relación, ya sea por sí mismas o a través de sus propios hijos.

Bradley Withford, el Josh Lyman de El Ala Oeste de la Casa Blanca, encabeza el reparto de esta sitcom que sólo contó con una temporada, para desconsuelo de sus muchos seguidores. En él también destaca la presencia de la oscarizada Marcia Gay Harden como primera exmujer, así como Michaela Watkins y Malin Akerman como segunda y tercera respectivamente. Pero el más adorable, y brillante fue, sin duda, el hasta entonces desconocido Albert Shai, en el papel de Bert, el hijo adoptivo asiático del segundo matrimonio de Harrison.

Revolution, el mundo sin luz

Aunque sólo pudo ser, gracias a sus agujeros en el guion y sus mejorables interpretaciones, uno de los grandes fiascos de la temporada 2012-2013, el drama posapocalíptico creado por Eric Kripke puede ser el perfecto acompañante si te has vuelto a plantear, por décima vez, quitar el polvo a la bicicleta estática y hacer unos kilómetros cada tarde. Aunque sólo sea por la incomprensible ausencia de las bicicletas en un futuro en el que la electricidad del mundo se ha venido abajo y aquellos que han sobrevivido regresan, prácticamente, al siglo XIX.

Con dos temporadas en su haber, la serie, que se cerrará a través de un comic online, se centra en los Matheson, una familia que está más vinculada con el apagón de lo que podría pensarse. Pero aquellos que controlan el poder, entre milicias, grupos de resistencia y gobiernos rivales, les buscan por todo Estados Unidos, y se verán obligados a emprender una huida que, como sólo cabe esperar en este tipo de series, les deparará las aventuras más inesperadas.

2 Broke Girls, Nueva York sin glamour

Planchar las camisas de la semana, sacar brillo a la cubertería o simplemente pelar patatas puede ser mucho más llevadero si Max y Caroline nos acompañan. Porque quién necesita pensar en lo largo que es el mes para nuestra débil cuenta bancaria cuando ve a dos jóvenes desgraciadas tratar de sobrevivir trabajando en un típico diner neoyorquino. Eso sí, la serie de Michael Patrick King y Withney Cummings, tira de un lenguaje brusco, y muchas veces soez, no apto para los paladares más distinguidos.

A pesar de que Max y Caroline no se rinden en su empeño de ser algo más que unas simples camareras, hace tiempo que la serie juega con el éxito y el fracaso, en un innecesario interés por estirar la trama. Esto sólo lo compensa la brillantez interpretativa de Kate Dennings, que con su papel de Max se ha ganado a pulso una serie propia. Bueno, eso y el desalmado interés humano por consolarse con las historias de otros que, aunque sea en la ficción, tampoco encuentran su camino.

Sleepy Hollow, policías y leyendas históricas

El uso diario del transporte público cuando regresamos a casa se convierte en una aventura más atractiva que el ebook del asiento de al lado si nos adentramos en la historia de Ichabod Crane y la teniente Mills. El famoso historiador regresa de entre los muertos después de que el Jinete sin Cabeza, uno de los cuatro Jinetes del Apocalípsis, es invocado. Y cuando el último despliega sus artes decapitadoras en la localidad que da nombre a la serie, y a la leyenda de Washington Irving, Crane se unirá a las fuerzas del orden para combatir la llegada del Apocalipsis.

Historia, fantasía y aventuras se dan la mano en una de las producciones revelación de la temporada 2013-2014, que regresará en septiembre con su tercera entrega. Sin más interés que entretener al espectador, los creadores de la serie juegan con la historia, las leyendas sobre brujería y las fuerzas del mala través de una de las parejas con más química de la televisión actual, Tom Mison y Nicole Beharie, que en muchas ocasiones se sustenta en la simpática incompresión que experimenta Crane hacia el mundo moderno.

Reconozcámoslo, hay ciertas series de las que no se puede presumir en los círculos seriéfilos más exquisitos. Tampoco se recomiendan, porque son producciones menores que pueden no estar a la altura de los paladares televisivos más selectos. Pero están ahí y, en ocasiones, tienen audiencia. Porque, aunque esta fiebre por las series que parece no tener fin se apoya firmemente en la época brillante que vive la ficción serializada mundial, el espectador medio también necesita disfrutar de producciones que no destacan por su brillantez yse limitan a cumplir con una de las funciones iniciales y principales de la televisión, entretener.

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