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Cuando el Estado es el malo de la película
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Eulàlia Iglesias

Rincón de María Trincado

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Cuando el Estado es el malo de la película

Nader y Simin, una separación es la película iraní con mayor repercusión internacional en la historia del cine de ese país. Tras llevarse el Oso de

Nader y Simin, una separación es la película iraní con mayor repercusión internacional en la historia del cine de ese país. Tras llevarse el Oso de Oro y el Oscar al Mejor Filme de Habla No Inglesa, Asghar Farhadi desembarca en Cannes con su nuevo film, Le passé, rodado en París (aunque la ciudad apenas se hace notar en la cinta) y hablado en francés. El cineasta vuelve a algunas de las temáticas y recursos que aparecían en su película anterior. Nos encontramos de nuevo con una pareja a punto del divorcio que debe dirimir con algunas diferencias. Aquí el núcleo familiar se expande más allá de la pareja con hija. En Le passé la protagonista femenina está a punto de casarse de nuevo con un hombre cuya esposa permanece en coma en el hospital después de un intento de suicidio. Y su (casi) ex marido llega de Irán para firmar los papeles del divorcio. Además, aparecen tres hijos de distintos padres y madres. 

A lo largo del film los tres adultos intentan gestionar el peso de sus respectivos pasados a la hora de aceptar sus nuevas relaciones. Si Nader y Simin era un melodrama que funcionaba casi a ritmo de thriller, Le passé se desarrolla plenamente como un drama íntimo en el que ya hacia el final vuelve a aparecer un enigma (las causas del intento de suicidio de la mujer del protagonista, motivo paralelo al aborto que sufría la asistenta en Nader y Simin) que el director vuelve a utilizar como catalizador para poner en juego las razones, errores y culpabilidades de cada uno de los personajes.

Le passé se desarrolla como un drama bastante sólido en torno a los desajustes dentro de una familia heterogénea donde los miembros nunca sintonizan del todo: la felicidad de uno a veces entraña la desdicha del otro y cada miembro debe acarrear las consecuencias de un pasado que no ha compartido con el otro. Sin embargo, a la película le pesa demasiado su voluntad de funcionar como Un Gran Film de Autor en torno de temas trascendentales como la reconciliación con el pasado y el perdón. Como la protagonista (Bérénice Bejo, de The Artist) le recrimina en un momento a su exmarido, que parece tener una solución para todos los problemas, a veces Farhadi también parece que no haga otra cosa que aleccionarnos.

Violencia made in China

La segunda película a concurso en la tercera jornada del festival, A Touch of Sin de Jia Zhangke, se centra en uno de los temas que empieza a ser recurrente en el festival: la violencia. Zhangke es el cineasta que mejor ha transmitido las grandes mutaciones vividas por China en el nuevo milenio: el cambio de la fisonomía de Pekín y las migraciones del campo a la ciudad en The World, el proyecto elefantiásico de construcción de la presa de las Tres Gargantas en el Río Amarillo en Naturaleza Muerta, la desindustrialización masiva en 24 Cities... Pero hasta A Touch of Sin no había planteado de forma tan directa  cómo estos cambios tan brutales en el sistema económico, político y social chino funcionan como una forma de violencia hacia sus ciudadanos

A Touch of Sin también significa el retorno a la ficción plena de Jia tras unos cuantos filmes situados en la frontera del documental. Por primera vez, el cineasta se acerca claramente al género a través de cuatro historias criminales inspiradas en casos reales. Cuatro relatos encadenados que sitúan a sus respectivos personajes en una situación extrema que deriva en un estallido de violencia. En el primero, un obrero obsesionado en denunciar ante la administración que los jefes de una mina estatal la han privatizado sin que se repartieran los beneficios entre los trabajadores se acaba tomando la justicia por su cuenta. El segundo sigue el itinerario de un hombre que siente la fiebre de las armas. En el tercero una recepcionista de una sauna es víctima de la venganza de la esposa de su amante al tiempo que tiene que defenderse de la violencia sexual de unos clientes. Y el recorrido del protagonista del cuarto relato parece resumir los estrepitosos cambios en la economía china en los últimos años: el joven pasa de trabajar en una fábrica a ejercer de camarero en un hotel de lujo para nuevos millonarios para finalmente regresar a su lugar de origen, donde ya no encuentra ningún horizonte de futuro.

Más interesante cuanto menos subraya su intención moralizadora, A touch of sin se presenta con la firme voluntad de ejercer de espejo ante todo el mundo de un país que se corrompe a la misma velocidad con que se convierte en una de las principales economías mundiales.

Sundance en Cannes

Si The Bling Ring de Sofia Coppola inauguró ayer Un Certain Regard fuera de competición, la primera película a concurso en esta sección fue, como ya sucedió el año pasado, el título ganador del Festival de Sundance. Tradición que, en vistas de los títulos programados, Bestias del sur salvaje en 2012 y Fruitvale Station de Ryan Coogler este 2013, bien se podrían ahorrar. 

Nader y Simin, una separación es la película iraní con mayor repercusión internacional en la historia del cine de ese país. Tras llevarse el Oso de Oro y el Oscar al Mejor Filme de Habla No Inglesa, Asghar Farhadi desembarca en Cannes con su nuevo film, Le passé, rodado en París (aunque la ciudad apenas se hace notar en la cinta) y hablado en francés. El cineasta vuelve a algunas de las temáticas y recursos que aparecían en su película anterior. Nos encontramos de nuevo con una pareja a punto del divorcio que debe dirimir con algunas diferencias. Aquí el núcleo familiar se expande más allá de la pareja con hija. En Le passé la protagonista femenina está a punto de casarse de nuevo con un hombre cuya esposa permanece en coma en el hospital después de un intento de suicidio. Y su (casi) ex marido llega de Irán para firmar los papeles del divorcio. Además, aparecen tres hijos de distintos padres y madres.