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Stephen King quiere salvar a Kennedy: los éxitos literarios conquistan la televisión
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

Stephen King quiere salvar a Kennedy: los éxitos literarios conquistan la televisión

Las cadenas de televisión logran hacer de grandes éxitos literarios producciones serializadas de calidad

Foto: '22/11/63'.
'22/11/63'.

Adaptar a la pequeña pantalla una creación literaria es una aventura que entraña tantos riesgos como certezas. El hecho de que la audiencia conozca previamente la historia que se va a contar puede suponer una ventaja frente a producciones nacidas de una creación original. Pero también puede acarrear un mayor rechazo, si el espectador/lector encuentra en la pantalla una historia diferente a la que esperaba.

La historia de la ficción televisiva está plagada de adaptaciones que lograron enormes audiencias, y de otras que no consiguieron librarse del socorrido “el libro era mejor” desde el primer episodio. Por desgracia para los creadores, no existe una fórmula del éxito, y al igual que una gran novela no garantiza una buena serie, hay libros de calidad relativa que pueden dar lugar a excelentes producciones televisivas.

En las últimas temporadas, las cadenas de televisión y las plataformas de contenidos audiovisuales han apostado por adaptar creaciones literarias reconocidas por la crítica y reconocibles por el público. Y aunque la empresa era difícil, varias series de televisión corroboran que la prueba ha sido superada, y en algunos casos con nota. La última en hacerlo ha sido '22/11/63', una producción que FOX estrenará en nuestro país el próximo miércoles, 6 de abril, a las 22:30.

Salvar a Kennedy

La serie producida por J. J. Abrams, Bridget Carpenter y Stephen King lleva a la pantalla la novela que este último publicó en 2011 y que tiene por título la fecha del asesinato de John Fitzgerald Kennedy. Un momento que será clave para Jake Epping, el protagonista, un profesor de secundaria cuya existencia dará un sorprendente cambio cuando Al, un viejo amigo, comparta con él su secreto: conoce un portal del tiempo que le permite viajar a 1960 para impedir el asesinato de JFK. A pesar de que Epping se muestra reticente, finalmente acepta la tarea y se traslada a los sesenta. Por delante tiene tres años en los que, además de llevar una vida aparentemente normal, deberá estudiar y seguir los movimientos de Lee Harvey Oswald, que fue encontrado culpable del asesinato del presidente.

Un profesor de secundaria conoce un portal en el tiempo que le permite viajar a 1960 e impedir el asesinato de JFK

Calificada por algunos como la mejor creación del autor de los últimos años, '22/11/63' es una de las pocas novelas de King que no cuentan con el terror como ingrediente esencial. Eso no quiere decir que este trepidante 'thriller' no atrape al lector a través de medidos giros y oportunas sorpresas, muchos de los cuales están en manos de un adversario invisible, el tiempo, el mayor enemigo de Epping. La adaptación televisiva, compuesta por ocho episodios, ha introducido cambios con respecto a la creación original, pero estos apenas trastocan la narración, que traslada con eficacia los elementos más atractivos de la novela. Algo que, inevitablemente, da lugar a una adictiva producción en la que James Franco se convierte en un interesante viajero temporal.

La adaptación de la creación de King es una de las muchas que el prolífico escritor ha vivido desde 1976, cuando Brian de Palma llevó a la gran pantalla 'Carrie'. Pero no todas han sabido alcanzar el nivel de '22/11/63', y buena muestra de ello es su predecesora televisiva, 'La Cúpula'. Una gran historia destrozada por un guion terrible y unas interpretaciones mejorables. Mejor resultó la traslación a la pequeña pantalla de 'Un saco de huesos' o 'La zona muerta', la más extensa de las adaptaciones del autor. Aunque la transformación que desde hace tiempo quita el sueño a los seguidores del escritor es la de 'La Torre Oscura' que, tras años de rumores, parece que se convertirá en una película.

Los maestros británicos

Lejos del merecido escepticismo que puede despertar la adaptación de un éxito literario por una cadena estadounidense, se encuentran las expectativas que genera que sea un canal británico el encargado del cometido. Las décadas de experiencia y el excelente nivel televisivo de las islas son un aliciente a la hora de disfrutar de una nueva creación británica basada en un libro. Una experiencia que no defrauda, por complicada que sea. Así lo ha demostrado 'Guerra y paz', la miniserie que la BBC estrenó en enero adaptando la novela homónima de León Tolstói. La creación del afamado novelista narra los acontecimientos más trascendentales de principios del siglo XIX en Rusia a través de cuatro familias. Por si el esfuerzo narrativo de condensar hechos y personajes en seis episodios no fuese suficiente, la tarea de ponerle imágenes no parecía sencilla, ni tampoco al alcance de todos los bolsillos. Porque los personajes de 'Guerra y paz' acostumbraban a acudir a distinguidas citas sociales, vivir en vistosos e impolutos palacetes y enfrentarse en el campo de batalla al ejército de Napoleón Bonaparte.

Tras un desembolso económico propio de las grandes superproducciones norteamericanas, que algunos sitúan en los 10 millones de dólares, la BBC puede considerarlo dinero bien empleado. Porque se pueden matizar las posibles, pero necesarias, omisiones que realiza la miniserie, pero no se le puede poner una pega al mimo, el detalle y la clase con que 'Guerra y paz' ha llegado a la televisión. Pocas veces se encuentra el espectador imágenes que parecen verdaderas obras de arte, ya sea en los sofisticados interiores palaciegos o en bucólicos escenarios exteriores. La hazaña se redondea cuando, además, la adaptación sirve para poner por primera vez la novela de Tólstoi entre los 50 libros más vendidos en Reino Unido.

Se pueden matizar sus omisiones pero no se le puede poner una pega al mimo, el detalle y la clase con que 'Guerra y paz' ha llegado a la televisión

Casi tan sorprendente como este renovado interés por la literatura rusa resulta encontrar en la tienda Kindle del Amazon británico una novela publicada en 1993 ocupando el decimoquinto puesto de los libros más vendidos. La responsable de la hazaña es la adaptación de la novela de espionaje 'The Night Manager', escrita por John Le Carré. Una producción que ha costado 20 millones de libras y que el pasado domingo se despidió de la BBC con seis millones de espectadores. La miniserie se ha permitido diversas, y evidentes, licencias a la hora de trasladar la historia creada por el escritor, quien por cierto ha dado su visto bueno. Pero lejos de fracasar, la nueva ambientación histórica, así como un oportuno cambio de sexo en uno de los roles (bendita Olivia Colman), ha conseguido la aprobación del público y la crítica, que la sitúan entre las producciones de espionaje imprescindibles y no descartan una segunda temporada.

El tirón de lo romántico

El poder televisivo de la novela romántica ya lo demostraron en los años ochenta Richard Chamberlain y 'El pájaro espino'. La novela de Colleen McCullough se convirtió en un hito televisivo que atrapó a millones de espectadores e hizo de la miniserie una referencia ineludible cuando se habla de amor prohibido. Y de las novelas románticas un nuevo género en el que basarse a la hora de crear una serie. Lejos de ser un recurso del pasado, la televisión británica también se ha fijado recientemente en las novelas románticas, y lo ha hecho con una saga clásica, 'Poldark'.

La historia que Winston Graham comenzó a escribir en los años cuarenta se ambienta en el siglo XVIII y describe el amor imposible entre el oficial británico Ross Poldark y su criada, Demelza. Aunque esta es la segunda ocasión que se traslada a la pantalla este drama histórico, la producción, que en nuestro país ha emitido Movistar +, ha logrado una media de ocho millones de espectadores, y también ha conseguido resucitar el interés por los libros de Graham.

La apuesta televisiva por una historia romántica suele ir acompañada por el interés por atraer al público femenino o la necesidad de diversificar la audiencia. Un requisito que, en 2014, llevó al canal norteamericano Starz a adaptar una de las sagas románticas más vendidas de las últimas dos décadas, 'Outlander'. Aunque en nuestro país esta apasionante historia ha experimentado un éxito relativo, más de 20 millones de copias traducidas a 34 idiomas avalan esta creación de Diana Gabaldón, que ya ha dado lugar a ocho novelas. Como protagonista, Claire, una enfermera inglesa que tras la II Guerra Mundial viaja a Escocia a pasar unos días con su marido y de repente, sin saber cómo ni por qué, aparece en 1743. El momento más inoportuno para conocer al hombre de su vida, James Frazer.

'Outlander' es para algunos el 'Juego de Tronos para mujeres', mientras que para otros, como el Gobierno de Cameron, tiene una peligrosa vertiente política

La fabulosa adaptación de Starz, que cuenta con el aval de Gabaldón, es para algunos el 'Juego de Tronos para mujeres', mientras que para otros, como el Gobierno de David Cameron, tiene una peligrosa vertiente política que ha impedido su emisión en televisión en las islas. Sea cual sea la motivación del espectador, lo que está claro es que 'Outlander' conjuga lo mejor de la creación literaria y las posibilidades audiovisuales para dar lugar a una serie apasionante que utiliza con maestría los elementos propios del género. Esos que funcionan por igual en una creación literaria o en una serie de televisión. Porque cuando se mantiene la esencia de la historia, y se garantizan los factores que la hacen única, es más probable que el espectador tenga que terminar tragándose aquello de “el libro era mejor”. O, por lo menos, se lo piense dos veces.

Adaptar a la pequeña pantalla una creación literaria es una aventura que entraña tantos riesgos como certezas. El hecho de que la audiencia conozca previamente la historia que se va a contar puede suponer una ventaja frente a producciones nacidas de una creación original. Pero también puede acarrear un mayor rechazo, si el espectador/lector encuentra en la pantalla una historia diferente a la que esperaba.

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