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‘Código Negro’, cuando el caos llega a las urgencias de un hospital
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Aloña Fernández Larrechi

Desde Melmac

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Aloña Fernández Larrechi

‘Código Negro’, cuando el caos llega a las urgencias de un hospital

Los médicos llevan décadas despertando el interés de los guionistas televisivos

Foto: Imagen promocional de 'Código negro' con el reparto de la serie (CBS)
Imagen promocional de 'Código negro' con el reparto de la serie (CBS)

En los 70 fueron 'Ojo de Halcón' y 'Trampero'. En los 80, el personal del hospital 'St. Elsewhere' y en los 90, entre doctores destinados a Alaska y mujeres sanadoras en el salvaje oeste, llegó el Dr. Ross para darle un inexplicableatractivo a la pediatría. En el siglo XXI fueron muchos los que intentaron pasar a la historia de la ficción televisiva, pero a pesar de que su serie, sea más un culebrón que una producción de género, resulta complicado obviar la importancia de la Dra. Meredith Grey.

Desde los inicios de la ficción televisiva, la medicina ha despertado enorme interés entre los creadores de ficción televisiva. Sólo en la temporada 2015-2016 se estrenaron seis series que se ocupaban de narrar la vida de algún médico o estaban ambientadas en un hospital. Una de ellas es ‘Código Negro’, la producción que Movistar Series estrena esta noche (22:40h.) en nuestro país, y que transcurre en la unidad de urgencias de un hospital ficticio, el Angels Memorial. Pero se basa en las experiencias que durante un curso vivió el Dr. Ryan McGarry en un hospital de Los Ángeles, que el mismo recogió en un documental que ha inspirado la serie que lleva el mismo título, ‘Código Negro’.

Tráiler de 'Código Negro'.

Situaciones extremas

Como la denominación de ciertas situaciones médicas dependen de cada hospital, McGarry aporta un nuevo significado al peor de los códigos y lo utiliza para poner nombre a la “afluencia de pacientes tan grande que no hay recursos para atenderlos.” Así lo explica al comienzo de cada episodio, a modo de apertura, añadiendo además que el Angels Memorial está “en código negro unas trescientas veces al año.” El caos elevado a la máxima potencia que termina convirtiéndose en el ecosistema natural de los trabajadores del centro.

Con cuatro heterogéneos residentes debutando en ese particular infierno como punto de partida, ‘Código Negro’ busca su lugar propio en el género a base de situaciones extremas. Momentos que tienen un desarrollo ya conocido, en el que siempre llega alguna mente brillante para resolver la situación, y que basan su atractivo en la ejecución. Y lo hacen a través de una coreografía y un montaje que logra convertirse en el sello de distinción de una serie que, por lo demás, no deja de ser un drama médico. Con sus dramas personales y sus pacientes.

Al igual que ‘Código Negro’ son muchas las producciones del género que han buscado su hecho diferenciador, esa aportación al diverso mundo de la medicina que le convierta en algo nuevo, o le acerque a públicos antes ajenos. Y si la serie protagonizada por Marcia Gay Harden aspira a ser la ‘Urgencias’ del siglo XXI, otras muchas trataron de convertirse en esa serie médica que no pasa desapercibida. Esa que, por alguna razón, es digna de ser diferenciada de la agotadora diversidad médica con la que insisten en bombardearnos las cadenas.

Apertura de 'M*A*S*H'

Grandes clásicos

Entre las primeras producciones destinadas a relatar la rutina diaria de doctores y enfermeras se encuentra la inagotable ‘Hospital General’ que emite la ABC desde 1963. Nueve años después, animada por el éxito de la película que adaptaba la novela homónima de Richard Hooker, la CBS estrenó ‘M*A*S*H’. O lo que es lo mismo “hospital quirúrgico móvil del ejército”. Las consultas y los procedimientos quirúrgicos se trasladaban a la guerra de Corea, de la mano de profesionales que, en algunos casos eran reclutados a la fuerza. El interés que despertó la serie fue tal que su capítulo final, emitido en 1983, sigue siendo el episodio más visto de la historia de la televisión. Ese mismo año se despidió ‘Quincy M.E.’ que de la mano de Jack Klugman supo aportar con acierto un aire policial a la vida de un forense.

Tras ambas despedidas la parrilla televisiva no se quedó huérfana de producciones médicas. Entre las supervivientes se encontraba una de las series que, junto a ‘Canción Triste de Hill Street’, marcaría un antes y un después en la narrativa de la ficción televisiva, ‘St. Elsewhere’. Una serie ambientada en un hospital humilde y que, como la mítica serie policial, contaba con un reparto coral y narraba sus historias a través de arcos argumentales que se extendían a lo largo de varios episodios. Dos novedosas aportaciones que sirvieron de inspiración para creadores posteriores.

Los míticos años 90

La década de los 90 comenzó con ‘Doctor en Alaska’, en la que la acción se trasladaba a un pueblo remoto de Alaska, el lugar al que va a parar el cosmopolita Dr. Fleischman. La peculiar visión de la vida de los habitantes del lugar choca frontalmente con el carácter racionalista del médico, marcando el desarrollo cómico de la producción dramática. Aunque para drama, el que protagonizó Jane Seymour, que en la memoria de muchos será para siempre la Dra. Quinn. Una mujer que a mediados de siglo XIX abandona las comodidades de Boston para ejercer, con los medios y los conocimientos de aquella época, en una pequeña localidad del salvaje oeste. Un lugar lleno de prejuicios, y problemas, en el que la buena doctora será capaz de encontrar el amor. Porque si algo no falta en toda “serie de médicos” que se precie es el romance y uno (o más) personajes con una azarosa vida sentimental.

La intro de 'Urgencias' tan mítica como la propia serie.

Buen ejemplo de ello son algunos de los personajes de la inolvidable, y difícilmente igualable, ‘Urgencias’. Una serie que introdujo un nuevo ritmo en las series médicas, combinando la acción de varias tramas a través de personajes tan imperfectos como incansables en su trabajo. Además de tener el honor de ser la serie que descubrió a George Clooney, esa producción en la que Julianna Margulies era una mujer de melena rizada, o la creación en la que vimos a los televisivos Noah Wyle o Maura Tierney.

Sobreexplotación médica

Desde el año 2000 las cadenas nos han obsequiado con más de medio centenar de series dignas de ser consideradas “dramas médicos”. En el turno de mañana, en el de noche, en urgencias, en pediatría y en cirugía, a través de la sufrida visión de las enfermeras, o de la elitista visión de algún médico, cualquier aficionado al género puede decir que ha asistido a tantas operaciones como cualquier profesional. La ficción médica consigue despertar en el espectador una enorme curiosidad, que las cadenas explotan irracionalmente.

Entre las intromisiones médicas de las últimas temporadas fue especialmente interesante la aportación de Steven Soderbergh al género. A pesar de que sólo se mantuvo dos temporadas en antena 'The Knick' supo ofrecer un retrato novedoso de la profesión ocupándose de una época tan relevante como olvidada. Esa que gracias a los descubrimientos de finales del s. XIX hizo posible que los médicos experimentasen y luchasen por mejorar la vida de sus pacientes. O simplemente, por hacer posible que siguiesen viviendo.

Promo de la segunda temporada de 'The Knick'

La vertiente culebronesca que Shonda Rhimes ha aportado con 'Anatomía de Grey', y que trató de ampliar con la fallida 'Off The Map', las variaciones que numerosas cadenas trataron de hacer a partir de 'Urgencias' o las intromisiones de las cadenas de cable, con títulos como 'In Treatment' son otros de los ejemplos de la medicina televisiva reciente. Series corales de suerte y calidad desigual, que introducen variaciones en la localización o la especialidad médica en la que se centra la producción. Aunque también es habitual que el centro de atención seael personaje central de la acción, el profesional de la medicina que es especialmente brillante y carga con buena parte del peso de la historia que narra. Aquí es inevitable recurrir al Dr. House, que ya fuese por su carácter o por lo excéntrico de sus casos, hizo de la producción a la que daba nombre, una de las más importantes de la última década. Doogie Howser, protagonista de 'Un médico precoz', o mujeres como la enfermera Jackie y la ginecóloga Lahiri, son otros de los especialista médicos protagonistas, que dan nombre a una producción y dieron lugar un estilo propio. Una lista que, a no ser que Donald Trump lo prohíba por secreto de estado, seguirá creciendo hasta el día en el que la industria televisiva se apague para siempre.

En los 70 fueron 'Ojo de Halcón' y 'Trampero'. En los 80, el personal del hospital 'St. Elsewhere' y en los 90, entre doctores destinados a Alaska y mujeres sanadoras en el salvaje oeste, llegó el Dr. Ross para darle un inexplicableatractivo a la pediatría. En el siglo XXI fueron muchos los que intentaron pasar a la historia de la ficción televisiva, pero a pesar de que su serie, sea más un culebrón que una producción de género, resulta complicado obviar la importancia de la Dra. Meredith Grey.