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'The Walking Dead' se pone moñas antes de volver a reinventarse (otra vez)
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Aloña Fernández Larrechi

Desde Melmac

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Aloña Fernández Larrechi

'The Walking Dead' se pone moñas antes de volver a reinventarse (otra vez)

La serie sobre el apocalipsis zombi regresará a FOX España el próximo 13 de febrero con la segunda parte de la séptima temporada

Foto: Rick y Negan, intercambiando puntos de vista a la entrada de Alexandria. (FOX España)
Rick y Negan, intercambiando puntos de vista a la entrada de Alexandria. (FOX España)

'The Walking Dead' cerró anoche en nuestro país el primer tramo de su séptima entrega y, como era de esperar, lo hizo dejando a sus espectadores con ganas de que regrese. Pero no será hasta febrero cuando la serie de AMC que en España emite FOX vuelva para mostrar si la decisión que los supervivientes tomaron en los últimos minutos del episodio sirve para que la producción recupere el interés que ha ido perdiendo con la emisión de los últimos capítulos. Porque si en algo se ha empeñado la serie en los inicios de su séptima temporada, es en difuminarse, hasta ser únicamente una historia con un único punto de interés, la violencia que es capaz de desatar un ser despreciable como Negan.

Tras un arranque de temporada que logró que los estómagos más resistentes pidiesen clemencia, a base de cabezas brutalmente aplastadas y un terror psicológico impropio de la producción, 'The Walking Dead' se ha dedicado a narrar el devenir de los personajes que se vieron afectados por el brutal acontecimiento. E incluso el de aquellos que no tuvieron nada que ver con él, pero que al parecer encontraron un destino que estará ligado a Negan. Como es habitual en el ciclo de los ocho episodios en los que se divide la narración, no ha faltado esta temporada tampoco el episodio de relleno, en este caso el sexto. Ni tampoco cierta sensación de tensión forzada, provocada por la dureza con la que el nuevo villano de la serie se estrenó en la misma.

Tráiler del octavo episodio de la séptima entrega de 'The Walking Dead'

Ni zombis ni ritmo

La llegada de Negan a Alexandria, acompañado de un Carl que había osado adentrarse en su territorio e incluso matado a alguno de sus hombres, hizo posible que la incertidumbre y el miedo estuviesen a flor de piel de cara al último episodio de la primera parte de la séptima temporada. La incursión de Rick y Aaron en una ciénaga infestada de zombis, con el propósito de conseguir mercancías con las que pagar el diezmo al villano opresor, así como la necesaria huida de Daryl de los dominios en los que este le tenía encerrado, han sido de los ingredientes más interesantes de esta recta final. Que, a pesar de los esfuerzos, adolece de falta de ritmo y se empeña en ciertas tramas que desmotivan al seguidor más acérrimo.

La inusitada decisión de la producción de extender el metraje de los episodios de 45 minutos a una hora se presenta, cada vez con más claridad, como una decisión económica más que creativa. 'The Walking Dead' no necesita 15 minutos más porque tenga mucho que contar, sino porque es la gallina de los huevos de oro de su canal, que siete temporadas después ha descubierto que puede incrementar sus ingresos publicitarios rellenando 15 minutos más de historia. Curiosamente, este aumento no ha provocado que la serie trate de sorprender a los espectadores con nuevos y desagradables muertos vivientes, que un día fueron su seña de identidad. Una conversación pseudotrascendental por aquí, una trama sin destino por allá, y el reto está conseguido. Y la caja registradora llena, sin ni siquiera tener que realizar una costosa inversión en el equipo de maquillaje o efectos especiales.

Hasta que el octavo episodio de 'The Walking Dead' no alcanza la mitad de su metraje, apenas se percibe el clímax propio de este tipo de capítulos. La nueva negativa de Carol, la aventura solitaria de Michonne o el estado de la viuda Maggie se intercalan sin alcanzar la sensación de angustia a la que la serie acostumbra en momentos tan trascendentales como este. Y solo comienza a intuirse cuando Daryl toma la decisión que tanto tiempo hemos esperado los espectadores, armándose de valor para abandonar su cautiverio. El punto álgido llega cuando Negan decide darle a Spencer lo que tanto tiempo llevaba buscando. Que sin tener a su querida Lucille de por medio, logra ser tan desagradable como nos ha acostumbrado el villano.

Con Rosita llevando a cabo su plan, lo que termina provocando una nueva víctima colateral, las lágrimas empiezan a correr por las mejillas de los habitantes de Alexandria y el temor a que la ira de Negan no tenga fin se convierte en una sensación generalizada. La angustia no desaparece cuando (POR FIN) Rick consigue llegar al lugar en el que el personaje de Jeffrey Dean Morgan está haciendo de las suyas, aunque el infame líder se conforma con hacerle ver que el pueblo que supuestamente lidera es un coladero de rebeldes dispuestos a acabar con el acuerdo que ambos habían establecido. O con él mismo.

Promo del regreso de la séptima temporada, previsto para febrero

Rick reinicia

Cuando Negan abandona Alexandria, llevándose consigo a Eugene, además del botín de rigor, el líder del grupo aparece en la celda que con tanto esmero construyó Morgan la temporada anterior. Hasta allí le sigue Michonne, que una vez más trata de hacerle ver que deben actuar si quieren acabar con la miseria que el tirano ha llevado a sus vidas. Para ello, utiliza las mismas frases que Rick utilizaba en los 'buenos momentos', cuando no tenía miedo a nada ni a nadie: “Nosotros somos los que vivimos”. Los chiquillos que dependen de ellos, los vecinos de Alexandria o de Hill Top, son algunas de las personas que menciona antes de repetirle que confía en encontrar una forma de derrotarlos, pero solo si están unidos en la aventura. “Sí, eso lo sé ahora”, contesta él acompañado por un lacónico piano, en el comienzo de un final inusualmente lacrimógeno en el que el cénit llega cuando dos de los tipos más duros, y más sucios, de la serie se abrazan.

A excepción de Carol y Morgan, que de momento siguen por su propio camino, el reencuentro es el primero de los pasos que la historia quiere dar para construir un frente común contra Negan. Una buena noticia para los seguidores del grupo de Rick, que sin embargo ha tardado ocho capítulos en llegar. Porque en algún momento, que yo todavía no he alcanzado a concretar, 'The Walking Dead' dejó de ser una entretenida serie sobre un grupo de personas que trataba de sobrevivir a un apocalipsis zombi para ser una creación que se pasa el tiempo entre situaciones prescindibles, personajes sin profundidad y momentos de tensión abrumadora que se empeñan en humillar a los personajes. Sinceramente, no creo que ahora, que ni siquiera se respeta su duración original, la serie vaya a redimirse y volver por los derroteros que encandilaron audiencias millonarias. Aunque nunca es tarde para demostrar que todo el mundo pasa por malas rachas. O, definitivamente, matar a todos, y terminar con la farsa.

'The Walking Dead' cerró anoche en nuestro país el primer tramo de su séptima entrega y, como era de esperar, lo hizo dejando a sus espectadores con ganas de que regrese. Pero no será hasta febrero cuando la serie de AMC que en España emite FOX vuelva para mostrar si la decisión que los supervivientes tomaron en los últimos minutos del episodio sirve para que la producción recupere el interés que ha ido perdiendo con la emisión de los últimos capítulos. Porque si en algo se ha empeñado la serie en los inicios de su séptima temporada, es en difuminarse, hasta ser únicamente una historia con un único punto de interés, la violencia que es capaz de desatar un ser despreciable como Negan.

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