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'SS-GB', la serie británica en la que los nazis invaden con éxito el Reino Unido
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

'SS-GB', la serie británica en la que los nazis invaden con éxito el Reino Unido

La BBC ha llevado a la pequeña pantalla, en formato miniserie, el libro de 1978 en el que Len Deighton fabulaba sobre la Operación León Marino

Foto: Montaje con los personajes de la serie de BBC 'SS-GB'
Montaje con los personajes de la serie de BBC 'SS-GB'

Tras la exitosa invasión de Polonia en 1939, Hitler comenzó a plantearse qué haría con sus aliados, Francia y Gran Bretaña. Y cuando los galos cayeron, fijó su atención en las islas británicas. Un proyecto tan ambicioso como arriesgado, que ganó interés gracias a las diferentes propuestas de sus altos mandos y sus fuerzas aéreas. En julio de 1940, con el nombre en código de “León Marino” el Führer autorizó la invasión de Inglaterra. Dos meses después, tras severos combates aéreos, se reunió con dos hombres de su confianza y juntos llegaron a la conclusión de que expandir sus dominios más allá del Canal de la Mancha era algo viable, y la Royal Air Force, un enemigo asequible.

Catorce meses después de su victoria, uno de los pocos Spitfire que han sobrevivido a la guerra, sobrevuela orgulloso los tejados londinenses, mientras las banderas nazis adornan los edificios oficiales. Sin embargo, la Resistencia no se rinde, y sigue plantando cara a las fuerzas enviadas por Hitler, que cada vez ejercer una represión mayor. La BBC anuncia una “relajación” del toque de queda, para celebrar la Semana de la Amistad Germano-Soviética. Dentro de los actos conmemorativos, las autoridades homenajearán al as de la aviación alemana Helmut Vig, que ostenta el logro de haber derribado 58 aviones, “un factor decisivo en la batalla por la supremacía aérea sobre Gran Bretaña que finalmente trajo la paz a Europa” culmina la crónica. El evento no será posible porque un miembro de la Resistencia, que termina en la horca y con su familia en un campo de concentración, le dispara a sangre fría en tres ocasiones.

Los londinenses reciben la noticia del atentado entre la incredulidad y la esperanza de que el invasor pueda, algún día, ser expulsado. El detective Douglas Archer, que hasta la ocupación trabajaba para Scotland Yard, ha pasado a rendir cuentas a Fritz Kellermann, un oficial del servicio de inteligencia de las SS y jefe de las fuerzas policiales de Gran Bretaña. En el último suceso, el peculiar detective sólo ve un riesgo para la familia del terrorista, ya que serán enviados a un campo de trabajo. Por otra parte, su veterano compañero, el detective Harry Woods lo ve como un desafío a la autoridad represora. Lo que Archer no sabe es que, él mismo, se verá obligado a tomar partido en la contienda que cada día libran las diferentes fuerzas que tratan de imponer su autoridad en Londres. Aunque todo esto, como cualquier conocedor de la II Guerra Mundial sabe, es una ucronía, ya que la “operación León Marino” nunca se llevó acabo, porque en septiembre de 1940 Hitler la descartó. Y también es el argumento de la última miniserie de la BBC.

El anticuario asesinado

Con el inquietante título de ‘SS-GB’ la cadena pública británica ha adaptado para la pequeña pantalla el libro homónimo que Len Deighton escribió en 1978. Una historia que planteaba un universo alternativo, en el que los nazis se imponían en la II Guerra Mundial y conquistaban la capital británica. Argumento que, una década antes, ya había explotado Philip K. Dick en la ucronía más conocida de la Historia de la literatura universal, ‘El Hombre en el Castillo’. Y que el año pasado la división audiovisual de Amazon convirtió en serie de televisión, adaptada libremente, de la que ya se han emitido dos temporadas.

A partir de una extensión mucho más breve, tan sólo cinco capítulos, ‘SS-GB’ narra el día a día del detective Archer meses después de la llegada de los nazis al país. El personaje interpretado por el actor inglés Sam Riley es el elegido para esclarecer un turbio asesinato. Un anticuario, llamado Peter Thomas, es asesinado de forma violenta en su piso. Demasiadas molestias para un hombre que no podía ver y al que le quedaban, por culpa de una enfermedad, semanas de vida. A pesar de que las pistas ofrecen una conclusión clara, Archer no es de los que se rinde ante las evidencias. Y poco después de comenzar sus investigaciones se encontrará un inquietante panorama en el que el Ejército Alemán, las SS, la Resistencia, y lo que queda de las autoridades británicas, están de alguna manera implicadas.

Churchill fusilado, Marx exhumado

La miniserie de la BBC transcurre en un Londres dividido por la incertidumbre, en el que los ciudadanos viven agobiados por las cartillas de racionamiento y ansiosos por conseguir los permisos para trabajar, o los contactos que permitan huir a las zonas no invadidas por las fuerzas nazis. Los huevos, o el “té de verdad” son un bien muy codiciado, mientras llegan noticias de que Winston Churchill fue fusilado frente a un pelotón. Sin embargo los alemanes descartan que, como cuenta la propaganda de la Resistencia, lo hiciese con el signo de la victoria en su mano.

Los altos mandos del Führer desplazados hasta la ciudad pasan sus noches en eventos de gran nivel. Allí intercambian impresiones con los británicos afines a la causa y pujan por los cuadros de artistas internacionales que los grandes museos ya no pueden permitirse. En los corrillos, hablan de la situación del resto de Europa, o comentan uno de los próximos eventos en la ciudad, que formará parte de los libros de Historia. La exhumación del cadáver de Karl Marx para trasladarlo a Moscú, a petición del gobierno ruso.

Testigo de todo ello será el detective Archer, que además tendrá tiempo de ser engañado por una atractiva joven, perteneciente a la Resistencia, y seducido por una periodista norteamericana, que dice estar en el país “persiguiendo una historia”. Pero no serán estos los únicos enigmas que el británico deberá resolver, y los acontecimientos le convertirán en un ser aún más indescifrable y frío de lo que en principio deja ver. Cada una de las partes involucradas en la guerra, o en el asesinato que trata de resolver, le pedirán que cuide de sus intereses y le mantengan informado de cada uno de sus avances. Y los que no lo hacen, como la Resistencia, simplemente le señalarán como un colaborador de la Gestapo. Un estigma con el que deberá cargar ante los vecinos que le vigilan tras las cortinas y ante un hijo, huérfano de madre, que espera respuestas.

Historias de espías

Un planteamiento enormemente atractivo que, sin embargo, si despejamos la ucronía de la ecuación, no deja de ser familiar. La lucha interna que el conflicto genera en Archer, así como su personalidad o sus relaciones amorosas son los ingredientes propios de cualquier historia de espías. Como las que han escrito los encargados de la adaptación, Neal Purvis y Robert Wade, en cinco de las entregas de la saga cinematográfica de James Bond. El mismo género, aunque literario, en el que Deighton destacó entre los años 60 y 90. Un autor que para algunos, era el tercero en discordia cuando se trataba de las novelas de espías. Los otros dos por supuesto, son Ian Fleming y John Le Carré.

El mayor atractivo de la miniserie reside, obviamente, en el universo ucrónico en el que transcurre, y que deja escalofriantes imágenes para el recuerdo. Secuencias de mayor calidad que su predecesora, ‘El Hombre en el Castillo’, pero que como ella transcurren a un ritmo quizá demasiado pausado. Un defecto algo más admisible que el hecho de que decida centrarse, casi exclusivamente, en Archer. Y más cuando un personaje como Kellerman tiene tanto que ofrecer. Especialmente cuando se preocupa por el estado de forma de los caballos de su majestad.

Tras emitir su último capítulo el pasado domingo, la BBC ha sumado a las quejas iniciales por la escasa calidad de su sonido, algunas voces disconformes con el desenlace de la miniserie. Así que ‘SS-GB’ puede ser imperfecta, pero es innegable que también es muy interesante, gracias al planteamiento arriesgado y atractivo que proponen las ucronías. Historias inquietantes que probablemente no alcanzaríamos a imaginar. Y que dejamos atrás cuando termina el capítulo. Aunque a veces la actualidad sea más complicada que pulsar el botón de apagar.

Tras la exitosa invasión de Polonia en 1939, Hitler comenzó a plantearse qué haría con sus aliados, Francia y Gran Bretaña. Y cuando los galos cayeron, fijó su atención en las islas británicas. Un proyecto tan ambicioso como arriesgado, que ganó interés gracias a las diferentes propuestas de sus altos mandos y sus fuerzas aéreas. En julio de 1940, con el nombre en código de “León Marino” el Führer autorizó la invasión de Inglaterra. Dos meses después, tras severos combates aéreos, se reunió con dos hombres de su confianza y juntos llegaron a la conclusión de que expandir sus dominios más allá del Canal de la Mancha era algo viable, y la Royal Air Force, un enemigo asequible.

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