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Juego de Tronos 7x02: 'Bajo la tormenta', la batalla antes de la guerra final
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

Juego de Tronos 7x02: 'Bajo la tormenta', la batalla antes de la guerra final

En el segundo episodio de la serie de HBO las grandes alianzas sirven de poco cuando los peores enemigos están decididos a unir fuerzas

Foto: Daenerys Targaryen en una imagen del segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'
Daenerys Targaryen en una imagen del segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

El segundo capítulo de la séptima temporada de ‘Juego de Tronos’ es como esas fiestas que planificas hasta el último milímetro y, en el momento más inesperado, algún ser despreciable destroza, gracias a sus ganas de llamar la atención de su nueva novia. Tras un comienzo cargado de tensión y reproches, la llegada de viejos conocidos ha aportado cierta credibilidad a alguna teoría. Y momentos de nostalgia, que probablemente no serán los únicos. Pero no hay tiempo que perder, y los líderes deben tomar decisiones que les permitan anticiparse a los movimientos de sus enemigos. Algo que parece más complicado que un buen plan sobre una mesa ante una audiencia deseosa de nuevas ideas.

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Sin sobresaltos iniciales, “Bajo la tormenta” (Stormborn) arranca en Rocadragón, precisamente en una noche de lluvia, rayos y truenos. Un paisaje que llena de melancolía a los presentes en la Cámara de la Mesa Pintada, que tiempo atrás antes ocupó Stannis Baratheon. Varys y Tyrion recuerdan la noche en la que Daenerys llegó al mundo, mientras ella trata de hacerles ver que si Vyserys hubiese contado con sus medios, ya hubiese invadido Desembarco. Un pensamiento que le lleva a recordar el pasado de Varys, y sus convenientes cambios de bando, dependiendo de quién se encuentre en el poder. Tyrion trata de rebajar la tensión entre el eunuco y la madre de los dragones, pero ninguno de ellos está dispuesto a ser simplemente cordial. “Si demandáis obediencia ciega respeto vuestros deseos. Gusano Grís puede descabezarme o vuestros dragones pueden devorarme. Pero si me dejáis vivir, os serviré bien. Me consagraré a veros sentada en el Trono de Hierro” reconoce Varys ante lo injustificable de su conducta en el pasado.

placeholder Imagen del segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'
Imagen del segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

Sin tiempo para responder a la oferta, una inesperada visitante llega al castillo. “Es un honor conocer a la rompedora de cadenas” dice Melisandre cuando Daenerys sale a recibirle, acompañada de Varys y Tyrion entre otros. Cuando el primero recuerda a los presentes el pasado de la Mujer Roja con Stannis, la madre de los dragones señala que su visita no podía ser más oportuna, ya que precisamente ese día estaba perdonando a todos aquellos que “apoyaron al rey equivocado”. Una puya hacia el propio Varys, que le sirve para tomar nota del carácter de la joven.

Melisandre ha salido de su escondite para hablarle a la aspirante al Trono de Hierro de la profecía de Azor Ahai, que dice que “el príncipe prometido traerá el alba”. Daenerys le hace ver que ella no es un príncipe, y Missandei se encarga de aclarar que en alto valyrio, no dice realmente príncipe, sino que se trata de una palabra que se utiliza para ambos sexos. Una versión de la historia que consigue despertar el interés de Daenerys, que le pregunta a la Mujer Roja qué debe hacer. Ella le habla de Jon Snow y le aconseja que se reúna con él para que le cuente “las cosas que ha visto”. Una propuesta que recibe el visto bueno de Tyrion, que guarda un buen recuerdo del tiempo que compartieron en su viaje hacia el Muro.

placeholder Jon Nieve y Ser Davos en el segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'
Jon Nieve y Ser Davos en el segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

Las novedades que traen los cuervos

En Invernalia reciben la invitación de Tyrion con cierto recelo, y aunque ni Jon ni Sansa desconfían del enano, no dejan de pensar en que podría tratarse de una trampa. A pesar de que Ser Davos les hace ver que las fuerzas con las que cuenta Daenerys podrían ser fundamentales para garantizar su victoria. Y en Desembarco, el reinado de terror de Cersei está cargado de buenas palabras, pero cuando sus escasos aliados le preguntan cómo piensa acabar con tres dragones, la falta de respuesta no satisface a los presentes. Aunque Qyburn guarde en secreto un arma con la que acabar con ellos y satisfacer las peticiones de la Reina. Mientras Jaime, preocupado por tozudez de su hermana, trata hacer un nuevo aliado hablando con Lord Randyll Tarly. El Lannister le propone ser capitán de sus tropas, pero Tarly descarta enfrentarse a Olenna Tyrell. Algo que, según Jaime, puede cambiar si estudia bien en qué bando encaja mejor y si le gustaría ser Señor del Sur una vez ganada la guerra.

Un nuevo cuervo llega a Invernalia. La misiva de Samwell con sus descubrimientos acerca de la montaña de vidriagón sobre la que se asienta Rocadragón llevan a Jon Nieve a presentarse de nuevo ante los señores del Norte y el resto de sus aliados. Tras compartir con ellos las novedades que han aportado ambas cartas, y a pesar de que Lyanna Mormont ha alzado su voz para proclamar que necesitan “al Rey del Norte en el Norte”, Jon parece decidido a aceptar la invitación de Daenerys. Cuando Sansa le desafía de nuevo ante los presentes, haciéndole ver que es necesario dejar Invernalia en buenas manos, Nieve le contesta que lo hará, porque es ella quien se queda al cargo. Con la sala tan sorprendida como la mayor de las Stark, Baelish no puede evitar cierto gesto de sorpresa, mientras Brienne luce una sonrisa de satisfacción. El asombro de Meñique se tornará en miedo cuando Jon Nieve le sujete del cuello, antes de partir hacia Rocadragón con Ser Davos, para aclararle que si toca a su hermana “te mataré yo mismo”.

placeholder Samwell Tarly en una secuencia del segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'
Samwell Tarly en una secuencia del segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

"Lo mejor que tiene"

Tras los gritos desesperados que se encontró en una celda mientras realizaba sus tareas, Samwell le ha pedido al Archimaestre Ebrose que vea al paciente que, como pudimos deducir en el episodio previo, es Ser Jorah. Pero sólo consigue confirmar los peores augurios porque la psoriagrís está “muy avanzada y excede nuestro entender”. Ebrose le concede un día antes de enviarle a Valyria a acabar su vida con los Hombres de Piedra, pero Samwell no está dispuesto a rendirse. Y menos cuando descubre que es Ser Jorah Mormont, cuyo padre vio morir. A pesar de que el archimaestre le aconseja desistir, porque los tratamientos conocidos hasta entonces son peligrosos, el joven no se rendirá. En mitad de la noche, cargado con ungüentos y material quirúrgico, visita a Ser Jorah en su celda. “No lo he hecho antes, pero nadie lo va a intentar, soy lo mejor que tiene” le dice poco antes de empezar a arrancarle la piel a tiras.

Otro de los viejos conocidos de ‘Juego de Tronos’ que han regresado en el segundo capítulo de la séptima temporada es Pastel Caliente. El joven con el que Arya compartió aventuras poco después de escapar de Desembarco es el encargado de poner al día a la joven Stark. Tras ver como la niña que conoció es capaz de beberse una cerveza en apenas dos tragos y preguntarle por qué no se dirige a Invernalia, el joven mesero debe aclararle que en su hogar ya no mandan los Bolton, y Jon Nieve es ahora el Rey del Norte. Una novedad que lleva a Arya a cambiar su rumbo, aplazando de momento la idea de matar a Cersei. Y que le permite reencontrarse con una vieja conocida, Nymeria. La loba huarga que su padre le regaló y a la que ella misma se encargó de ahuyentar para evitar que fuese sacrificada. Arya le pide que vaya con ella a Invernalia pero la loba, y el resto de la peligrosa manada que le acompaña, se marchan pacíficamente.

placeholder Arya Stark en una imagen del segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'
Arya Stark en una imagen del segundo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

El gran imprevisto

La llegada de los Greyjoy, Ellaria Arena y Olenna Tyrell a Rocadragón sirve para confirmar su alianza con Daenerys, aunque su primera reunión comience con Yara reclamando acción y Tyrion reprochando a la de Dorne sus malas artes con su sobrina Myrcella. Tras poner paz Khaleesi, que es consciente de que solo les une un enemigo común, reconoce que no pretende atacar la capital de los Siete Reinos sino sitiarla. Momento en el que Tyrion expone su plan maestro sobre el enorme mapa que rodean los presentes. Que los ejércitos de Dorne y Altojardín pongan rumbo a Desembarco con la ayuda de la flota de las Islas del Hierro, mientras los Inmaculados se dirigen a Roca Casterly, el asentamiento original de los Lannister. Un plan maestro con el que debilitarían a Cersei desde todos los flancos posibles. Demasiado perfecto para ser ‘Juego de Tronos’.

Las tres casas de Poniente apoyan el plan de Tyrion, y según lo previsto, Lady Greyjoy escolta a Ellaria hasta Lanza del Sol. Mientras las tres jóvenes asesinas de la Casa Arena se reparten víctimas, su madre cena con los hermanos de las Islas del Hierro. Cuando la velada se anima, y Ellaria besa a Yara, el barco en el que viajan sufre un golpe. Al subir a la cubierta, ésta última descubre que su propio tío está dispuesto a acabar con el programa previsto en Rocadragón. Euron Greyjoy se dispone a asaltar su barco, y convertir una gran alianza en un baño de sangre. Algo que no tarda en lograr, llevándose por delante dos de las hermanas Arena y buena parte de la tripulación del barco. Cuando Euron amenaza con cortar el cuello de Yara, los traumas de Theon le impiden hacer algo por ella, y sólo puede lanzarse al agua. Desde allí contemplará cómo su flota ha quedado reducida a cascos cubiertos de cuerpos y velas en llamas.

Nadie contaba en Rocadragón con esta batalla, que trastoca gravemente el proyecto de Tyrion y Daenerys. Para bien y para mal. Porque tras dedicar buena parte del capítulo a exponer unos planes que no han tardado en irse al traste, no sería de extrañar que los aires de ‘Joker’ que luce Euron despertasen la madre dragón que Daenerys alberga en su interior. Si nos fiamos del avance que la serie presentó en la Comic Con, en el que vemos a Euron llegando triunfal a Desembarco, no sería de extrañar que se cobrase nuevas víctimas, para terminar de cumplir con la promesa que hizo a Cersei de llevarle un regalo. Un gesto que además de dar lugar a una sangrienta alianza, debe ser la chispa que avive la ardiente llama de la guerra.

El segundo capítulo de la séptima temporada de ‘Juego de Tronos’ es como esas fiestas que planificas hasta el último milímetro y, en el momento más inesperado, algún ser despreciable destroza, gracias a sus ganas de llamar la atención de su nueva novia. Tras un comienzo cargado de tensión y reproches, la llegada de viejos conocidos ha aportado cierta credibilidad a alguna teoría. Y momentos de nostalgia, que probablemente no serán los únicos. Pero no hay tiempo que perder, y los líderes deben tomar decisiones que les permitan anticiparse a los movimientos de sus enemigos. Algo que parece más complicado que un buen plan sobre una mesa ante una audiencia deseosa de nuevas ideas.

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