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El Asperger en las series: de Sheldon Cooper a Max Braverman ('Parenthood')
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

El Asperger en las series: de Sheldon Cooper a Max Braverman ('Parenthood')

Hoy se celebra el Dia Internacional del Asperger, un síndrome que la ficción televisiva ha llevado en los últimos años a la pequeña pantalla a través de varios personajes

Foto: Max Braverman, personaje de 'Parenthood' interpretado por el actor norteamericano Max Burkholder.
Max Braverman, personaje de 'Parenthood' interpretado por el actor norteamericano Max Burkholder.

El deseo de trasladar al espectador realidades inéditas en las series de televisión, y la necesidad de contar con roles que representen a la sociedad con acierto, han llevado a los creadores a incluir en sus tramas personajes que hasta hace desconocidos en la ficción. Cada vez son más las producciones de la pequeña pantalla que ponen especial atención en patologías y trastornos poco frecuentes y con aspectos muy característicos. Afecciones que aportan a los personajes características novedosas y diferentes que también ayudan a que el espectador se familiarice con ellas.

Éste es el caso del síndrome de Asperger, un trastorno neurobiológico que padecen tres de cada mil niños en España y que hoy celebra su Día Internacional. Conmemoración que, desde 2006, trata de concienciar sobre este tipo de trastorno y promover la inclusión social de las personas que lo padecen. Una dolencia que, en los últimos años, ha llegado a la pequeña pantalla a través de varios personajes.

Foto: El Dr. Shaun Murphy, a punto de obrar el milagro. (Foto:AXN) Opinión

Sheldon Cooper, protagonista de 'The Big Bang Theory' es la primera referencia televisiva del Asperger, gracias en parte al trabajo de Jim Parsons. Sin embargo, son muchos los que coinciden en señalar que Max Braveman es, hasta el momento, el rol con Asperger mejor escrito y más ampliamente documentado de la televisión. El personaje perteneciente al drama familiar 'Parenthood', la serie escrita por Jason Katims, que relata las vidas de Camille y Zeek Braverman, y su extensa familia, formada por sus cuatro hijos en edad adulta. El mayor de ellos es Adam, que junto a Kristina forma un matrimonio feliz que presume de sus dos hijos, Haddie y el propio Max.

Estrenada en 2010 por la NBC, 'Parenthood' plantea desde su arranque los temores que sienten los padres de Max cuando descubren que los problemas en la escuela de su hijo van más allá de una simple rabieta. Cuando el joven es diagnosticado, y la palabra Asperger pasa a formar parte de su vocabulario, surgen los miedos y se impone la incertidumbre. Adam y Kristina deben aprender a comunicarse con su propio hijo. Y Max deberá afrontar numerosos desafíos, entre los que se encuentra el día a día en la escuela, una rutina que se ve gravemente afectada por su falta de empatía y sus dificultades a la hora de comunicarse.

Las dificultades propias y ajenas

A lo largo de ciento tres episodios, Jason Katims compone a través del personaje de Max un interesante retrato del síndrome, sus características y las consecuencias que tiene en el entorno de la persona que lo padece, desde la escuela a su familia pasando por sus posibles, aunque poco fructíferas, relaciones personales. Así, entre grupos de apoyo para padres, y profesores particulares que le enseñan a Max a ceñirse a una rutina, los cambios de escuela y la adolescencia llegan a la vida del joven, con sus buenos y sus malos momentos.

A pesar de su honestidad y su continuo afán de superación, Max Braverman tiene que luchar constantemente contra la incomprensión de sus compañeros, que se burlan de una realidad que no comprenden y terminan resultando extremadamente crueles. Pero el joven no está solo y sus padres Adam y Kristina le acompañan en su misión. Ambos se niegan a aceptar que su hijo tenga menos posibilidades para aprender que el resto de sus compañeros, y celebran cada uno de sus avances con entusiasmo y cautela. Aunque su cariñosa madre deba asumir que a su pequeño no le gustan los abrazos, y su padre tenga dificultades para asimilar que su hijo no es como los de los demás.

Experiencia personal

Interpretado por el joven actor californiano Max Burkholder, el personaje homónimo es fruto de la intensa y laboriosa investigación realizada por Jason Katims. Un creador que también ha trasladado a la pantalla alguna de sus vivencias personales, ya que él mismo tiene un hijo con síndrome de Asperger. Para hacer más creíble el personaje, Burkholder, Katims y algunos de los integrantes del equipo de la serie se reunían cada dos episodios con un especialista en el trastorno. Reuniones en las que se consensuaba cuál sería la reacción de Max ante ciertas situaciones y cómo afrontaría determinados problemas una persona Asperger.

Aunque en la última etapa de la serie, la imagen creíble y honesta que se había construido sobre Max, su síndrome y su familia, queda un poco desvirtuada por una decisión que podría considerarse idílica, 'Parenthood' se preocupó, a lo largo de seis temporadas, por plantear con seriedad y determinación el día a día de las personas Asperger. Una realidad que, hasta el momento, se habían utilizado para crear personajes con una identidad casi única, pero de los que apenas se ofrecía un punto de vista pedagógico que reflejase los aspectos más difíciles y complejos del síndrome.

Asperger sin diagnóstico

Roles como el de la Dr. Temperance Brennan, protagonista de 'Bones', o el del Dr. Sheldon Cooper en 'The Big Bang Theory' cuentan con las características propias de aquellos que padecen Asperger, pero en ningún momento sus creadores han admitido, dentro o fuera de la serie, que sus personajes hayan sido diagnosticados. En otros casos, como el de Will Graham en 'Hannibal' o Sonya Cross en 'The Bridge', la enfermedad está presente y es evidente, pero sólo es utilizada como un rasgo característico del personaje y no como una trama a desarrollar dentro de la serie.

Por su parte, el protagonista de 'Sherlock' interpretado por Benedict Cumberbatch o el personaje de Abed Nadir en 'Community', son roles que cuentan con rasgos propios de una patología de espectro autista, pero que no se ciñen estrictamente a aquellos que definen el Asperger. Y también los hay que, como Sugar Motta en 'Glee', se quedan a medio camino y sólo logran caer en el estereotipo fácil, contrarrestando así los esfuerzos de otros creadores por ofrecer una imagen realista y apropiada del síndrome.

Afortunadamente, este tipo de clichés tienden a ser cada vez más escasos, y en la actualidad los guionistas, los directores o las cadenas se preocupan por plantear al espectador historias que, aún siendo ficción, plasmen un universo en el que tengan cabida todas las identidades presentes en la sociedad. Es en la admisión de ese compromiso, implícito en la función pedagógica de la televisión, donde reside el afán de ofrecer a la audiencia otros Max Braverman que sirvan para otorgar visibilidad a aquellos que, por no formar parte de la mayoría, terminan siendo invisibles.

El deseo de trasladar al espectador realidades inéditas en las series de televisión, y la necesidad de contar con roles que representen a la sociedad con acierto, han llevado a los creadores a incluir en sus tramas personajes que hasta hace desconocidos en la ficción. Cada vez son más las producciones de la pequeña pantalla que ponen especial atención en patologías y trastornos poco frecuentes y con aspectos muy característicos. Afecciones que aportan a los personajes características novedosas y diferentes que también ayudan a que el espectador se familiarice con ellas.

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