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El Capricho de Manuela Carmena
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Peio H. Riaño

Un Prado al día

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Peio H. Riaño

El Capricho de Manuela Carmena

La alcaldesa de Madrid se decanta por la familia de quien mandó construir hace más de dos siglos el Parque del Capricho, uno de sus lugares favoritos de la ciudad

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A la alcaldesa de Madrid le cuesta elegir uno. Manuela Carmena hace un breve parón entre las múltiples tareas que le ocupan en sus primeros días en el Ayuntamiento y se decanta por un gran lienzo de más de dos metros de alto, en el que aparece retratada la familia del duque de Osuna, don Pedro Téllez-Girón (1755-1807), junto a su mujer la condesa-duquesa de Benavente y duquesa de Osuna, doña Josefa Alonso de Pimentel (1752-1834).

Los duques de Osuna se encuentran entre los primeros mecenas de Goya, para los que pintó varios cuadros de gabinete y retratos familiares como éste, cuyo destino era el palacete de La Alameda, a las afueras de Madrid, en la finca de 14 hectáreas que hoy se conoce como el Parque del Capricho (en la Alameda de Osuna), mandado construir por la duquesa en 1787. Ordenó construir estanques que conectan el canal principal que recorre el parque con el salón de baile, donde daba las fiestas. Además, hizo plantar miles de ejemplares de su flor favorita, la lila.

El parque fue comprado por el Ayuntamiento de Madrid en 1974, tras décadas de abandono, y en 1985 declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

Manuela reconoce que le encanta el pintor aragonés, pero sobre todo le gusta El Capricho, ese parque al que suele ir a menudo y al que el nuevo equipo municipal quiere revitalizar, asegura, para darle mucha más visibilidad entre los madrileños. “Es precioso”. Quiere convertirlo en un sitio muy popular para los ciudadanos. Es, sin duda, uno de los parques más bonitos de la ciudad, en el que aún se conserva el palacete donde un día, hace más de dos siglos, colgaron estos retratos.

Goya ha pintado al matrimonio junto a sus cuatro hijos nacidos hasta el año 1788. Después de este cuadro nació, en 1794, Manuela Isidra, la última hija y futura duquesa de Abrantes. Francisco de Borja, futuro X duque de Osuna, monta a caballo, como un juego infantil, en el bastón de su padre. Heredará los regimientos del padre. Pedro de Alcántara, futuro príncipe de Anglona y primer director del Museo del Prado, está sentado en un cojín a los pies de su madre. Josefa Manuela, marquesa de Marguini, juega con un perrito. Joaquina, marquesa de Santa Cruz, remata la composición aristócrata, apoyada en su madre.

Este retrato familiar es el segundo que pinta Goya en su vida. El primero fue el del infante don Luis de Borbón y su familia, cuatro años antes. Este tipo de retrato no era frecuente en España, así que cuando Pedro Téllez-Girón heredó el ducado de Osuna mandaron hacer a Goya este cuadro. De esta manera los duques ponían de manifiesto su elevada alcurnia, cerca de la realeza. Un ejemplo perfecto del arte al servicio de la propaganda política y el poder de los privilegiados.

A la alcaldesa de Madrid le cuesta elegir uno. Manuela Carmena hace un breve parón entre las múltiples tareas que le ocupan en sus primeros días en el Ayuntamiento y se decanta por un gran lienzo de más de dos metros de alto, en el que aparece retratada la familia del duque de Osuna, don Pedro Téllez-Girón (1755-1807), junto a su mujer la condesa-duquesa de Benavente y duquesa de Osuna, doña Josefa Alonso de Pimentel (1752-1834).

Manuela Carmena Francisco de Goya Pintura Museo del Prado
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