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Momentum como estrategia de inversión
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Javier Molina

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Momentum como estrategia de inversión

El inversor tipo entra en Morningstar y analiza los mejores fondos del año. Se añade el filtro de las 5 estrellas, se echa un vistazo a los fondos Top y en función de eso hace la cartera

Foto: Bolsa de Nueva York (Efe)
Bolsa de Nueva York (Efe)

Hace unos días en esta misma tribuna demostraba como rentabilidades pasadas (al hablar de la rentabilidad de los fondos de inversión) no garantizan futuras, sino todo lo contrario, y que el inversor, por regla general, comete el error de guiarse casi en exclusiva por esa norma a la hora de invertir. Bien sea por decisión propia o bien sea por recomendación de su gestor. Al final, los análisis de uno y otro no suelen diferir mucho. El inversor tipo entra en Morningstar y analiza los mejores fondos del año. Se añade el filtro de las 5 estrellas, se echa un vistazo a los fondos Top y en función de eso se estable una cartera más o menos diversificada. En el caso del gestor, se cruzan los intereses comerciales y las imposiciones en la venta que debe seguir.

Los resultados no suelen ser muy positivos pues, como veíamos, los gestores de esos fondos no mantienen las posiciones mucho tiempo (media de 1,5 años) y, encima, se corre el riesgo de dejarse llevar por los momentos de pánico y euforia que caracterizan al proceso de inversión. Se pierde el momentum y las estrategias no funcionan.

Pero antes de seguir avanzando, no puedo dejar de reconocer que, a la vista de los niveles alcanzados por los principales índices bursátiles, mi idea bajista del mercado está siendo totalmente equivocada. Da igual que los fundamentales sigan divergiendo cada vez más de las cotizaciones y que comprar ahora mercado Estados Unidos puede deparar problemas a medio plazo como este que destacaba en Twitter el otro día, pues una vez más se demuestra que no se puede ir contra el mercado y mucho menos en una tendencia alcista.

Da igual que los resultados empresariales estén saliendo, de media, peor de lo esperado y que la tendencia sea la que vemos en el siguiente gráfico.

De la misma forma, da igual y pasa totalmente inadvertido que las retribuciones de muchos de los CEO de las principales empresas vean menguados sus altos bonus, síntoma inequívoco de esa caída de beneficios empresariales.

Y por supuesto, da completamente igual que estemos en niveles extremos de codicia como nos muestra el índice de la CNN.

Con unos bancos centrales inyectando liquidez, sin alternativas de inversión y con las tendencias alcistas intactas, hasta los gestores más reconocidos tienen que meterse en la fiesta a riesgo de quedarse fuera y sufrir riesgo reputacional...

Volviendo a lo que iba comentando al principio, ¿qué es el momentum?

Momentum es el fenómeno por el cual las acciones que se han comportado de forma positiva respecto a la media, lo siguen haciendo bien y, por el contrario, las que lo han hecho mal siguen esa misma tendencia.

Se trata de comparar una acción respecto a otras. Y si miramos el momentum a 12 meses, la acción con el mejor comportamiento es la que más ha subido en ese tiempo y tiene, por tanto, el mejor momentum. Se calcula comparando el precio hoy con respecto al que tenía hace 12 meses. De esa forma, sería muy sencillo establecer un ranking por mejor momentum relativo.

Al buscar ideas de inversión, podría calcularse el momentum desde 1 a, por ejemplo, 60 meses. Y de ahí sacar los activos a vigilar. Una buena combinación con value nos daría, a buen seguro, una alternativa pasiva para obtener mejor resultado a medio plazo.

Siguiendo con estos estudios que me gusta facilitarles, hoy utilizo uno cuya metodología me parece muy precisa.

En él, se demuestra como las estrategias que utilizan el momentum son, frente a la crítica, fuente de mejores rentabilidades y mejores índices de Sharpe que muchas otras. Les invito a que le echen un vistazo al estudio y mientras, les saco estos números.

Se compara la estrategia de momentum (UMD) con una estrategia que saque el exceso de rentabilidad de las acciones sobre la prima de riesgo (RMRF), otra que captura el efecto tamaño (HML) y otra de Value (HML).

Se toman varios períodos, desde 1927 y hasta 2013 con estos resultados:

En el período más largo, la estrategia de momentum (UMD) supera al resto y, su rentabilidad ajustada por riesgo, lo hace del mismo modo. Sólo en el período más corto le supera la estrategia de la mayor capitalización (RMRF).

Para ver la consistencia, se calcula el número de veces que cada estrategia proporciona rentabilidades positivas que, en el caso de la estrategia de momentum, sería cuántas veces las mejores acciones superan a las peores, a 1 y 5 años.

A 1 año, la estrategia de momentum sigue siendo la más consistente en el período más largo. A 5 años, los datos muestran que lo mejor sería una combinación de momentum con value.

Y así lo demuestran los siguientes datos donde, se combina un 60% de momentum con un 40% de value. No sólo no se obtiene la mejor rentabilidad sino que, además, con el mejor ratio de Sharpe.

Así las cosas, todo esto para demostrarles que se pueden establecer estrategias relativamente sencillas, que le den una fórmula para conseguir una rentabilidad consistente y superior de forma casi pasiva. A la hora de invertir y, dado lo que le cobran en los fondos de inversión para no superar, de media, al mercado de referencia, lo suyo es dedicarle un tiempo a gestionar usted mismo sus ahorros. Puede empezar con unos sencillos cálculos, siguiendo la metodología que hemos visto, que a buen seguro le deparará mejores resultados a costes mucho menores.

Otra cosa es, sin duda, que yo acierte con la evolución futura del mercado. Y aunque sigo pensando que los fundamentales deberán coincidir, no muy tarde, con los precios de las acciones, está claro que debería aplicarme el cuento a mi mismo.

Buen fin de semana.

Hace unos días en esta misma tribuna demostraba como rentabilidades pasadas (al hablar de la rentabilidad de los fondos de inversión) no garantizan futuras, sino todo lo contrario, y que el inversor, por regla general, comete el error de guiarse casi en exclusiva por esa norma a la hora de invertir. Bien sea por decisión propia o bien sea por recomendación de su gestor. Al final, los análisis de uno y otro no suelen diferir mucho. El inversor tipo entra en Morningstar y analiza los mejores fondos del año. Se añade el filtro de las 5 estrellas, se echa un vistazo a los fondos Top y en función de eso se estable una cartera más o menos diversificada. En el caso del gestor, se cruzan los intereses comerciales y las imposiciones en la venta que debe seguir.

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