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Javier Molina

Aprender a Invertir

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Aprendiendo a ganar cuando el mercado cae

Tenemos la mochila cargada de riesgos que, de nuevo, me llevan a recomendarle máxima prudencia en este momento de mercado

Foto: Un par de trabajsdores revisan billetes de 100 dólares estadounidenses. (EFE)
Un par de trabajsdores revisan billetes de 100 dólares estadounidenses. (EFE)

No me gusta nada que bancos de inversión como Goldman o Merril Lynch empiecen a decir que no ven claro el mercado norteamericano y que reduzcan su exposición a riesgo. Tampoco me gusta que se esté produciendo una desbandada de flujos en los fondos de inversión de acciones en USA (y en España). Y mucho menos que el índice del sentimiento del consumidor de la universidad de Michigan dé lecturas por debajo de 90 y en claro retroceso desde hace un año. Sin duda, no son las señales que deberían producirse en un techo de mercado. Hay que admitirlo.

Más bien espero este tipo de comentarios, como el de Deutsche Bank, en las notas a sus clientes, donde se es muy optimista respecto a la valoración del mercado. Nos quieren hacer creer que, tras un año de recesión de los beneficios empresariales, con caídas del del -7,1% en el primer trimestre de 2016, ahora todo se arregla y listos para justificar los precios de las acciones por valoración. Fíjense que no se quedan cortos en su optimismo…

Incluso, afirman que lo peor para las empresas norteamericanas ha pasado y ya sólo quedan rebotes del crecimiento doméstico con lecturas del PMI esperado mucho mejores.

Así las cosas, los riesgos que dominan el actual mercado, de acciones y bonos, son los mismos que les he venido exponiendo desde hace unos meses. El primero es, sin duda, la actual valoración del S&P en función de la variable fundamental: los resultados empresariales. Por supuesto que en el entorno de tipos de interés cero, todos los parámetros merecen un análisis distinto al realizado en el pasado pero, en este caso, siempre se vuelve a la media y, tarde o temprano, se tendrá que reconocer ese hecho. Las recompras de acciones caerán, los sistemas de contabilidad diferentes (GAAP y no GAAP) utilizados tenderán a reflejar la realidad y, como la inflación suba, veremos las consecuencias de las políticas económicas llevadas a cabo por los principales bancos centrales. Además, no podemos dejar de mencionar, entre los riesgos, las posibles implicaciones del Brexit en la eurozona como fuente de desestabilización, ni el flojo crecimiento mundial. Tampoco las implicaciones de una devaluación China por su exportación de deflación y el riesgo que ello conlleva. Ni la posible crisis de deuda que puede experimentar ese país, al estar la misma por encima del 160% del PIB. Vamos, que tenemos la mochila cargada de riesgos que, de nuevo, me llevan a recomendarle máxima prudencia en este momento de mercado.

Por supuesto que en el entorno de tipos de interés cero, todos los parámetros merecen un análisis distinto al realizado en el pasado

Sin embargo, varios lectores me han estado preguntado por Twitter, cómo sacar partido de una posible corrección sin entrar en derivados. Y aprovecho hoy para dar algunas pistas de cómo hacerlo.

La inversión “a la baja” es posible, sencilla y, con los instrumentos que existen hoy en día, modulable tanto en riesgo como en sencillez. Para la ocasión utilizaré ETFs pues son baratos, cuentan con alta liquidez y no incorporan conceptos o datos complejos.

Invertir a la baja es algo tan sencillo como entender que, en líneas generales, vendemos algo hoy con la idea de recomprarlo más abajo. O que compro hoy un activo que, así como caiga el título de referencia, irá valiendo más.

En función de lo bajista que sea, pueden establecerse varias estrategias sencillas con ETFs, de las que destaco dos de ellas.

  1. El inversor muy bajista podrá posicionarse en cualquier ETF de los llamados Inversos. La idea es que si el índice cae un 3% en la sesión, este ETF proporcione un 3% de rentabilidad positiva. Incluso, se puede buscar apalancamiento de 2 y 3 veces. Sin embargo, hay que matizar que, pese a que esto parece una idea fácil, este tipo de ETFs funcionan si el mercado toma una tendencia bajista clara, definida y constante. Por el contrario, si el mercado realiza movimientos al alza y a la baja, entonces el ETF puede no darnos el resultado deseado. El índice ofrece la rentabilidad diaria, no su rentabilidad de largo plazo. Ello se debe a que no están diseñados de forma que no haya reinversión. Veamos un ejemplo:

El primer día, empezamos en 100 y el mercado cae un 20%. El valor de mi ETF será ahora de 120. Si ese día el índice vuelve a caer otro 20%, mi ETF valdrá 144. Pero, si el tercer día, el índice sube un 20%, el valor de mi ETF sería de 115,20, es decir, en esos 3 días el índice ha caído un total de 20% y yo solo gano un 15,20%.

El siguiente gráfico nos muestra lo dicho: me sirve para aprovechar caídas del mercado pero, no me puedo quedar sentado si la tendencia no es clara. Las caídas de principios de año hicieron que se ganara hasta un 10% cuando el índice (SP500) caía.

  1. Para inversores que no sean tan pesimistas pero con ganas de buscar cierto grado de protección, sin perder un posible alza del mercado, tenemos los ETFs de baja volatilidad y aquellos que ofrecen una gestión dinámica entre posiciones bajistas y alcistas.

Uno de estos instrumentos es el Ishares de mínima Volatilidad USA, (USMV) que busca acciones de alto dividendo para amortiguar caídas y busca la mínima volatilidad. Fíjese en su comportamiento.

Cuando cae el mercado, caemos menos y cuando existe una etapa de no tendencia, como la de este mes, el ETF proporciona rentabilidad positiva, del 4,5% frente a una caída del índice del 1,8%. Estos no se ponen cortos pero buscan muy baja volatilidad.

Otro ETF que me gusta, que ya busca ponerse bajista en varias acciones, es el AdvisorShares Ranger Equity Bear (HDGE). El objetivo es identificar acciones de mediana capitalización que tienen resultados regulares y malas perspectivas y venderlas. Aquí, hay una gestión más activa y, por tanto, hay que conocer el producto en profundidad. En cuanto el mercado cae, ese ETF nos ofrece una descorrelación con el mismo, como fue en el caso de febrero y, al tener gestión dentro, el riesgo de no reinversión no es tan elevado como en el caso de los inversos.

Por supuesto que no puedo concluir sin indicar que, como todo producto financiero, uno debe tener muy claro qué está comprando, qué pretende y cuál es su objetivo. Sin ese análisis previo el desastre está garantizado.

Existen alternativas a la liquidez y está en su mano el estudiarlas y utilizarlas correctamente

Otra forma de posicionarse bajista es mediante el uso de opciones PUT que estén fuera del dinero. En ese caso, la inversión y riesgo que se asume es conocido y determinado y sería una especie de seguro a todo riesgo. Pero bueno, eso merece un análisis nuevo.

Mi idea hoy era, simplemente, que vea que existen opciones para estar en mercado a la baja con mayor o menor riesgo. Que hay instrumentos más o menos fáciles de entender y baratos (comisiones bajas) y que toda estrategia de inversión debe estar fundamentada. Existen alternativas a la liquidez y está en su mano el estudiarlas y utilizarlas correctamente. Buen fin de semana.

No me gusta nada que bancos de inversión como Goldman o Merril Lynch empiecen a decir que no ven claro el mercado norteamericano y que reduzcan su exposición a riesgo. Tampoco me gusta que se esté produciendo una desbandada de flujos en los fondos de inversión de acciones en USA (y en España). Y mucho menos que el índice del sentimiento del consumidor de la universidad de Michigan dé lecturas por debajo de 90 y en claro retroceso desde hace un año. Sin duda, no son las señales que deberían producirse en un techo de mercado. Hay que admitirlo.

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