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Tal y como están los mercados... definitivamente me doy al vino
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Javier Molina

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Tal y como están los mercados... definitivamente me doy al vino

Dada la situación de los mercados de acciones y la imposibilidad de realizar análisis predictivos con cierta lógica, me voy a dar al vino que, seguro, se me dará mejor

Foto: Vino en una bodega de Almendralejo, Badajoz. (EFE)
Vino en una bodega de Almendralejo, Badajoz. (EFE)

Estamos viendo como analizar los datos económicos de las empresas, sus beneficios, deuda o cómo reinvierten esa liquidez ya no sirve de nada en esta etapa de manipulación de los banco centrales. Asistimos también a la publicación de magnitudes macro relativamente malas, sin que tampoco nada ocurra. Fíjese que hemos tenido un ISM manufacturero de USA flojo, unas ventas mayoristas regulares y unos datos de empleo peores de lo esperado y el S&P tan fresquito en esa zona de máximos históricos.

Hasta algunos analistas hablan ya de la formación de un suelo en Europa y de que, finalmente, la correlación entre esos mercados puede volver a la normalidad como muestra el gráfico S&P con DAX en su versión Total Return.

Esa correlación de hoy (0,8), no había estado tan alta desde el 2012. Correlación significa que los activos tienden a moverse de la misma forma, en función de esa correlación. Si tengo correlación 0, los movimientos de un activo no tienen nada que ver con los del otro. Si es de 1, existe una relación recíproca.

Y como no quiero pensar, para no equivocarme, que dado este interesante cambio de las correlaciones (de 0,4 a 0,8 en un año), unido a mis temores fundamentales, van a terminar con caídas por todos lados, he decidido darme al vino.

La idea me la llevé de una bodega española que visité años atrás. Podía comprar una barrica, como 300 botellas, de un vino cuidadosamente seleccionado y cuidado, que estaría disponible pasado el plazo de crianza. El precio era bueno y hasta se podía personalizar la etiqueta. En ese momento, me pareció interesante pero, mi grado de acierto en los mercados era sensiblemente mejor que el actual y, entre una cosa y otra, lo deje correr.

Pero hace un tiempo, y dado que hay que buscar nuevos activos en los que diversificar, me he metido finalmente en el negocio del vino. La idea básica es que, dado que me gusta y lo consumo cuando puedo, en caso de pérdidas, siempre me quedarán esas botellas. Es decir, más que una inversión pensando en obtener una cartera más eficiente, pensé en diversificación para autoconsumo donde, de paso, ni mi mujer se dará cuenta hasta que ya sea demasiado tarde y tenga, en caso de pérdidas, unas botellitas en casa…

La idea es crear una cartera de vinos, usando bodegas francesas (aún no se ha inventado nada parecido en España), acorde al perfil de inversión que se tenga. Se compran los vinos recomendados, como si de acciones se tratase, esperando un alza futura del precio. Se almacenan en un lugar específico donde fondos de inversión, coleccionistas y otros inversores tienen su vino y simplemente se espera el mejor momento para su venta. Muy similar al comprar y vender acciones.

Las posiciones tomadas se van valorando de forma periódica y los plazos y perfiles se establecen, básicamente, en tres dependiendo del riesgo a asumir.

  • Inversor Conservador. Sólo se compran vinos de bodegas ya establecidas y de renombre.
  • Inversor Medio. Se añaden, a esos vinos más 'seguros' algunos de bodegas que prometen, en plan estrellas que van a brillar.
  • Inversor Agresivo. Se mezclan vinos seguros, bodegas que prometen y una serie de micro-producciones que se espera alcancen buen valor en mercado.

La inversión es posible desde 10.000 euros y la comisión de gestión es del 5%. El plazo estimado de reventa es de 5 años. Existen unos costes para vender, si quieres utilizar la plataforma, que se aplican en caso de rentabilidad positiva. No hay estafa posible pues los vinos están depositados bajo tu nombre en esa especie de cámara de compensación (que garantiza las condiciones de conservación del vino) y se pueden vender o recoger los vinos en cualquier momento tras la compra. La empresa comercializadora, como si del gestor se tratase, calcula unos precios de venta posibles y esa es la rentabilidad que te venden como esperada. El que se cumpla, como en todo, dependerá de los factores que afectan al sector y producto y, desde luego, no está garantizada.

Pero como ya han visto en mis análisis, no suelo tomar decisión de inversión alguna (aun pensando en quedarme con el vino en caso de drama) sin argumentar mis posiciones. Para ello, les invito a leer un informe muy interesante de varios autores de la London Business School y otros.

Lo primero que destaca, en un estudio desde 1900 hasta el 2012, es la comparativa con el resto de activos. Viendo, de ese modo, su desviación típica y la correlación existente.

Asimismo, podemos ver su comportamiento en el tiempo respecto a otros activos.

Vemos que existe algo más de riesgo en este tipo de activo pero, su rentabilidad histórica, parece justificar esos números.

Justo en este tiempo, encuentro un informe de Barclays que viene a estudiar la inversión en este tipo de 'tesoros' donde se analizan las motivaciones de la inversión. Muy interesante es que, las verdaderas fortunas, mantienen de media, casi un 10% de sus inversiones en este tipo de productos. En algunos países, el total invertido llega al 18%.

Dentro de estos 'tesoros' se incluyen las joyas, metales preciosos, arte, antigüedades, vino…entre otros. Destaca que las fortunas españolas según el estudio, tienen un 14% invertido, destacando la joyería, el arte y las antigüedades.

Y su distribución pasada, actual y esperada sería esta.

Las causas para tomar estas decisiones de inversión se resumen en: disfrute, temas sociales y herencias. Y me parece interesante resaltar que, por edad, no son los más mayores los que invierten en “tesoros” sino la franja sobre los 30 años.

Así las cosas, les contaba todo esto pues, como forma de buscar alternativas a los mercados, el bucear intentando descubrir “tesoros” escondidos o sólo abiertos a grandes fortunas no me parece una tontería. Y más cuando vemos el importe destinado a esos activos por esos inversores.

Lo dicho, dada la situación de los mercados de acciones y la imposibilidad de realizar análisis predictivos con cierta lógica, me voy a dar al vino que, seguro, se me dará mejor. Buena semana.

Estamos viendo como analizar los datos económicos de las empresas, sus beneficios, deuda o cómo reinvierten esa liquidez ya no sirve de nada en esta etapa de manipulación de los banco centrales. Asistimos también a la publicación de magnitudes macro relativamente malas, sin que tampoco nada ocurra. Fíjese que hemos tenido un ISM manufacturero de USA flojo, unas ventas mayoristas regulares y unos datos de empleo peores de lo esperado y el S&P tan fresquito en esa zona de máximos históricos.

Vinos