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La medicación del TDAH acompañada de un informe médico no es dopaje
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Ignacio Romo

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La medicación del TDAH acompañada de un informe médico no es dopaje

Si un 5% de la población sufre este tipo de trastorno, lógicamente muchísimos deportistas pueden tenerlo. Entra dentro de la normalidad que Simone Biles o Phelps lo padezcan

Foto: La corteza cerebral mejora mucho con la medicación. (Reuters)
La corteza cerebral mejora mucho con la medicación. (Reuters)

"El equipo de Estados Unidos compitió bien, pero no limpio". Los Fancy Bears desconcertaron al mundo al publicar en su página web unos documentos confidenciales de la Agencia Mundial Antidopaje que mostraban que Simone Biles, las hermanas Williams y Elena Delle Donne habían hecho uso de su exención por uso terapéutico para tomar medicinas inicialmente ilegales. De primeras, como es lógico, entra la duda. ¿Se doparon estas grandes deportistas de Estados Unidos? Probablemente no.

Foto: Simone Biles durante uno de sus ejercicios de suelo (Ruben Sprich/Reuters).

El caso que más titulares ha llenado ha sido el de Simone Biles. La excelente atleta, cuatro veces campeona olímpica en Río, dio otras cuatro veces positivo durante los mismos Juegos por una sustancia que estaba, para ella, permitida por beneficiarse de una excención por uso terapéutico. ¿Cómo es posible? Precisamente por lo que ella misma ha explicado. Sufre desde que era una niña trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y durante toda su vida deportiva ha tenido que medicarse para tratar esa afección.

Pero ¿qué es el TDAH? Es un trastorno neurobiológico donde existe un pequeño problema en la maduración cerebral de los niños. Se produce un retraso y esto les provoca ser hiperactivos, lo cual es muy normal dentro de los deportistas. Algunos son impulsivos y tienen déficit de atención. El trastorno consta solo de déficit de atención, solamente hiperactividad o el combinado, que es del que estamos hablando, pues es el que sufre Simone Biles.

Por lo general, se produce en la infancia. Los niños que lo sufren nacen con menos cantidad de noradrenalina y dopamina, unas hormonas que actúan como neurotransmisores en el cerebro, y requiere un diagnóstico clínico, es decir, tiene que ser diagnosticado por un médico, un psiquiatra infantil o un neuropediatra, un neurólogo infantil. Antes se decía que los chavales que la sufrían eran los típicos 'trastos', personas que tenían dificultades sociales. En muchos casos, no solían encontrar buenos trabajos, ni entrar en la universidad. Hay un porcentaje de personas con TDAH en prisión muy superior al 5% que hay en la sociedad libre. ¿Por qué? Porque son personas impulsivas, que tienen mayor facilidad para caer en el consumo de drogas... Y todo, por ese trastorno, de ahí que requieran un tratamiento.

Afortunadamente, hoy en día existen diversos tratamientos farmacológicos que lo controlan. Suele tratarse de estimulantes (normalmente, metilfenidato y lisdexanfetamina) del sistema nervioso central muy eficaces, los cuales aumentan los niveles de concentración de esos neurotransmisores. En el caso de los deportistas, les va a centrar más en su objetivo, hará que puedan desarrollar su ejercicio con más eficiencia. Pero esa medicación, acompañada de un informe médico, no supone ningún caso de dopaje. Claro que las exención por uso terapéutico siempre han sido polémicas por la posibilidad que existe de fraude. Pero yo considero que es relativamente fácil distinguir un fraude de un caso debidamente documentado. Si se presenta un extenso, concienzudo y profundo informe médico, no hay por qué duda de su veracidad.

Que Simone Biles sufra el TDAH desde niña no es especialmente sorprendente ni llamativo. Si un 5% de la población sufre este tipo de trastorno, lógicamente muchísimos deportistas pueden tenerlo. Entra dentro de la normalidad. Desde que Michael Phelps anunciara en su día que tenía el TDAH, este trastorno está comúnmente aceptado con su tratamiento entre los deportistas de élite. Algo similar le ocurrió al velocista estadounidense Ryan Bailey. No deja de ser un problema como otro cualquiera, como si un deportista tiene asma u otra dolencia y debe tratarse.

De hecho, el deporte puede ser muy positivo para el tratamiento de este trastorno. Tanto a Phelps como a Biles les viene muy bien ese tipo de entrenamiento muy regulado, en el que, en el caso del nadador, su entrenador le dice que debe realizar una serie de 20 largos, o en el caso de la gimnasta que debe ejecutar un salto 10 veces. Reciben instrucciones muy claras y mecánicas. Para hacernos una idea: lo contrario sería decirle a un niño "haz la mochila, tómate la tortilla, lávate los dientes y vete a la cama". Alguna de las instrucciones se le olvidará. Se le deben pedir una a una para que las realice de manera metódica.

Foto: Simone Biles, durante los Juegos Olímpicos de Río. (EFE)

Pese a lo comentado, hay una corriente dentro de la psiquiatría, el psicoanálisis, que no considera el TDAH como un trastorno médico y suele ser muy reacia a tratarlo con fármacos e, incluso, a diagnosticarlo. Sin embargo, ya existe mucha literatura y artículos médicos con neuroanálisis que demuestran que la corteza cerebral mejora mucho con la medicación.

"El equipo de Estados Unidos compitió bien, pero no limpio". Los Fancy Bears desconcertaron al mundo al publicar en su página web unos documentos confidenciales de la Agencia Mundial Antidopaje que mostraban que Simone Biles, las hermanas Williams y Elena Delle Donne habían hecho uso de su exención por uso terapéutico para tomar medicinas inicialmente ilegales. De primeras, como es lógico, entra la duda. ¿Se doparon estas grandes deportistas de Estados Unidos? Probablemente no.

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