El Real Madrid pierde personalidad y no convence esta temporada

Hay varias cosas del actual Real Madrid que no me convencen. La primera de todas es que no me explico cómo ha podido caer en una pérdida de personalidad tan importante respecto a la temporada pasada. Se supone que un proyecto debe ir creciendo con el paso de los años. Cuando se ha sentado una base sólida bajo la tutela de un líder como Mourinho. Un equipo capaz de robarle una liga al considerado mejor equipo del mundo no puede arrancar una temporada dando la impresión de que se han dado diez pasos atrás.

Las nuevas incorporaciones aportan poco. Alguno, como Modric, cuesta demasiado para el papel que desempeñará. Otros, como Essien, llegan gratis al ser descartados en sus clubes. Un veterano futbolista que cierra la puerta a jugadores que se han tenido que marcharse aburridos. Sirva de ejemplo Granero, por no remontarnos a Javi García que hoy es titular indiscutible en el Manchester City. Nombres de canteranos que han tenido que hacer la maleta. Siempre ha ocurrido, pero en esta etapa los futbolistas del filial están más quemados que nunca. Se dan cuenta que su futuro no está en el club de su corazón. El jefe Mou fue contratado para ganar títulos. Su filosofía siempre ha sido tener una plantilla con los mejores del mundo para conseguir esos objetivos inmediatos. No le pidan un trabajo a largo plazo. Mourinho llega, exprime y se va. Eso hará en el Real Madrid. Dejará algún título más en unas repletas vitrinas, pero ningún diamante pulido.

A los blancos les salvó la campana contra el Borussia de Dortmund. La alineación de la primera parte estaba tan descompensada como el banquillo. Con Benzema tocado el único nueve era Higuaín. Una imprevista lesión del argentino les deja sin delantero. Y Morata, en casa. En la segunda parte Mourinho rectificó el dibujo, pero ya no podía tirar del canterano. La excusa es que el Castilla le necesitó el domingo y jugó los noventa minutos. Razón insuficiente para que pudiese ser reserva en la Champions. De todo se puede aprender, aunque hay que tener voluntad para hacerlo. Como por ejemplo, en las faltas. Ya va siendo hora que en el campo algún compañero le quite el balón de las manos a CR7. Uno de los jugadores con peor porcentaje de acierto en esa suerte. Ozil se atrevió a retarle con éxito. Alguno habrá tomado nota.

La situación no es dramática. En Liga la distancia es importante, pero no insalvable. La Copa del Rey acaba de empezar. Y en Champions la clasificación está en sus manos. Quien ya la ha conseguido es el Málaga. Impresionante aparición del equipo andaluz en la máxima competición continental. Cuando suena ese himno se olvidan los problemas. Da igual que el jeque esté o no en el palco, que pague antes o después. Lo importante es que ahora toda Europa sabe que en la Costa del Sol, además de vivirse bien, hay un gran equipo que asombra con su fútbol.