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Filtradores por todos los rincones
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Ángel Rodríguez

A bote pronto

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Filtradores por todos los rincones

Hace unos días vi a José Antonio Luque decir uno de los motivos, tal vez el más importante, por los que no jugaba todavía Iker Casillas

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Filtradores por todos los rincones

Hace unos días vi a José Antonio Luque decir uno de los motivos, tal vez el más importante, por los que no jugaba todavía Iker Casillas como titular tras su lesión en la mano. Vaya por delante que el grado de credibilidad que me aporta mi amigo Luque es alto. Creo a pies juntillas las informaciones que salgan de su boca. Sé que bebe en buenas fuentes. Bueno, al tema.

Explicaba Luque, que le habían contado que en los entrenamientos quitaba la mano lesionada. En una palabra, que no estaba totalmente recuperado. Bien por molestias o bien por falta de confianza. Así lo habían detectado los técnicos que trabajan con Iker días tras día. Ante esa percepción decidieron a no convocarle a pesar de tener el alta médica. Era la explicación a no concederle el alta competitiva.

Mi artículo no va encaminado a valorar esta importante información, sino a reflexionar sobre lo importante que es en la labor periodística las filtraciones. Gracias a ellas nos enteramos de asuntos que se quieren mantener en secreto por diferentes motivos. Lo normal es que esta buena filtración a un periodista llegue desde el cuerpo técnico del Real Madrid. Quienes están cuerpo a cuerpo en los entrenamientos. No sería normal que saliese de los despachos.

Las confidencias suelen ser interesadas. Se había originado una fuerte polémica ante la suplencia del mejor portero del mundo una vez apto. Ni Mourinho, ni Karanka, que son los que hablan, habían  hecho público que Iker no metía la mano en el entrenamiento. Algo normal. No había necesidad. Pero alguno de ellos sí entendió oportuno filtrarlo. Es la opción que se escoge cuando quieren que algo se sepa por boca de otro.

Lo hace todo el mundo, en todos los ámbitos. Directivos, jugadores, entrenadores, médicos, utileros son algunas de las gargantas profundas más habituales de los periodistas. Por eso extraña que desde el cuerpo técnico del Real Madrid se pusiese el grito en el cielo ante ciertas informaciones de vestuario. Gritasen a los cuatro vientos que había que encontrar al chivato.

Les molestó sobre manera que se conociese que Iker, como capitán de España y del Real Madrid, llamase a Xavi y a Pujol para limar asperezas tras los clásicos. Resulta que los agraviados por esa confidencia hecha pública respondieron con la misma artimaña. Se encargaron de filtrar que el chivato del vestuario era Casillas. Había roto los códigos que intenta imponer su entrenador, a veces, muy contrarios a los que están acostumbrados a defender en el sagrado vestuario blanco. Algo que empieza a ser habitual.

También es sagrado el autobús del equipo. Allí no se sube nadie ajeno a la plantilla, ni siquiera los directivos. Nadie menos el hijo del entrenador. Pues a mí me han filtrado que hubo futbolistas a los que no les gustó eso. Muchos de los que viajan ahí también tienen hijos y ni se les ocurre pedir permiso para subirles al autocar del equipo. No es la primera vez que ocurre algo parecido. Hace meses la plantilla recibió la grata visita de Maradona. Los jugadores aceptaron de buena gana que unos de los mejores futbolistas de la historia pisase el vestuario. Otro lugar sagrado. La sorpresa surgió cuando a Maradona le acompañaba el representante Jorge Mendes. Esta presencia también molestó ya que todos tienen representante y jamás han pisado el vestuario blanco.

En definitiva. Afortunadamente todas estas historias las sabemos porque alguien en algún momento se las cuenta a algún periodista. Es parte de nuestro trabajo. Así lo asumen todas las partes. El cuerpo técnico madridista se lanzó a la caza del chivato, cree que lo encontró,  filtró su nombre. Ahora deben buscar otro chivato más. Al que haya filtrado que Iker no exponía la mano lesionada en los entrenamientos. No necesitan ayuda, ellos lo saben de sobra. Pero en esta ocasión a los ‘antifiltradores’ no les interesa filtrar el nombre de unos de los suyos.        

Hace unos días vi a José Antonio Luque decir uno de los motivos, tal vez el más importante, por los que no jugaba todavía Iker Casillas como titular tras su lesión en la mano. Vaya por delante que el grado de credibilidad que me aporta mi amigo Luque es alto. Creo a pies juntillas las informaciones que salgan de su boca. Sé que bebe en buenas fuentes. Bueno, al tema.