Es noticia
En el Santiago Bernabéu todo estaba preparado para la remontada
  1. Deportes
  2. A bote pronto
Ángel Rodríguez

A bote pronto

Por

En el Santiago Bernabéu todo estaba preparado para la remontada

Se había creado el ambiente de las grandes noches. Partidos históricos no faltaban para poder recordar que ese tipo de gestas eran posibles. El entorno madridista

Foto: En el Santiago Bernabéu todo estaba preparado para la remontada
En el Santiago Bernabéu todo estaba preparado para la remontada

Se había creado el ambiente de las grandes noches. Partidos históricos no faltaban para poder recordar que ese tipo de gestas eran posibles. El entorno madridista ya no podía hacer más. Se trataba de animar, presionar y esperar. Esperar que el técnico acertase con el planteamiento y los jugadores se dejasen la vida en el campo. Todo tenía que salir perfecto. Así empezó el partido. En el primer cuarto de hora el Real Madrid podía llevar un par de goles y haber metido el miedo en el cuerpo a los alemanes. Los errores en la definición fueron desinflando al equipo. La claridad en las llegadas dio paso a los balones largos como recurso cuando las luces se apagan. Desesperante costumbre que sólo sirve para perder la posesión con demasiada frecuencia. Mientras el BVB a lo suyo. 

Una vez pasada la tempestad sin daños mayores empezaron a sentirse más cómodos. Atreviéndose a acercarse a la portería de Diego López con peligro. Hemos pasado a ser unos románticos a los que nos sonó rara una alineación de semifinal europea con olor a hazaña sin Iker Casillas. En la portería estaba un honrado Diego López que ayer volvió a salvar al equipo como tantas veces ha hecho Iker, ahora olvidado por algunos. La remontada quiso hacerse en media hora. Los primeros y los últimos quince minutos de partido. No es tiempo suficiente. Ese empuje sólo permitió nadar para morir ahogado en la orilla. Entre medias, sesenta minutos sin noticias de CR7, ni de Özil, con Alonso muy tocado y Di María colgando balones alocadamente. Jugando todos sin sentido. Solamente Modric intentaba poner algo de orden, bajar el balón, dar sentido a un juego anárquico. Lo que no se puede criticar es el esfuerzo colectivo. El empuje del Bernabeu hizo volar a los futbolistas aunque muchas veces como pollos sin cabeza. 

De justicia será reconocer que el BVB es finalista por méritos propios. En el partido de ida dio una lección de fútbol a un nefasto Real Madrid. Encuentro en el que se perdió la opción de estar en Wembley. Incluso en el Bernabeu mereció marcar al menos un gol. Ninguno de sus jugadores son experimentados futbolistas, pero han sabido meterse en una final de Champions. Mientras Mourinho recordaba que cuando llegó a este club sus jugadores eran igual de inexpertos. Lo que se olvidó de recordar el técnico portugués es que se marchará con una liga, una o dos Copas del Rey y una Supercopa de España en tres temporadas. Sin embargo quedarán jugadores campeones de Europa o del mundo. Futbolistas como Casillas, Ramos, Arbeloa, Albiol o Xabi Alonso que recibieron a Mou con el título de campeones de Europa y del mundo bajo el brazo. Vaya inexperiencia. Por no hablar de Özil o Khedira con Alemania, Higuaín y Di María con Argentina o Benzema con Francia. 

Dio una vuelta más de tuerca para, nada más terminar un partido en el que todo el madridismo estaba hundido por haberse quedado con la miel en los labios, ponerse a hablar del árbitro por una roja a Hummels que ni él se cree, de la supuesta inexperiencia de sus jugadores, del dinero que ha ganado el club más lo que se ahorra en primas y que desde su llegada el Real Madrid ya no cae en octavos sino en semifinales. Como si eso le valiese a un club en el que sólo valen los títulos. Una retahíla de explicaciones sin sentido impropias del momento que se estaba viviendo. Los ciclos se acaban. Eso parece con el de Mourinho como entrenador del Real Madrid. Se irá a un país donde le quieren más. Siempre deja esa puerta abierta. Se empeña en no cerrar el debate a pesar de tener contrato en vigor y, claro, los periodistas huelen sangre y preguntan insistentemente sobre algo que saben que es noticia. El adiós de Mou que cada vez está más cercano. El ciclo de este equipo continuará. Hay juventud y talento a raudales. Florentino Pérez se encargará de dar los retoques millonarios oportunos para que el Real Madrid siga estando a la altura de una afición como la de la última noche europea.     

Se había creado el ambiente de las grandes noches. Partidos históricos no faltaban para poder recordar que ese tipo de gestas eran posibles. El entorno madridista ya no podía hacer más. Se trataba de animar, presionar y esperar. Esperar que el técnico acertase con el planteamiento y los jugadores se dejasen la vida en el campo. Todo tenía que salir perfecto. Así empezó el partido. En el primer cuarto de hora el Real Madrid podía llevar un par de goles y haber metido el miedo en el cuerpo a los alemanes. Los errores en la definición fueron desinflando al equipo. La claridad en las llegadas dio paso a los balones largos como recurso cuando las luces se apagan. Desesperante costumbre que sólo sirve para perder la posesión con demasiada frecuencia. Mientras el BVB a lo suyo. 

Santiago Bernabéu