LaLiga, de la explotación comercial a futbolistas como estrellas porno

"Deseo manifestar un cometido y un reto para vosotros, representantes del deporte y de empresas que patrocinan eventos. Es el de conservar lo genuino del deporte, protegerlo de las manipulaciones y de la explotación comercial". Este fue el mensaje que el Papa Francisco lanzó hace dos días con motivo de la apertura de una conferencia en el Vaticano sobre fe y deporte.

Y hablando de "lo genuino" del deporte y de su "explotación comercial", sobre ambos aspectos deberían reflexionar las dos personas que actualmente gobiernan el fútbol profesional español, y no necesariamente por este orden: Javier Tebas, reelegido presidente de LaLiga sin ni siquiera rival al que batir en las urnas, y Jaume Roures, el presidente de Mediapro que ha vuelto a quedarse con todos los derechos de televisión -además de mantener los internacionales, claro-, así como de encargarse de la producción y hasta del partido en abierto que tantas veces ha intentado cargarse.

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Curiosamente, Tebas visitó este mismo año con el Papa Francisco, con motivo de un acto en Roma de Scholas Occurrentes, con la que LaLiga colabora "para construir la paz a través del deporte y la educación". ¿La educación? Luego hablamos de la educación... Sin embargo, al presidente de la antes llamada Liga de Fútbol Profesional no se le ve muy dispuesto a reconsiderar la "explotación comercial" a la que se está viendo sometido el fútbol español. Como para pensar en "lo genuino" del balompié. Para él, su único objetivo es que lo clubes de LaLiga Santander ingresen el mayor dinero posible, aunque ello aleje los equipos de sus aficionados. Ya saben, a Dios rogando y con el mazo dando...

Claro que menos probabilidades hay de que haga caso al Papa el empresario Roures, que maneja LaLiga como su negociado, con la dispersión de horarios como principal arma arrojadiza contra clubes y aficionados. La pela es la pela, que dicen en Cataluña, y al presidente de Mediapro sólo le importa el consumo de horas y más horas de fútbol en televisión. Los hinchas son meros clientes y los futbolistas, unos empleados generalmente muy bien pagados, pero obligados a jugar a cualquier hora y cada cuatro días. La excusa no es otra que el dinero, el que reciben los clubes -y la propia Mediapro como uno más de estos, por cierto- y, por extensión, los futbolistas. Y aquí entramos en otro terreno pantanoso, el de los millonarios prematuros, como les llama Marcelo Bielsa y la educación antes mencionada.

El escandaloso vídeo de contenido sexual de dos jugadores del Eibar, Enrich y Luna, con una chica que no tardó ni 24 horas en denunciarles por su difusión en las redes sociales, es el último ejemplo de dónde está llegando la sociedad en general, pero el fútbol profesional muy en particular. De momento, Mendilibar, técnico del equipo eibartarra, prescindió de Enrich y Luna para un amistoso en Lerma, aunque no sería de extrañar que la Sociedad Deportiva Eibar, un club ejemplar, tomara la decisión de expulsarles. De hecho debería hacerlo, pues es difícil avergonzar más a una entidad deportiva.

Aunque habrá quien piense que es mezclar churras con merinas, cuando un deporte como el fútbol está tan profesionalizado y lo único que importa es el negocio, léase el dinero que Tebas y Roures gestionan, es normal que los millonarios prematuros pisoteen esos valores de los que tanto nos gusta hablar, pero que tantas y tantas veces se contradicen con hechos. El caso de los jugadores del Eibar es extremo, sí, aunque estas prácticas son más habituales de lo que pueda parecer y dicen muy poco de sus protagonistas, pero también de quienes deberían controlarles. Ahí está, por ejemplo, el caso de la NBA, mucho más profesionalizada que LaLiga, y precisamente por ello donde los jugadores son aleccionados sobre cuál debe ser su comportamiento en cada momento para que no ocurran cosas como las de los dos jugadores del Eibar.

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Precisamente, el que fuera presidente del Eibar, Álex Aranzábal, que este martes anunció que renunciaba a presentar su candidatura a la presidencia de LaLiga, aseguró que la patronal del fútbol "no puede vivir de espaldas a las aficiones", de ahí que considerara urgente "una reflexión profunda sobre la política de programación del calendario de partidos y horarios". "Agradezco a la afición su valentía por alzar su voz mostrando su descontento, por la creencia en que otro fútbol es posible", fue la despedida de un candidato que nisiquiera llegó a serlo.

"Todos conocemos el entusiasmo de los niños que juegan con un balón desinflado o echo de pedazos en los suburbios de algunas grandes ciudades o en las calles de pequeños municipios", dijo con toda su buena fe, pero también con una enorme ingenuidad, el Papa Francisco, alejado de la realidad del fútbol profesional actual. Calendarios inhumanos para los jugadores, horarios infernales para los aficionados y hasta algunos futbolistas que ejercen de actores porno. Este es el panorama de LaLiga, con dos personas aparentemente tan dispares como Tebas y Roures, pero unidos por una ideología común: el dinero.