Es noticia
Cuando a un equipo de bandera sólo le impide ganar un banderín
  1. Deportes
  2. A mi bola
Kike Marín

A mi bola

Por

Cuando a un equipo de bandera sólo le impide ganar un banderín

El asistente del extremeño Gil Manzano anuló un gol legal a Juanmi, el cual le habría dado a la Real la victoria que mereció ante un Barça al que se impuso en todas las facetas del juego

Foto: Los jugadores de la Real celebran el 1-0 al Barça, con Messi en primer plano. (REUTERS)
Los jugadores de la Real celebran el 1-0 al Barça, con Messi en primer plano. (REUTERS)

"Ha sido un partido muy fácil de explicar: un equipo ha sido infinitamente superior al otro y empatamos en una jugada aislada. Nos llevamos un punto cuando no nos merecíamos nada”. Luis Enrique pudo decirlo más alto, pero no más claro. Su Barça se vio claramente superado por la Real Sociedad y que el empate le supiera a poco a los donostiarras es lo mejor que se puede decir del equipo de Eusebio, instalado en la zona noble de la clasificación, el lugar que por potencial le corresponde y al que se confirma que no era ninguna locura exigirle que aspire.

El buen juego, tanto a nivel individual como también colectivo, la confianza y la ambición de esta Real quedaron sobradamente testadas ante un rival de la entidad del Barça, por más que, al igual que sucediera anteriormente con Betis, Alavés, Leganés, Atlético y Sporting, el partido de los azulgrana fuera el peor que se les recuerda. Sin embargo, y para despejar aún más las posibles dudas, cabe destacar que la Real es el primer equipo que le gana la posesión al Barça y puntúa en un partido de LaLiga desde que en 2008 lo hiciera el Real Madrid en su victoria por 4-1. Casi nada.

Más posesión, pero también más pases y mayor efectividad en estos, además de más tiros a puerta y más córners. Aún así, la manifiesta superioridad de la Real no se vio reflejada en el marcador y a ello colaboró de manera decisiva el error del auxiliar de Gil Manzano, quien se inventó un inexistente fuera de juego de Juanmi en la jugada que Vela estrelló el balón en el larguero y la pelota botó sobre la línea de gol de la portería defendida por Ter Stegen. ¿Entró? ¿No entró? En la Premier se habría recurrido a la tecnología para salir de dudas, pero en LaLiga no tenemos esa suerte. Seguro que Javier Tebas está en ello.

En cualquier caso, el gol de Juanmi debió subir al marcador y muchas ganas hay que tener de levantar el banderín y anulardo por un fuera de juego que, como puede verse en la imagen, claramente no era. Ahí estuvo el 2-1 y, probablemente, la merecida victoria de la Real ante un Barça que por séptima temporada consecutiva se fue de San Sebastián sin poder ganar. Sumó un punto, calificado de milagroso por su propio entrenador, precisamente porque fue el partido en el que menos mereció.

Los méritos de la Real

Como suele suceder en estos casos, y más aún en una semana previa al Clásico, el mal partido del Barça será más noticia que el partidazo de la Real. Lo cierto es que Eusebio ha encontrado un once que toda la afición conoce ya de memoria y es evidente que en el baño al equipo de Luis Enrique tuvo mucho que ver el valiente planteamiento del técnico de La Seca y el gran rendimiento de todos sus jugadores, desde su atrevida y efectiva presión, hasta el punto de obligar al Barça a jugar en largo, a su atrevido y efectivo control de un partido que siempre tuvo más cerca de ganar que de perder.

Puestos a destacar a alguno de los jugadores de la Real, qué decir de Vela, quien después de verse fuera de la Real ha vuelto en su mejor versión. O de la pareja Zurutuza-Illarramendi, que equilibra el juego con talento y criterio para jugar y no sólo con músculo para correr. Frente a ellos, Sergio Busquets estuvo tan perdido como pocas veces se le ha visto. O el gran capitán, Xabi Prieto, para el que se agotan los calificativos. O el, por fin, delantero centro que tanto necesitaba la Real: el brasileño Willian José, autor del 1-0 e incansable en su aportación al juego de su equipo, ya sea generando espacios a sus compañeros u ocupándolos él.

Para no dejarme a ninguno, también tuvo una destacada actuación el jovencísimo Mikel Oyarzabal, entusiasmo no exento de calidad, así como toda la línea defensiva, con Rulli fusilado por su compatriota Messi en el 1-1, pero muy bien protegido por el cacique Iñigo Martínez y un sorprendente Raúl Navas, así como por Carlos Martínez y Yuri, los laterales largos que tanto le gustan a Eusebio y que están devolviéndole esa confianza con actuaciones memorables.

Quizás, y es precisamente aquí donde aún habrá que esperar acontecimientos -y más esta semana que empieza a disputarse la Copa del Rey-, el técnico de la Real dejó algunas dudas a la hora de mover banquillo. Canales por Xabi Prieto, se entiende que para dosificar al veterano capitán. Juanmi por un Willian José al que no le hizo ninguna gracia irse del campo. Y, quizás el más discutible, Granero por Oyarzabal. Precisamente el exmadridista tuvo en sus botas tres balones más o menos francos para batir a Ter Stegen, pero El Pirato notó la inactividad y, sobre todo, el hecho de sentirse más fuera que dentro.

Al final, y ya es triste que así fuera después de todo lo que hizo para llevarse los tres puntos ante un Barça que empieza a preocupar, a un equipo de bandera sólo le impidió ganar un banderín...

"Ha sido un partido muy fácil de explicar: un equipo ha sido infinitamente superior al otro y empatamos en una jugada aislada. Nos llevamos un punto cuando no nos merecíamos nada”. Luis Enrique pudo decirlo más alto, pero no más claro. Su Barça se vio claramente superado por la Real Sociedad y que el empate le supiera a poco a los donostiarras es lo mejor que se puede decir del equipo de Eusebio, instalado en la zona noble de la clasificación, el lugar que por potencial le corresponde y al que se confirma que no era ninguna locura exigirle que aspire.

Luis Enrique