El papelón de Míchel: solo su Málaga puede dar la Liga al Barça (y no es 28 de diciembre)

"Yo quiero tanto al Madrid que me duele mucho que en ocho años solo haya ganado un título de Liga". Así de sincero y rotundo se mostraba José Miguel González Martín del Campo, más conocido por Míchel, en una entrevista concedida a El Confidencial el pasado mes de octubre. Según el ahora técnico del Málaga, "es más difícil ganar la Liga que la Champions", de ahí la importancia de este título para los blancos, aunque esta temporada aún aspira a los dos. Premonitorias o no, estas y otras declaraciones de Míchel cobran estos días protagonismo por el hecho de que solo su equipo puede evitar que el Real Madrid sea campeón de Liga o, lo que es igual, que lo sea el FC Barcelona.

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Desde que se vislumbró la posibilidad de que la Liga se decidiera en la última jornada, tal y como finalmente sucederá este domingo, la horda de amigos de Míchel empezó una campaña para aclarar de manera preventiva que al ex jugador del Real Madrid no le gusta perder ni a las chapas y que, "si ustedes le conocieran", sabrían que no se puede dudar de su profesionalidad. El problema de ponerse la venda antes de tener la herida es que te fijas en la herida aunque no la haya. Y es lo que irremediablemente ha terminado sucediendo con Míchel, a quien se le va mirar con lupa cada decisión que tome, cada gesto que haga y cada palabra que diga. Todo esto antes, durante y después el decisivo Málaga-Real Madrid que se disputa en La Rosaleda mientras el Barça recibe al Eibar en el Camp Nou.

Lo mejor que le ha podido pasar a Míchel es que, después de ganar el aplazado partido de Balaídos, al Real Madrid le basta con un empate para ser campeón. Un resultado que, visto lo visto, tampoco sería malo para su Málaga y, sobre todo, para él. "No somos culpables de lo que ocurra la última jornada y nuestra obligación es defender esta camiseta", dijo el técnico madrileño cuando se le preguntó por este capricho del calendario de Liga y su "preferiría hacer pasillo al Madrid antes que la puñeta".

Sí, Míchel se equivocó cuando tras ganar al Barcelona (2-0) dijo que "el Madrid no necesita ayuda, porque va a ganar la Liga, pero si un madridista malaguista le puede echar una mano, mejor". Y volvió a hacerlo al bromear con que que él es "más madridista que Valdano", en alusión a las famosas Ligas que el Madrid perdió en Tenerife. Prueba de su error es que tuvo que aclarar que "es imposible que me deje ganar, pero un tonto hace mucho daño, por no decir un hijo puta. No vamos a tirar ningún punto. Vamos a intentar ganar todos los que nos quedan. Ya hemos tirado demasiados".

Ya es triste tener que decir tantas obviedades y destacar algo que tratándose de deportistas nunca debería estar bajo sospecha, aunque sabido es que este turbio negocio del fútbol funciona así. Este mismo jueves, Míchel también quiso pronunciarse en las redes sociales. Lo hizo a través de su cuenta personal de Twitter con un escueto 'A lo nuestro' y una foto suya entrenando al Málaga.

"Solo mandaría el currículum al Camp Nou el 28 de diciembre. No creo que sería bueno para ninguno de los dos". Del mismo que sabe, y así lo dice, que nunca podría entrenar al Barça, Míchel tampoco ha escondido su ilusión por ocupar algún día el banquillo del Bernabéu. "Como comprenderá, no me voy a sentar junto a una de las puertas del estadio para que me vea el presidente cuando se acerca al club. La vida da muchas vueltas y espero que algún día pueda dirigir al Madrid, un club al que llevo en mi corazón desde muy pequeño", señaló en la citada entrevista con El Confidencial.

Lo que sí es verdad, es que Míchel no parece tener las puertas del Real Madrid abiertas, lo cual en estos momentos resulta toda una paradoja. "No sé de dónde ha salido que me llevo mal con Florentino Pérez, porque siempre me hacen esta pregunta. Con Florentino tengo unas relaciones normales y nunca me ha hecho un desaire, pero también es verdad que nunca nos hemos ido a comer. El presidente del Madrid recupera a exjugadores de su confianza y amistad para que trabajen en el club. Por citar algunos, ahí están Roberto Carlos, el también brasileño Ronaldo, Solari, Guti… Y cuando destituyó a Rafa Benítez, echó mano de Zidane, al que siempre destacó como jugador y persona desde el primer día que le contrató. Si viviera Ramón Mendoza, pues lo mismo yo hubiera sido entrenador del Real Madrid...".

Sí, Míchel es tan madridista que dice las cosas como son y no como le gusta que se digan a quien manda en el Real Madrid, de ahí los recelos con él. "Desde que se marchó Del Bosque, al conjunto blanco le han dirigido, contando Zidane, ocho técnicos foráneos (Queiroz, Luxemburgo, Capello, Schuster, Pellegrini, Mourinho y Ancelotti) y cinco españoles, tres de ellos de manera provisional (García Remón, López Caro y Juande Ramos) y dos destituidos después de iniciar la temporada con el equipo (Camacho y Benítez). Tras la salida de Carlo Ancelotti, con Rafa Benítez al frente de la plantilla ocurrieron cosas raras, inexplicables... Quizás Mourinho fue el más valorado por el presidente de los entrenadores que le he citado".​

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Está claro que este domingo Míchel tiene un papelón, pues su equipo es juez en la lucha por el título de Liga entre el Real Madrid, donde no le quiere —en singular—, y el FC Barcelona, donde él nunca iría. Pase lo que pase, el técnico madrileño y madridista, aunque ahora también malaguista, será juzgado injustamente, tanto por los beneficiados como por los perjudicados de lo que ocurra en La Rosaleda. Y, no, en el supuesto —y complicado— caso de que su Málaga derrotara al Madrid y le diera la Liga al Barça no sería 28 de diciembre, sino 21 de mayo...