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Los necios miran (a buenas horas) a Villar, pero yo les invito a señalar a la luna
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Kike Marín

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Los necios miran (a buenas horas) a Villar, pero yo les invito a señalar a la luna

La detención del presidente de la RFEF solo era cuestión de tiempo, el que le dieron el nuevo Gobierno y un ministro que quiere darle "una salida digna", lo que explica el papelón de Lete

Foto: (Imagen: E. Villarino)
(Imagen: E. Villarino)

La noticia de la detención de Ángel María Villar y su hijo, además de Juan Padrón y su secretario, solo pudo coger por sorpresa a quienes no estaban al corriente de lo que desde hace años viene sucediendo en la Federación Española de Fútbol (RFEF) o, lo que sí es grave, a quienes lo sabían pero lo tapaban e, incluso, defendían, lo cual les convierte en cómplices. En este segundo grupo están los medios de comunicación a los que la imagen de la Guardia Civil en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas deja retratados, aunque es posible que precisamente por ello ahora sean quienes fusilen a Villar antes incluso de que sea juzgado. Suele pasar con el periodismo que está al servicio del poder y no de sus lectores.

Foto: Villar, durante la última Asamblea General Extraordinaria de la RFEF. (EFE) Opinión

Claro que una mayor responsabilidad tienen los actuales dirigentes del deporte español, quienes no solo no han parado los pies a Villar cuando el anterior presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Miguel Cardenal, denunció todas las irregularidades que ahora investiga la Unidad Central Operativa (UCO), sino que han permitido que el bilbaíno volviera a presentarse y, como era de esperar, saliera reelegido presidente de la RFEF. Avisados estaban de que las elecciones estarían plagadas de irregularidades cuanto menos antidemocráticas, como así sucedió y fue denunciado en repetidas ocasiones por la candidatura rival, por más que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) se siga resistiendo a reconocerlo.

Desde El Confidencial nos hemos hartado a publicar informaciones, además de opiniones, en las que denunciamos las presuntas corruptelas en el cortijo de Villar en que se convirtió Las Rozas. Curioso: a pesar de la gravedad de nuestras acusaciones, nunca recibimos ni una sola respuesta por parte de los implicados. Menos curioso es que la inmensa mayoría de los medios no se hicieron eco de nuestras denuncias. Lo dicho, algunos prefirieron callar y mirar hacia otro lado. Así nos va.

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Las alertas saltaron en el CSD en octubre de 2014 por el empeño del presidente de la RFEF de renunciar al dinero que les correspondía de La Quiniela. Cardenal y todo su equipo no tardaron en darse cuenta de que la razón de Villar para hacerlo no era otra que evitar que se le aplicara la Ley de transparencia, creada en 2013 para luchar precisamente contra la corrupción. De buenas a primeras, Villar pasó de deshacerse en elogios hacia su paisano, de quien llegó a decir que "es un hombre capaz, con valores y estoy seguro de que va a hacer mucho bien al deporte español", a considerar a Cardenal su enemigo número uno.

El máximo responsable del fútbol español, acostumbrado a campar a sus anchas sin dar explicaciones a nadie, vio cómo el CSD se las pedía y su respuesta fue la habitual: ni pu...ñetero caso. En realidad, y aunque fue como quiso venderse por la prensa 'villarista', Cardenal nunca tuvo una batalla con Villar, sino que se limitó a combatir todo aquello que iba en contra de la legalidad. Ello llevó al expresidente del CSD a denunciar en 2015 no solo los delitos por los que Villar y su hijo han sido detenidos: administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares, falsedad documental y posible alzamiento de bienes en relación con la organización de partidos internacionales, sino también otros que tienen que ver con la venta irregular de entradas, contratos de patrocinio, con especial mención al de Santa Mónica, además de un sistema clientelar de subvenciones a las territoriales, clave para que una vez más Villar volviera a salir reelegido presidente.

placeholder Ángel María Villar y Miguel Cardenal, en el Consejo Superior de Deportes. (EFE)
Ángel María Villar y Miguel Cardenal, en el Consejo Superior de Deportes. (EFE)

Pero, claro, como dijo Confucio, antes incluso de que Villar llegara a la presidencia de la RFEF hace 29 años, "cuando el sabio señala a la luna, el necio mira al dedo". Los necios miran (a buenas horas) a Villar, lo dicho, muchos de ellos después de haberse pasado años mirando hacia otro lado. Sin embargo, donde hay que mirar ahora y yo les invito a hacerlo es a quienes han permitido a Villar llegar hasta donde ha llegado y, lo más triste, llevar donde ha llevado al fútbol español. Y no será porque no estaban avisados.

"Hay que darle una salida digna a Villar", llegó a decir hace tan solo unas semanas el ministro de Educación, Cultura y Deportes delante de un grupo de periodistas. Iñigo Méndez de Vigo tampoco tuvo ningún reparo en acusar a Miguel Cardenal de haber hecho una carnicería con el presidente de la FEF. Así se entiende la actitud contemplativa y amigable de José Ramón Lete, sustituto de Cardenal al frente del CSD, quien no dudó en recibir a Villar como si las denuncias del estamento que preside fueran algo personal de su antecesor. Por suerte, pude decírselo a la cara cuando visitó la redacción de El Confidencial. Lete fue, como los carteles que hay en las habitaciones de los hoteles, puesto para no molestar y así se ha demostrado.

El presidente del CSD pidió este martes contundencia, la que él no ha tenido, y su única preocupación en la comparecencia posterior a un acto de piragüismo fue que "estas cosas no son buenas para la imagen del deporte español". No serán buenas, pero son las que son y las que algunos querían tapar. Quizá porque la corrupción es algo que está instalado en las entrañas del Partido Popular, lo cierto es que, a pesar de las numerosas denuncias de Cardenal, el nuevo Gobierno legitimó a Villar, de ahí su responsabilidad. Cabe recordar, para poner a cada uno en su sitio, que el pasado mes de enero Lete recibió a Villar en el CSD, junto a los secretarios generales de FIFA, Fatma Samoura, y de UEFA, Theodoro Theodoridis. De este modo, dio legitimidad a Villar, justo lo que no debía hacer.

placeholder Lete recibió a Villar en el CSD, junto a los secretarios generales de FIFA, Fatma Samoura, y de UEFA, Theodoro Theodoridis.
Lete recibió a Villar en el CSD, junto a los secretarios generales de FIFA, Fatma Samoura, y de UEFA, Theodoro Theodoridis.

Como señalaba al principio, las detenciones de los Villar, padre e hijo, y ese 'espíritu santo' que siempre fue Padrón, también deja en muy mal lugar al TAD, donde siniestros personajes como el recusado Andreu Camps les protegen, hasta el punto de que donde la UCO ha encontrado motivos para mandarles al calabozo, ellos no han visto nada, no ya para inhabilitarlo como presidente, sino incluso para expedientarlo o repetir unas elecciones con las que veremos qué pasa ahora.

Lete garantizó "el correcto funcionamiento de la RFEF y de la competición deportiva". Se lució. "¿Y qué pasa con el calendario de Liga?", fue la pregunta que se hicieron algunos tras conocer la que se había liado en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde este jueves debía celebrarse el sorteo. Guste o no, esta es la cruda realidad. Lo que de verdad interesa a los aficionados es el fútbol y de ello se aprovechan los directivos, quienes al aplazar 'sine die' tanto la junta directiva prevista para este miércoles como la citada asamblea del jueves volvieron a demostrar su incapacidad.

Por eso da un poco de vergüenza, por no decir mucho asco, escuchar a Méndez de Vigo decir al poco de conocerse la detención de Villar que "en España nadie está por encima de la ley" cuando sabemos que el ministro de Educación, Cultura y Deporte, y ahora también portavoz del Gobierno, le sostuvo porque pretendía darle una salida "digna". Para ello nombró a un presidente del CSD conciliador, tanto con Villar como con su gran amigo y defensor Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE). Ya fuera por miedo a Javier Tebas, el presidente de LaLiga que apoyó a cara descubierta a Jorge Pérez, o indirectamente a Mediapro, rival de Telefónica por los derechos del fútbol, lo cierto es que el Gobierno apoyó a Villar en las elecciones o, si lo prefieren, perjudicó a Jorge Pérez, que lo mismo da que da lo mismo.

Foto: La ex alcaldesa de Madrid, Ana Botella, con la camiseta del Atlético en 2012, tras ganar la Liga Europa. (EFE) Opinión

"Las instituciones funcionan, hay que dejar trabajar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a los órganos judiciales", rezaba el comunicado oficial del CSD. Efectivamente, visto lo visto, lo mejor es que Lete deje trabajar a quienes de verdad pueden acabar con la dictadura de Villar y, puestos a demostrar que el CSD no ha dejado de funcionar desde su llegada, su máximo responsable debería ir pensando en promover unas nuevas elecciones a la presidencia de la RFEF, pues independientemente de lo que suceda tras las detenciones, la operación Soule no daña la imagen del deporte español, como dijo Lete, sino que saca a la luz algo que el Gobierno se empeñó en tapar para "dar una salida digna a Villar", aunque ello conllevara dejar vendido a Miguel Cardenal, quien, tras conocer la detención de Villar, guardó un silencio atronador.

La noticia de la detención de Ángel María Villar y su hijo, además de Juan Padrón y su secretario, solo pudo coger por sorpresa a quienes no estaban al corriente de lo que desde hace años viene sucediendo en la Federación Española de Fútbol (RFEF) o, lo que sí es grave, a quienes lo sabían pero lo tapaban e, incluso, defendían, lo cual les convierte en cómplices. En este segundo grupo están los medios de comunicación a los que la imagen de la Guardia Civil en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas deja retratados, aunque es posible que precisamente por ello ahora sean quienes fusilen a Villar antes incluso de que sea juzgado. Suele pasar con el periodismo que está al servicio del poder y no de sus lectores.

Ángel María Villar Real Federación Española de Fútbol