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El 'Aguirre, la cólera de Dios' del carril bici de Colmenar Viejo
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Javier Martínez Goytre

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El 'Aguirre, la cólera de Dios' del carril bici de Colmenar Viejo

Antonio Alix es un clásico del carril bici de Colmenar Viejo, incluso antes de que éste existiera. Ciclista amateur y a las puertas del profesionalismo, desde hace tiempo se le puede escuchar en 'Eurosport'

Foto: Antonio Alix en un salida por la Sierra de Madrid. (Foto de Twitter @antoalix)
Antonio Alix en un salida por la Sierra de Madrid. (Foto de Twitter @antoalix)

Hubo un tiempo en que los ciclistas madrileños, para ir a la Sierra de Guadarrama desde Madrid teníamos que rodar por el arcén de la carretera de Colmenar Viejo y de allí a Soto del Real. No había carril bici separado de la carretera. Los ciclistas nos jugábamos la vida -literalmente- por los arcenes. En esa época conocí a Antonio Alix, aunque ya sabía de él por sus artículos en la revista 'Bicisport' y de sus relatos saqué dos conclusiones: la primera que solo tenía una forma de entrenar: a tope. Eso de salir a soltar las piernas algún día no iba con él, “'no pain, no gain'; eso de parar a mitad del entrenamiento a tomar café no va conmigo”; y la segunda que era una especie de Júpiter tonante que manifestaba su opinión de manera directa y que corregía, enmendaba y recriminaba a cualquiera si veía que algo no le gustaba.

Con una facultades físicas portentosas, Antonio llegó tarde -por pocos años– a coger el tren del ciclismo profesional. Ya estudiaba Derecho y pensaba que no merecía la pena la incertidumbre y el riesgo de dedicarse profesionalmente el ciclismo. “En aficionados hice buenos puestos, y Esteban Fernandez, director del mítico equipo del que salieron el malogrado Antonio Martín Velasco, Félix Garcia Casas o David Plaza, me dijo que si me hubiera conocido con 18 años, pero ya tenía 22 años y un proyecto de vida diferente”. Encaminó su carrera profesional en los medios de comunicación, primero como colaborador de la revista antes mencionada y posteriormente como comentarista estrella de 'Eurosport' para las retrasmisiones de ciclismo.

Con un estilo marcadamente personal y cercano, con referencias regulates a “su” puerto de Morcuera (una especie de leit motiv vital) o al muro de Rancajales, cercano a Soto del Real, sus retrasmisiones no dejan indiferente a nadie. No es un David Duffield (comentarista británico de Eurosport, ya fallecido), que transmitía pasión y emoción por todos sus poros, pero se nota perfectamente que Antonio sabe de lo que habla y que conoce a los corredores, su estado de forma, las novedades técnicas y sabe leer las carreras y predice con bastante fiabilidad lo que puede suceder en carrera y no se corta en absoluto si tiene que criticar tal o cual estrategia de equipo o de un corredor.

"Tengo muy reciente la sensación del dolor"

Precisamente, por su condición de asiduo practicante del ciclismo, el pasado verano, participando en la Marcha Cicloturista Perico Delgado, sufrió una aparatosa y grave caída descendiendo el Puerto de Canencia, que le hizo pasar por el quirófano y le mantuvo en silla de ruedas durante varios meses. “En estas circunstancias adversas, aprendes muchas cosas sobre ti mismo y las personas que te rodean. No quiero seguir asumiendo riesgos, por ejemplo, en descensos en bicicleta de montaña. Tengo muy reciente la sensación del dolor de la caída, y además ya no se recupera igual a mi edad (52). Por otro lado, es más que probable que no pueda participar en más triatlones, ya que no creo que vuelva a correr, lo cual tiene su parte positiva”. ¿Y eso? “Bueno, en la bicicleta disfruto, pero en carrera a pie siempre se sufre, mucho”.

Habla desde la experiencia de haber sido uno de los precursores del triatlón en España, donde siempre ha destacado y ha hecho puestos de honor, incluso hace poco. Sucede que sus inicios en ese deporte los hizo a ciegas y fue autodidacta: “No tenía entrenador, como tal, que te planificara, entrenábamos por sensaciones. Nos juntábamos en Madrid, gente de esa primera generación y era a ver quién hacía la burrada más gorda en los entrenamientos”.

Recientemente, sus amigos y allegados, recibimos un video enviado por él, grabado en la misma curva donde sufrió el accidente, informándonos que estaba de vuelta en la bicicleta. Lleva unos veinte entrenamientos, y se le ve ya en plena forma.

Los 'haters' por su forma de retransmitir

Respecto al estilo de sus retransmisiones, Antonio se apoya mucho en las redes sociales en directo, eso le permite obtener información de primera mano al instante y apoyarse en tweets de sus seguidores. La parte negativa de este sistema son los 'haters' profesionales que provocan. “Mis haters son veinte o treinta... A veces lo pienso y me caliento, pero si los comparas con los que tienen gente como Nico Abad o Manolo Lama, lo mio es prácticamente inexistente. Realmente, trato de evitar sus provocaciones, les conozco por sus nicks y al final es darles una repercusión y una notoriedad que no merecen”. ¿Y qué sucede cuando son persistentes en las agresiones verbales y criticas sin fundamento? “La gente es muy gallita, pero luego cuando confrontas con ellos, en general, se achantan”.

Su narración, “en 'Eurosport', encaja bastante bien. La prueba es que llevo muchos años haciendo retransmisiones. Tengo la enorme suerte de tener a Eduardo Chozas y Juan Antonio Flecha conmigo, que aportan la visión de un ciclista profesional. Son exciclistas con un enorme talento y mucho oficio. Aportan mucho. En el periodismo escrito, veo que los artículos que describen rutas siguen el estilo que yo marqué al inicio: Beloki o Pasamontes, son un ejemplo. Respecto a los reportajes sobre bicicletas, creo que antes se podía entrar en más detalles en las comparativas de material, porque había una gran diferencia, pero ahora realmente las bicicletas y los componentes son de un gran nivel de calidad y hay menos margen para la diferenciación”.

Su blog 'Con pelos en las piernas y sin pelos en la lengua' es toda una declaración de intenciones y retrata perfectamente su estilo de llamar a las cosas por su nombre. Allí analiza los temas controvertidos y de actualidad, bajo su personal criterio.

Finalmente, y aunque uno pueda quedarse con la imagen exterior de que Antonio Alix es una especie de 'Aguirre, la cólera de Dios' del carril bici de Colmenar Viejo, da que pensar el hecho de que por su cincuenta cumpleaños, se le tributó un homenaje al que él fue completamente ajeno en su preparación. Su mujer y un grupo de amigos organizaron una quedada en el carril bici de Colmenar Viejo, con final en Miraflores, al pie de su querido Puerto de la Morcuera. La caravana ciclista de amigos parecía una marcha cicloturista por la cantidad de gente que asistió. Somos muchos los que le apreciamos y pensamos que si Antonio no existiera, deberíamos inventarlo, por el bien del ciclismo.

Hubo un tiempo en que los ciclistas madrileños, para ir a la Sierra de Guadarrama desde Madrid teníamos que rodar por el arcén de la carretera de Colmenar Viejo y de allí a Soto del Real. No había carril bici separado de la carretera. Los ciclistas nos jugábamos la vida -literalmente- por los arcenes. En esa época conocí a Antonio Alix, aunque ya sabía de él por sus artículos en la revista 'Bicisport' y de sus relatos saqué dos conclusiones: la primera que solo tenía una forma de entrenar: a tope. Eso de salir a soltar las piernas algún día no iba con él, “'no pain, no gain'; eso de parar a mitad del entrenamiento a tomar café no va conmigo”; y la segunda que era una especie de Júpiter tonante que manifestaba su opinión de manera directa y que corregía, enmendaba y recriminaba a cualquiera si veía que algo no le gustaba.

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