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La Fórmula E, como el mono: quien quiera que se tape los ojos y la nariz
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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La Fórmula E, como el mono: quien quiera que se tape los ojos y la nariz

El campeonato presencia carencias propias de un modelo todavía inmaduro, pero encierra un gran potencial si el modelo logra su viabilidad

Sitúense, por favor, a finales del siglo XIX, ante uno de los primeros coches de la historia. Imaginen que les dicen que su éxito dependería de extraer una masa líquida negra bajo tierra,transportada luego por grandes buques y oleoductos por todo el mundo, refinada en grandes instalaciones y distribuido por estaciones de servicio construidas por todo el globo,vehículo que necesitaría millones de kilómetros de asfalto a extender por cualquier paisaje.Toda una enorme infraestructura inexistente en aquella época¿Creerían entonces que ese coche pionero iba a triunfar ante semejante panorama?

Valga lo anterior para abrir la mente ante la nueva Fórmula E que inició su andadura el pasado fin de semana. Si triunfó aquel objeto con cuatro ruedas y el ser humano fue capaz de allanar todos los obstáculos, ¿alguien piensa que noocurrirá lo mismo con los vehículos de energía eléctrica? Que se celebrara en China una primera carrera con elloses un hitohistórico, y quizás otra puerta para entrar hacia un futuro que, tarde o temprano, llegará.

Monoplazas en su más tierna infancia

Puede que el campeonato y el concepto de la Fórmula E triunfeo nocomo modelo de negocio.Pero antes de rematar prematuramente su futuro con el tiro de gracia de la displicencia sería aconsejable para enjuiciar elproyecto no utilizarparámetros de otros campeonatos con décadas de madurez.

Hoy por hoy, cierto es que la Fórmula E presenta limitaciones importantes. Los monoplazas son lentos y pesados, casi 900 kilogramos, 200 de ellos solo de baterías. En entrenamientos, la potencia se acerca a los 300 cv, que no se puede alcanzar en carrera.Las velocidades son modestas.Peropensemos en nuestros primeros ordenadores, su velocidad y ridícula capacidad de almacenamiento, yrecordemos qué tenemos entre manos hoy. La Fórmula E está pensado para algo parecido.

El éxito en televisión, crucial

Premisa indispensabe es que funcioneel soportetelevisivo. La Fórmula E también debe ser un espectáculo y, en este sentido, la primera carrera mostró unbuen número de aristas que pulir. Por ejemplo, que una organización bisoña en cada ciudadno gestione con agilidad los incidentes propios de toda carrera en circuito urbano.Si el espectáculo aburre por las interrupciones o la falta de acción en pista, se cambiará de canal.

Algunas de las servidumbres de la incipiente tecnología también merman a día de hoy el formato, que se queda corto en alicientes para el espectador, sobre todo para quien tiene el patrón mental de otras formas del automovilismo y puede encontrar una suerte depobresucedáneo en la Fórmula E, por mucho que su potencial tecnológico sea extraordinario.

Una plataforma de vanguardia, que no podrá imitar la Fórmula 1

Anuestro jucio, sin embargo, el factor clavede laFórmula E no es lo que vemos ahora, ese niñoque echa a andareste año, sino el adulto delfuturo. Porque a partir de 2015 el desarrollo del chasis y la aerodinámica están bloqueados, pero cada equipo podrá desarrollar llibremente sus baterias y planta motriza la búsqueda de una ventaja competitiva tecnológica sobre sus rivales.Y para ello, cada unocolaborarácon grandes fabricantes del automóvil o empresas relacionadas la energía eléctrica, y esos'motores' deberán venderse a dos equipos al menos.A partir del cuarto año, monoplaza y planta motriz serán totalmente libres.

Este campeonato puede convertirse asíen una de las mejores plataformas de vanguardia y experimentación en el desarrollo de la electricidad como energía motriz. Un dato importante: la FIA habría firmado un contrato de 25 años con susorganizadores, con lo cualla Fórmula 1 no podráser eléctrica en este plazo si la Fórmula E se asienta. Algo a pensar…

Inversiónes por encima de los cien millones de euros

Una de las primeracarreras, a celebrar enPutrajaya, Malasia, ha sido retrasada un mes por deseo expreso de su presidente, quien quería estar presente en la mismapero se lo impedían problemas de agenda. Valga el dato para ilustrar que Alejandro Agag, buen conocedor de la Fórmula 1, esta importando tambiénel concepto ala Fórmula Ecomo punto de referenciay reunión para élites económicas y sociales, con todo lo que significa para el posicionamiento del certamenentre los ‘decision makers’ y políticos de turno ante un proyecto de clara imagen ‘verde’.

Nadie apuesta importantes inversiones sin un plan de negocio que ofrezca buenas dosis de viabilidad y grandes protagonistas dispuestos a participar. En la Fórmula E se están invirtiendo entre ciento diez y ciento cuarenta millones de euros, según hemos podido saber.Por algo será.Por ejemplo, Alain Prost es embajador de Renault, pero también accionista de uno de los equipos. ¿No va a conocer cuál será la futura presencia del fabricante francés en la Fórmula E? Audi apoya directamente al equipo ABT, con quien está ‘casado’ en otras disciplinas… McLaren y Williams están presentes con tecnología. Más ejemplos exceden de estas líneas.

Veremos si la Fórmula E se consolidao no como campeonato y modelo de negocio. Pero repasando las empresas y nombres que están detrás -algunas de momento en la sombra-, las inversiones que se están realizando, los núcleos urbanos presentes (Miami, Long Beach, Berlin, Londres, Buenos Aires, Pekin…), la creciente proyección hacia un ineludible futuro eléctrico en pocasdécadas.... Quien quiera,como el mono, que se tape los ojos,la nariz y los oídos (los monoplazas tienen un sonido muy singular) y siga atrapado en el pasado. Ah, y detrás de la Fórmula E ondeacolor español.

Sitúense, por favor, a finales del siglo XIX, ante uno de los primeros coches de la historia. Imaginen que les dicen que su éxito dependería de extraer una masa líquida negra bajo tierra,transportada luego por grandes buques y oleoductos por todo el mundo, refinada en grandes instalaciones y distribuido por estaciones de servicio construidas por todo el globo,vehículo que necesitaría millones de kilómetros de asfalto a extender por cualquier paisaje.Toda una enorme infraestructura inexistente en aquella época¿Creerían entonces que ese coche pionero iba a triunfar ante semejante panorama?

Tecnología Alain Prost McLaren
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