Es noticia
La insoportable necesidad periodística de exagerarlo todo
Loading

Loading

  1. Deportes
  2. El Palco Olímpico
José Félix Díaz

El Palco Olímpico

Por
José Félix Díaz

La insoportable necesidad periodística de exagerarlo todo

Todos nos equivocamos en la vida pero que la organización de unos Juegos concedidos hace siete años se estrelle con la bandera de la dos Coreas

Foto: La insoportable necesidad periodística de exagerarlo todo
La insoportable necesidad periodística de exagerarlo todo

Todos nos equivocamos en la vida pero que la organización de unos Juegos concedidos hace siete años se estrelle con la bandera de la dos Coreas es para al menos pensárselo dos veces. Lo peor es que un día después el error lo han repetido con la de Taiwan que misteriosamente ha desaparecido de Regent Street, calle en la que están colgadas las enseñas de todos los países participantes en los Juegos. ‘Error humano’ dice Sebastian Coe, Lord y aspirante a dirigente de por vida. Por Corea no lo tienen tan claro. Y es que muchos de los voluntarios están demostrando que no sólo con voluntad te puedes ponerte al frente de ciertas misiones olímpicas.

Lo quieran o no la organización de un evento de la magnitud de unos Juegos necesita su tiempo para subsanar fallos y más aún cuando no hay competición y los periodistas estamos más pendientes de lo que falla, de lo que no funciona, que de contar cualquier otra circunstancia. Lo de exagerar va con el periodista, en especial en esas improvisadas tertulias que se forman en los días previos al inicio de las grandes competiciones. Si en el Mundial de Sudáfrica casi era imposible pisar la calle, en la reciente Eurocopa teníamos que visitar una ciudad como Donetsk, poco menos que pestilente. Todo falso. Aquí en Londres, la alarma llegaba con lo de recoger la acreditación y los controles que se debían pasar para acceder al Parque Olímpico. Pues bien, en lo primero tardé 30 segundos y en lo segundo 2 minutos.

Los expertos del gremio periodístico en esto de los Juegos se quejan del transporte, de las distancias, de la inexistencia de wifi, gratuito y de pago, algo que es inaudito para los tiempos que corren, y de otras cosas más. Lo que más se oye por la zona de prensa es el ya manoseado “Pekín era maravilla”. Y todo porque todavía el pebetero no está encendido y el abanderado más alto de la historia del deporte mundial no ha paseado el rumboso traje que Bosco ha preparado para la inauguración.

Pau Gasol decía ayer no tener zapato ni camisa para el desfile. A Bosco le ha roto la baja de Nadal. No preevía la necesidad de tirar de un 50 para calzar al abanderado, el mismo que ya ha colocado a España en el libro de los récords de los Juegos. No sé si la firma ruso-italiana llamará al Príncipe de Cenicienta pero por delante tiene todo un problema. Por cierto, el cuento ese de que Bosco estaba haciendo el agosto con la ropa de la delegación española es cierto como la vida misma. Apenas quedan existencias de la equitación española en el centro comercial que está a las puertas del Parque Olímpico.

Todos nos equivocamos en la vida pero que la organización de unos Juegos concedidos hace siete años se estrelle con la bandera de la dos Coreas es para al menos pensárselo dos veces. Lo peor es que un día después el error lo han repetido con la de Taiwan que misteriosamente ha desaparecido de Regent Street, calle en la que están colgadas las enseñas de todos los países participantes en los Juegos. ‘Error humano’ dice Sebastian Coe, Lord y aspirante a dirigente de por vida. Por Corea no lo tienen tan claro. Y es que muchos de los voluntarios están demostrando que no sólo con voluntad te puedes ponerte al frente de ciertas misiones olímpicas.