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¿Quieres ser voluntario? Pues firma y calla para siempre
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José Félix Díaz

El Palco Olímpico

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José Félix Díaz

¿Quieres ser voluntario? Pues firma y calla para siempre

Sorprende que una prensa como la inglesa que ha sido capaz de meter a un periodista haciéndose pasar por camarero en el mismo Palacio de Buckingham

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¿Quieres ser voluntario? Pues firma y calla para siempre

Sorprende que una prensa como la inglesa que ha sido capaz de meter a un periodista haciéndose pasar por camarero en el mismo Palacio de Buckingham no haya sido capaz de sacar imagen alguna del interior de la Villa Olímpica o desvelar algún que otro rollo sexual que tanto les gusta. Hermetismo total aunque hay apuestas sobre el número de páginas que tendrá el serial que están preparando. La explicación a ese silencio es muy sencilla. Todo aquel que entra en la Villa ya sea bien en su condición de voluntario o bien como empleado de algunas de las empresas que se encargan de dar todo tipo de servicios a atletas y técnicos que están dentro del recinto, tuvieron que firmar una cláusula de confidencialidad absoluta. Prohibido totalmente hacer uso de cualquier información sobre lo que suceda en la Villa. El asunto no termina con una simple expulsión. Va más allá y el Comité Organizador se reserva el derecho de poner toda su maquinaria en marcha contra el filtrador, contra el traidor que rompa el silencio.

Los deportistas también se están cuidando muy mucho de hacer públicas en redes sociales interioridades de la Villa. El Comité Organizador, censor al máximo con los atletas con la misiva mandada sobre la moderación en las celebraciones entre otras cosas, avisó y recomendó a los atletas sobre la conveniencia de que todo lo que sucediera en la Villa no saliera de allí. Y de momento están cumpliendo al máximo. Apenas salen noticias de lo que sucede ahí dentro y las imágenes que salen son de grupo y poco más. No hay detalle alguno de lo que pasa en esa torre de Babel en la que se se ha convertido el recinto donde atletas de todos los países pasan días concentrados.

Ya hemos hablado en más de una ocasión sobre la seguridad en los Juegos. Nada que objetar pese a que en ocasiones son demasiados celosos de su cometido y exageran un tanto su cometido. La que lo ha podido comprobar ha sido Mirka, esposa de Federer, que tuvo sus problemas el pasado domingo, mejor no haber pasado la verdad, para acceder a la pista central de Wimblendon. Entre que ella no tiene mucho tipo de mujer de deportista, todo sea dicho, y que el All England Club es uno de los recintos en los que es más complicado entrar, dejaron durante un buen rato a la esposa del campeonísimo suizo esperando en la puerta. Fueron diez minutos pero si se descuida un poco no ve a Federer jugar ante Murray. Y mira que la tienen que conocer por allí con esas siete veces que su marido ha sido campeón. Pero como si nada.

Sorprende que una prensa como la inglesa que ha sido capaz de meter a un periodista haciéndose pasar por camarero en el mismo Palacio de Buckingham no haya sido capaz de sacar imagen alguna del interior de la Villa Olímpica o desvelar algún que otro rollo sexual que tanto les gusta. Hermetismo total aunque hay apuestas sobre el número de páginas que tendrá el serial que están preparando. La explicación a ese silencio es muy sencilla. Todo aquel que entra en la Villa ya sea bien en su condición de voluntario o bien como empleado de algunas de las empresas que se encargan de dar todo tipo de servicios a atletas y técnicos que están dentro del recinto, tuvieron que firmar una cláusula de confidencialidad absoluta. Prohibido totalmente hacer uso de cualquier información sobre lo que suceda en la Villa. El asunto no termina con una simple expulsión. Va más allá y el Comité Organizador se reserva el derecho de poner toda su maquinaria en marcha contra el filtrador, contra el traidor que rompa el silencio.