Guardiola se libera, se quita la careta y se pone a la altura de Mourinho

Guardiola y Mourinho ya se añoran, se echan de menos cuando todavía no se han despedido. Escribí no hace muchos meses que, a la distancia, uno y otro se parecían en muchos de sus tics, en el fondo de las cuestiones que manejan en sus equipos, entornos, árbitros, aficionados y demás. Las formas no son las mismas, claro está, pero lo dicho por el todavía entrenador del Barcelona respecto a lo sucedido durante la Liga suena a revancha, a una contestación más dirigida al entrenador madridista que a cualquier otra cosa.

El técnico azulgrana transmite la sensación de que se ha liberado, que se ha quitado la careta de manera definitiva. Primero fue en la sala de prensa cuando dijo que "el Real Madrid es justo ganador, eso que quede claro, pero se han ocultado muchas cosas por nuestro silencio". ¿A qué se refería? ¿Favores arbitrales? ¿Ayudas de terceros? Pep cayó en la misma trampa, de ahí lo de la contestación a Mourinho, cuando el portugués dijo que los éxitos del Barcelona estaban cuestionados por la sorda labor de los árbitros. Eso sí, Mou nunca reconoció la justicia de los triunfos azulgrana. Cuestión de 'seny catalán' que dirían algunos. La segunda liberación llegó minutos después, en el césped, cuando toda su familia bajó al césped del Camp Nou para hacerse una foto en el día del adiós al que ha sido su estadio primero como jugador y todavía como entrenador.

El técnico del Real Madrid no tardó en contestar. Lo hizo en el periódico ABC. "Lo que no es normal es vender una imagen de perfección y después, ninguno es perfecto. Nunca he vendido una imagen de perfecto... Sin embargo hay gente que tiene una personalidad diferente, la esconden, pero al final el tiempo se encarga de demostrarlo todo". Y es que Mourinho lo tiene claro y cree que el azulgrana se encarga de manejar la realidad que le rodea, algo aceptado por la prensa en Barcelona. Lo que, según el portugués, no sucede con los medios de comunicación en la capital de España.

Guardiola se ha equivocado ahora o bien lo ha hecho durante los tres años anteriores. Su entorno habla de 18 penaltis no pitados, pero de momento no sabremos si es a eso a lo que se refiere Pep. Ha preferido tirar la piedra, pero sin medir las consecuencias. Lo digo porque esa piedra ha dado a todos aquellos que pensaban que el azulgrana era inmune a eso de las protestas ante la prensa y que se limitaba a susurrar cosas al oído a los cuartos árbitros. Se acabó el mito para muchos. Una pena.