Es noticia
Mourinho y sus jugadores tiran la Liga en enero, otro récord más para el técnico
  1. Deportes
  2. El Palco
José Félix Díaz

El Palco

Por
José Félix Díaz

Mourinho y sus jugadores tiran la Liga en enero, otro récord más para el técnico

El fútbol es caprichoso al máximo. En cuestión de una semana todo puede cambiar. Un resultado, una lesión, un gol, un fichaje... cualquier detalle puede valer

Foto: Mourinho y sus jugadores tiran la Liga en enero, otro récord más para el técnico
Mourinho y sus jugadores tiran la Liga en enero, otro récord más para el técnico

El fútbol es caprichoso al máximo. En cuestión de una semana todo puede cambiar. Un resultado, una lesión, un gol, un fichaje... cualquier detalle puede valer para que el rumbo de un equipo cambie y lo negro pase a ser blanco en cuestión de segundos. El que no quiera entenderlo así es que da la espalda al fútbol actual. Esa es a la realidad a a la que se quiere enganchar el Real Madrid para aguantar los cinco meses de competición que todavía restan, algo inédito en la centenaria historia blanca. 

El madridismo sufre, padece como nunca en su historia. Mirar hacia arriba y encontrar al Barcelona a 18 puntos duele pero todavía es más sangrante que, con toda una vuelta por delante, el Real Madrid mire la Liga como una competición que molesta, que se hace incómoda ante la imposibilidad de no hacer otra cosa que acumular fracasos deportivos. Mourinho, reparto la culpa por igual con los jugadores, ha conseguido un doloroso récord, el de anunciar que la Liga estaba perdida en diciembre y el de ratificarlo en el mes de enero. Una nueva plusmarca para el entrenador, todo un coleccionista de récords positivos y que también se debería hacer responsable de este aunque sea negativo. No es el peor Real Madrid de la historia, en cuanto a derrotas, pero sí el que más diferencia ha acumulado con la cabeza con media Liga por delante.

El equipo blanco ya sólo pelea por la Copa y la Champions, competiciones en las que ser el mejor equipo no garantiza nada y en las que la suerte suele elegir al campeón. El aficionado blanco está ante algo nuevo, desconocido y habrá que ver su respuesta ante un fallo en cualquiera de los dos títulos a los que todavía aspira con todo el derecho del mundo. La directiva, con Florentino Pérez a la cabeza, está expectante pero cabreada. No es su hábitat natural y no se sienten cómodos. No les gusta ver al equipo así, entregado, roto y sin aliento para luchar por las victorias en la Liga. Algunos han llegado a pensar en medidas drásticas, pero no hay tiempo. El Manchester United está ahí, a menos de un mes y esa es la gran y única baza que Mourinho tiene ahora mismo.

En la directiva no gusta que no reconozca error alguno. La continua búsqueda de argumentos para justificar las derrotas tampoco se identifica con el gen madridista, como es el de hablar de los árbitros cuando la Liga ya está perdida. Cierto es que aquí se cuestiona todo lo relacionado con el portugués y que su misión no es otra que ganar partidos y no evangelizar pero los continuos incendios que surgen a su alrededor no gustan y condicionan una relación cada día más tensa, cuya fecha de caducidad la marca la Champions. No hay más. Décima o fracaso, con Mourinho a la cabeza.

El fútbol es caprichoso al máximo. En cuestión de una semana todo puede cambiar. Un resultado, una lesión, un gol, un fichaje... cualquier detalle puede valer para que el rumbo de un equipo cambie y lo negro pase a ser blanco en cuestión de segundos. El que no quiera entenderlo así es que da la espalda al fútbol actual. Esa es a la realidad a a la que se quiere enganchar el Real Madrid para aguantar los cinco meses de competición que todavía restan, algo inédito en la centenaria historia blanca. 

José Mourinho