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Mourinho se divierte y está vacilando a todo el mundo con su futuro
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

Mourinho se divierte y está vacilando a todo el mundo con su futuro

José Mourinho se está quedando con todo el mundo, especialmente con la prensa. Su continuidad o no en el banquillo del Real Madrid se ha elevado

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Mourinho se divierte y está vacilando a todo el mundo con su futuro

José Mourinho se está quedando con todo el mundo, especialmente con la prensa. Su continuidad o no en el banquillo del Real Madrid se ha elevado a la categoría de debate nacional, más allá del madridismo o no de cada uno. Las amenazas de las dos anteriores temporadas de hacer las maletas y el clima bélico vivido en ciertos pasajes de esta campaña, especialmente con alguno de sus jugadores, han llevado a que el futuro del técnico se convierta en una novela por entregas.

El pasado fin de semana fue el compendio perfecto que demuestra que el portugués está vacilando a todo bicho viviente y lo mejor es que cada uno toma sus palabras o sus actos, según le conviene o interesa. Con motivo de una exposición fotográfica en su honor que está teniendo lugar en Setubal, una respuesta del técnico madridista dejó la puerta abierta a su continuidad, a su cambio de aires con dosis de aventura, a su regreso al hogar... y así hasta todo tipo de interpretaciones. Mientras lo decía, esbozaba esa media sonrisa de pícaro que muestra cuando domina la situación.

Para culminar el fin de semana sin Liga, Mourinho decidió dar aire a su casa de Londres. Abrió las ventanas, dejó que corriera el aire y decidió pasear por Harrods. A partir eso, vimos todo tipo de reacciones, desde reuniones con Roman Abramovich, a un viaje para planificar el futuro de la plantilla del Chelsea. No es la primera vez que se escapa a Londres y no será la última. La ciudad inglesa le gusta tanto a él como a su familia y seguro que algún día regresa para trabajar, pero su visita del sábado y el domingo pasados fue como la de cualquier otro turista, circunstancia a la que tiene todo el derecho del mundo.

La duda que a uno le asalta es si ese vacile lo hace extensible a los dirigentes del Real Madrid. Estos no quieren prestar mayor atención a las palabras y actos del portugués. Afirman que no hay que darle la menor importancia. Quieren que Mourinho siga, pero como no pueden hacer nada más de lo que ya han hecho, se limitan a ver, escuchar y callar. Ya tienen experiencia de las dos temporadas anteriores. Su primera renuncia llegó con una oferta del Chelsea en la mano y con el adiós de Valdano en la otra. La segunda por el escaso papel que el Real Madrid jugaba en las instituciones. Y la tercera, no confirmada todavía, por la delicada relación con algunos miembros de peso del vestuario y por la presión externa que sufría tanto él como su familia de la prensa. Condición que llega a considerar como persecución.

Así, Florentino Pérez y compañía han decidido esperar. Estar preparados eso sí, pero sin la más mínima alteración del pulso. Temen más las cuatro ruedas de prensa que se presentan en los próximos días que cualquier otra cosa. Y es que los medios de comunicación han pasado a ser el principal enemigo de Mourinho. La solución, cuando el portugués quiera o se lo proponga.

José Mourinho se está quedando con todo el mundo, especialmente con la prensa. Su continuidad o no en el banquillo del Real Madrid se ha elevado a la categoría de debate nacional, más allá del madridismo o no de cada uno. Las amenazas de las dos anteriores temporadas de hacer las maletas y el clima bélico vivido en ciertos pasajes de esta campaña, especialmente con alguno de sus jugadores, han llevado a que el futuro del técnico se convierta en una novela por entregas.

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