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El Barcelona y el patético método de atacar y condicionar a los árbitros
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

El Barcelona y el patético método de atacar y condicionar a los árbitros

Recurrir al pataleo por las actuaciones de los árbitros es de mediocres. Muchos siguen sin darse cuenta de que el colegiado es una parte más del

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El Barcelona y el patético método de atacar y condicionar a los árbitros

Recurrir al pataleo por las actuaciones de los árbitros es de mediocres. Muchos siguen sin darse cuenta de que el colegiado es una parte más del fútbol y lo curioso es que estos equipos que alzan la voz solo buscan la perfección del colectivo cuando son perjudicados por sus decisiones. Cuando el invitado a este circo de la protesta gratuita y tribunera es un grande como el Barcelona, la mediocridad se convierte en algo patético. Primero fue Dani Alves el que actuó de portavoz advirtiendo lo que tenía que hacer la Junta para, un día después, ratificar Freixa lo dicho por el brasileño con el refrendo de Rosell y su Junta. ¿No les recuerda a escenas parecidas vividas dos años atrás y protagonizadas por el Real Madrid y su entrenador José Mourinho, curiosamente con el mismo árbitro de protagonista?

Lo del Barcelona no ha sido una simple protesta. La entidad azulgrana ha ido más allá, enviando un escrito a la UEFA quejándose por la actuación de Stark y sus evidentes fallos técnicos de alguna de sus decisiones. "No somos tontos", dijo Roura cuando se le preguntó por lo que había hecho el club. Pues me da que el tonto lo han hecho cuando tomaron esa decisión. Lo siento, pero el Barcelona se ha equivocado y mucho. Rosell y compañía se han puesto ellos solos en el punto de mira. ¿Buscan la justicia divina? ¿El favor arbitral? Lo más curioso de todo es que esto mismo lo criticaron con dureza cuando Mourinho puso en duda sus triunfos europeos.

Llegará algún día que al árbitro se le juzgará como a un delantero, a un defensa o a un entrenador. Estoy convencido de ello. Tras la protesta hay indicios de debilidad, de no tener la confianza necesaria de no ganar sin la ayuda arbitral. No es cierto que cuando un equipo se queja o reclama por los errores humanos de los árbitros exista la búsqueda del equilibrio, de la ecuanimidad. Para nada. Buscan el favor, presionar, que el fallo se incline hacia su lado, olvidándose por completo de la parcialidad y de la principal misión del árbitro que no es otra que impartir justicia sobre lo que ve en el terreno de juego.

Por fortuna, los árbitros son cada día más profesionales. Incluso alguno de ellos se entrena y trabaja más que los propios jugadores. UEFA y el propio Comité Técnico español de árbitros tienen sus mecanismos sancionadores cuando los fallos son técnicos como el que tuvo Stark, pero solicitar un castigo no es más que cuando el repelente niño Vicente se chivaba de todos los que hacían algo malo en clase cuando la maestra se ausentaba. Así se comportó el Barcelona. Ni más ni menos. Como antes habían hecho otros. Dejemos en paz a los árbitros.

Recurrir al pataleo por las actuaciones de los árbitros es de mediocres. Muchos siguen sin darse cuenta de que el colegiado es una parte más del fútbol y lo curioso es que estos equipos que alzan la voz solo buscan la perfección del colectivo cuando son perjudicados por sus decisiones. Cuando el invitado a este circo de la protesta gratuita y tribunera es un grande como el Barcelona, la mediocridad se convierte en algo patético. Primero fue Dani Alves el que actuó de portavoz advirtiendo lo que tenía que hacer la Junta para, un día después, ratificar Freixa lo dicho por el brasileño con el refrendo de Rosell y su Junta. ¿No les recuerda a escenas parecidas vividas dos años atrás y protagonizadas por el Real Madrid y su entrenador José Mourinho, curiosamente con el mismo árbitro de protagonista?