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Algunos jugadores del Real Madrid no saben ni quién es la Reina Sofía
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

Algunos jugadores del Real Madrid no saben ni quién es la Reina Sofía

Cuestión de educación. Ni más ni menos. El problema es que muchos de esos jugadores que llegan a los grandes equipos, especialmente a Real Madrid y

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Algunos jugadores del Real Madrid no saben ni quién es la Reina Sofía

Cuestión de educación. Ni más ni menos. El problema es que muchos de esos jugadores que llegan a los grandes equipos, especialmente a Real Madrid y Barcelona, pierden la noción de la realidad. Viven en otro mundo, el que sus clubes les crean y que nada tiene que ver con lo que les rodea. El mejor ejemplo de esto de lo que hablamos tuvo lugar en la entrega de medallas de la pasada final de Copa. A algunos de los jugadores del Real Madrid se les tenía que caer la cara de vergüenza del poco respeto que mostraron bien cuando el Rey Don Juan Carlos les daba la persea o bien cuando saludaban a la Reina Doña Sofía como el que no quiere la cosa, ajenos a todo tipo de protocolo. No vale aquello de la cercanía de la derrota. Para nada. 

José Mourinho y Cristiano Ronaldo quedaron retratados ellos solos al no subir al palco. No vale lo de refugiarse en el amargo sabor de la derrota para despreciar de esa manera a los Reyes de España. Lo mejor fue la reacción del monarca cuando vio pasar a Karanka, sabedor ya que el portugués no iba a subir. "¿Se la entrego a este?", preguntó a Villar. Al menos el segundo entrenador madridista sí que estuvo a la altura y respondió con educación al saludo de sus Majestades. Uno y otro, Mou y CR7 se equivocaron y faltaron al respeto a la corona española.

Lo peor llegó cuando los madridistas fueron pasando por el palco de honor del Bernabéu. Ver a Higuaín dando la mano a la Reina Sofía sin mirarla a la cara, de medio lado, es para que el argentino se lo haga mirar tras seis años en España. O como Özil dio la mano de medio lado y con su otra mano en la cintura o Khedira sin levantar la cabeza. Nada que ver con la reacción de Pepe, mostrando todo el respeto posible, o la de Casillas o Arbeloa. Otro mundo.

El equipo blanco blinda a sus jugadores en una burbuja, esa que les lleva a vivir de espaldas a la gente, a eliminar el contacto con los aficionados, la misma que les pone casa y coche y les obliga a renunciar a algo tan bonito como adaptarse al medio en el que vives. Cero en conducta. El Real Madrid está obligado a cambiar, a recapacitar, a regresar al modelo en el que los 'galácticos' convivían con el pueblo y no pasaba absolutamente nada.

Lo sucedido en el rifirafe del césped también tiene su aparte. Una vez más el cuerpo técnico blanco volvió a quedar señalado. En esta ocasión fue José Campos, supuesto ojeador que estaba en el césped, el que buscó a Simeone para lanzarle un golpe amparándose en la masa. Claro está que Diego Costa, en su salsa, estuvo a su altura, persiguiendo a Pepe y soltándole un puñetazo. Lamentable.

Cuestión de educación. Ni más ni menos. El problema es que muchos de esos jugadores que llegan a los grandes equipos, especialmente a Real Madrid y Barcelona, pierden la noción de la realidad. Viven en otro mundo, el que sus clubes les crean y que nada tiene que ver con lo que les rodea. El mejor ejemplo de esto de lo que hablamos tuvo lugar en la entrega de medallas de la pasada final de Copa. A algunos de los jugadores del Real Madrid se les tenía que caer la cara de vergüenza del poco respeto que mostraron bien cuando el Rey Don Juan Carlos les daba la persea o bien cuando saludaban a la Reina Doña Sofía como el que no quiere la cosa, ajenos a todo tipo de protocolo. No vale aquello de la cercanía de la derrota. Para nada.