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Mourinho, el engaño de sus últimos meses y la historia de una escalera
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Mourinho, el engaño de sus últimos meses y la historia de una escalera

Mourinho ya es historia y tiene toda la pinta de que nunca volverá a escribir en presente madridista. Por mucho que algunos quieran e insistan en

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Mourinho, el engaño de sus últimos meses y la historia de una escalera

Mourinho ya es historia y tiene toda la pinta de que nunca volverá a escribir en presente madridista. Por mucho que algunos quieran e insistan en defender ese presunto sentimiento, el técnico lo enterró ayer. "Mis pasiones han sido el Chelsea y el Inter". Todo dicho. Ha tardado dos días en confesar. Sus últimos seis meses han sido un engaño para todos esos que se han creído su discurso. Desde enero, el técnico pensaba en azul y en su regreso al lado de Abramovich, mientras, algunos se partían la cara por él. Curioso.

El Real Madrid cerró una etapa el pasado sábado. Traumática por momentos, pero que según los dirigentes madridistas ha servido para colocar a la prensa en su sitio, alejada de las decisiones estratégicas del club. Lectura complicada de entender cuando la apuesta es por un entrenador ganador que presume de ello e, incluso, de las semifinales logradas por un equipo acostumbrado a ganar. Si el balance de tres años ha sido la separación de poderes entre el club y los medios de comunicación, apañados vamos. Yo creía que un entrenador aparecía en escena para conquistar títulos, pero su herencia parece limitarse a la de abrir los ojos a los aficionados respecto a la prensa. Lo que no queda por el club son sus informes, ni los que Luis Campos ha hecho durante el año que estuvo 'trabajando' para el Real Madrid.

Su adiós en el vestuario ha llegado teñido de indiferencia. Ni una palabra al grupo, pero antes de marcharse rumbo a Londres se produjo la última escena, la última lucha entre el técnico y los capitanes. Cristiano Ronaldo recibía, de manos de Sanitas, el premio al jugador saludable de la temporada. El portugués quería que a su lado estuvieran tres de los capitanes. CR7 quería que Casillas, Ramos y Pepe saltaran al césped con él, que estuvieran a su lado. 

La presencia de Mourinho en el túnel impidió el movimiento. Sólo Pepe decidió bajar aunque no apareció sobre el terreno de juego. Sergio e Iker se limitaban a estar en lo alto de la escalera. Sabían que su presencia cerca del verde podría haber terminado en escándalo y huyeron de la quema. Por cierto, Casillas dijo ayer que estaba apto para jugar por lo que la polémica sigue viva. 

En esos momentos de duda, Mourinho y Cristiano Ronaldo coincidieron en el túnel. Apenas dos metros de un pasillo en el que es complicado no rozarse si coincides con alguien. Pues bien, uno y otro ni se miraron a la cara. El delantero observaba el teléfono, mientras que el técnico perdía su mirada en el horizonte. Treinta segundos de tensión, de esos que se hacen eternos y que terminan pasando factura a una entidad como el Real Madrid, pero que retratan a la perfección esa ruptura total con la que el Real Madrid ha convivido en los últimos meses de competición.

Mourinho ya es historia y tiene toda la pinta de que nunca volverá a escribir en presente madridista. Por mucho que algunos quieran e insistan en defender ese presunto sentimiento, el técnico lo enterró ayer. "Mis pasiones han sido el Chelsea y el Inter". Todo dicho. Ha tardado dos días en confesar. Sus últimos seis meses han sido un engaño para todos esos que se han creído su discurso. Desde enero, el técnico pensaba en azul y en su regreso al lado de Abramovich, mientras, algunos se partían la cara por él. Curioso.

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