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¿Necesitaba la FIFA montar el show con Lionel Messi y su ficticio balón de oro?
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

¿Necesitaba la FIFA montar el show con Lionel Messi y su ficticio balón de oro?

¿Era necesario que fuera reconocido cuando su aportación fue de más a menos? El fútbol parece condenado a una bicefalia entre Messi y Cristiano

Foto: Messi desfila por el palco de Maracaná antes de recoger el Balón de oro del Mundial.
Messi desfila por el palco de Maracaná antes de recoger el Balón de oro del Mundial.

Mientras la selección argentina al pleno, y conSabellaal frente, esperaba el triste lance de pasar por el palco y recibir esa medalla que reconoce haber sido espectadorprivilegiadode la victoria alemana en el Mundial, los altavoces de Maracaná dieron la voz de alarma al anunciar que el elegido como mejor jugador de la Copa del Mundo había sido LeoMessi. Ni él mismo se lo creía, ni le apetecía lo más mínimo subir a recoger ese Balón de Oro queFIFAdecidió que fuera a parar a manos del argentino. Menos aún cuando, ironías del destino, el organismo que rige los destinos del fútbol mundial decidió no incluirle en el once ideal del torneo.

¿Era necesario queMessifuera reconocido en un Mundial en el que su aportación ha ido de más a menos? ¿Necesita elazulgranaese favor? ¿Está condenado el fútbol a ese liderazgo bicéfalo montado alrededor deMessiy de CristianoRonaldo? ¿No ve laFIFAjugadores con fútbol y carácter como para que asuman ese liderazgo que se repiten desde hace más de un lustro? ¿Es una operación más demárketing?

FIFAha dado un paso atrás en sucredibilidad. Este Mundial y lo sucedido con la elección de Catar va a pasar factura, pero a día de hoy seguro que el sucesor deBlatterno levantará alfombras, como tampoco lo hizo el suizo cuando se sentó en la silla caliente que dejó unJoaoHavelangeseñalado hasta tener que devolver cargos honoríficos y dinero.

El Mundial que se cerró en Río deJaneiroel pasadodomingo fue el triunfo del equipo por encima de lasindividualidades. Ningún jugador se asomó con fuerza alestrellato, ninguno destacó, pero reconocer que el mejor ha sidoMessies un error. Da la sensación de que el nombre del ganador estaba escrito nada más terminar la primera fase. Una fase de grupos en la que cosechó tres reconocimientos como mejor jugador del partido.

Ninguno ha destacado por encima.Robbenfue a menos,Neymardesapareció a base de goles y delrácanoplanteamiento de su seleccionador, James Rodríguez se quedó en cuartos yNeuer,Schweinsteiger,Müllero Lahm(el mejor para mí) no venden o eso debe pensarFIFAcomo para ser designados como los mejores del Mundial.

Messicierra el Mundial sin pena ni gloria más allá de los premios dados porFIFA. Tuvo la gloria al alcance de su mano, pero no está, es otro. El argentino ha disparado en veintidós ocasiones, diez de ellos entre los tres palos. En la final repitió lo hecho en el penúltimo partido. Apenas pisó el área de Alemania, pasando más tiempo en el centro del campo y en ocasiones más cerca de su portería que de la rival. Selecciona sus apariciones, tal y como demuestran los datos deCastrolpara laFIFAy cada día se aleja más de las zonas de peligro. No lo quiere. Ojalá pronto vuelva ese jugador que era capaz de marcar cuatro goles y, al partido siguiente, otros cuatro. El fútbol le espera, pero todo tiene una fecha de caducidad.

Mientras la selección argentina al pleno, y conSabellaal frente, esperaba el triste lance de pasar por el palco y recibir esa medalla que reconoce haber sido espectadorprivilegiadode la victoria alemana en el Mundial, los altavoces de Maracaná dieron la voz de alarma al anunciar que el elegido como mejor jugador de la Copa del Mundo había sido LeoMessi. Ni él mismo se lo creía, ni le apetecía lo más mínimo subir a recoger ese Balón de Oro queFIFAdecidió que fuera a parar a manos del argentino. Menos aún cuando, ironías del destino, el organismo que rige los destinos del fútbol mundial decidió no incluirle en el once ideal del torneo.

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