La hipocresía de los clubes y la justa sanción al Cholo Simeone

Primer escenario polémico de la temporada y todo vuelve a ser como antes. Regresan los lamentos, las manos a la cabeza por una u otra decisión de los diferentes Comités, pero durante todo el verano ni dirigentes ni periodistasalzaron la voz pidiendo un cambio de este Comité o de aquella línea del reglamento. Todos de acuerdo y mientras no me toque a mí, bien está, pensaron todos.

Simeone, en un alarde antideportivo del que se arrepintió una vez terminado el partido ante el Real Madrid, le dio un par de collejas al cuarto árbitro que, por cierto, no movió ni una ceja al más puro estilo guardia del palacio de Buckingham. La pérdida de papeles le valió ser expulsado y recibir un duro castigo en forma de ocho partidos de sanción.

Todo ello quedó reflejado en el acta, lo que invitaba a pensar que la pena iba a ser la que ha sido. Ni más ni menos por muchos que algunos recuerden el dedo de Mourinho y otros capítulos. El pisotón de Stoichkov a Urízar es el último episodio que se recuerda de un jugador o técnico de Primera menospreciando de tal manera a un árbitro o juez, no olvidemos este detalle. Simeone pidió disculpas en un gesto que le honra, pero la sanción ya bajaba desde Las Rozas con dirección al Calderón.

Minutos después y en medio de una pelea por ganar la posición con inicial agarrón de Godín, Cristiano Ronaldo también perdió los papeles lanzando tres puñetazos al uruguayo. El colegiado, Fernández Borbalán, ve la acción y amonesta al portugués con tarjeta amarilla. Tal cual. Protestas, pero el árbitro considera que no ha existido la agresión que luego se vio por televisión.

Indignación atlética, jugadores que piden justicia, aficionados que comparan lo hecho por CR7 con lo de Simeone y piden una sanción salvaje, esa misma que los clubes que forman parte de la LFP no quieren que haya. Los dirigentes de los equipos del fútbol profesional español no quieren, repito, no quieren denunciar. Buscan que el Comité no entre de oficio para evitar que un día de estos ellos sean los perjudicados. Ni más, ni menos. Y por supuesto no van a denunciar al de al lado, a ese mismo con el que horas antes han compartido mesa y mantel.

Ante este escenario, la vida sigue igual. Nada ha cambiado y qué casualidad que nos acordemos de los Comités cuando Santa Bárbara vuelve a tronar. Y mientras, durante el verano, nadie ha pensado que esto se repetiría. ¿O es que no interesa que deje de pasar? Me inclino por lo segundo.

Por cierto, con el reglamente en la mano y la interpretación que suele hacer el Comité, Simeone está bien sancionado, ya sabe que no puede irse a la grada a seguir dando instrucciones. Sanción justa, pero al que termina haciendo daño es al club que le paga. En mi opinión, estas sanciones deberían tocar el bolsillo. Igual algunos comportamientos desaparecían. En el camino se han quedado cuatro partidos a Cristiano Ronaldo, pero como nadie denuncia...