Carlo Ancelotti ya sabe que el once elegido debe ser el de la final de Cardiff

El Real Madrid se está acostumbrando a iniciar las temporadas sumido en un mar de dudas y con la primera crisis de la campaña al poco de iniciarse la misma. El primer parón liguero propiciado por los partidos de selecciones se está convirtiendo en el momento ideal para que la entidad madridista y sus dirigentes aprendan a convivir con momentos de tensión que en algunas ocasiones se repiten a lo largo del año, pero nunca con la virulencia de estos días.

En estos últimos cuatro años, el Real Madrid ha visto cómo en los primeros días de competición se ha tirado una Liga, cómo Cristiano Ronaldo proclamaba su tristeza, cómo Mourinho se liaba a gritos con sus jugadores en el Ramón Sáchez Pizjuán, cómo se encendía el 'debate Casillas' sin el portugués de blanco, cómo su excompañeros se hacían fotos con la camiseta de Özil a manera reivindicativa y cómo el vestuario tenía que invitar a Ancelotti a una reunión para aclarar conceptos y el sitio de cada uno. Esas crisis se saldaron con títulos (Liga y Champions incluidos) y con el adiós anticipado de la 'era Mourinho'.

Pues bien, una temporada más, el Real Madrid y Florentino Pérez tienen que lidiar momentos complicados antes de empezar lo bueno. Las salidas deDi María y Xabi Alonso no preocupa lo más mínimo en el Bernabéu. Cero. El argentino estaba sentenciado y pese a ello se le invitó a continuar. El resto ya lo saben, uno dice yel otro contesta, pero el que se reunió con el Mónaco en diciembre fue Di María y el que exigió ganar ocho millones de euros, dejando atrás a jugadores como Ramos, fue el ex del Benfica.

En el segundo caso, el de Xabi Alonso, el matrimonio, la extensión del contrato, fue algo de conveniencia. Ni más ni menos. El centrocampista pidió dos años y se los dieron por su correcto comportamiento en los años anteriores, pero una y otra partesabían que ese contrato, el que finalizaba el 30 de junio de 2016 no iba cumplirse nunca. Y lo demostró Xabi aceptando la oferta del Bayern, la que buscaba y no aparecía, pero también lo dejó patente el club, abriendo la puerta sin mayor problema.

Lo que preocupa es la triste imagen del equipo, ese desvanecimiento sufrido sin explicación alguno. Lo buscan, pero no lo encuentran más allá del carrusel de cambios propiciados por las rotaciones de este extraño inicio de campaña. Ancelotti duda con el once y con la manera de jugar. Lógico, pero ya sabe que el once que funciona, el que al menos ha demostrado que sabe ganar, es el de Cardiff.

Ahorael italiano tiene que encajar piezas. El cómo y el quién. Los once elegidos parece que no dejan lugar a dudas, pero el problema es dónde. Por la mente del técnico ha pasado cambiar, volver al 4-2-3-1 e incluso lo de cambiar de posición a Bale y a James, pero todavía no ha decidido, como tampoco tiene claro el nombre del portero que terminará la temporada como titular. Casillas la ha empezado, pero hay apuestas sobre el cambio de dueño. En cuanto al dibujo, dicen que es lo de menos, dicen que terminará jugando con dos puntas. Ronaldo y Benzema. Veremos.

Pidió a Chicharito y ya lo tiene. El mexicano viene como suplente, pero Ancelotti quería que Benzema tuviera presión, que sintiera en el cogote el aliento de alguien y que demostrara que tiene sangre. El problema puede llegar en el momento que el mexicano demuestre que está para algo más que para jugar veinte minutos por partido. ¿Sentará a Benzema?