El Barça de Tito mantiene sus constantes mientras Rosell ahorra para Neymar

La abrumadora puesta de largo del equipo de Vilanova ante la Real Sociedad metió en la cama antes de tiempo a más de un crítico que aguardaba expectante el primer descarrilamiento del nuevo maquinista azulgrana. Parece entenderse que Tito, cuando se le distancia de Pep, ha vivido los últimos cinco años, cuatro en la elite más otro en el filial, en una frecuencia remota a la de Guardiola. Sin embargo, la casi totalidad de los aciertos eran consumados en comunidad, gran parte de los errores eran consonantes y la línea de separación entre la bicefalia que ordenaba el vestuario se estrechaba algo más con el presente que con el exitoso pasado, aunque sólo fuera por el rango o jerarquía que impera en cualquier camerino. Con todo, antes y después, los técnicos mantienen las constantes que les ofrecen sus subordinados. Los futbolistas son los que engrandecen a quienes miden con escuadra y cartabón las relaciones, actuaciones, presencias y secuencias para determinar el devenir positivo del grupo. Si todos conducen en la misma dirección y el entrenador es capaz de que el rebaño esté unificado, más feliz resultará el negocio. Si se descarría la manada por comportamiento, el pastor puede acabar sin trabajo.

Con esta principal premisa, negocio y comportamiento, se trabaja en gran parte de los clubes. Se trata de comprar en buenas condiciones económicas mientras se busca escudriñar la personalidad del protagonista, al margen de sus públicos movimientos en el césped. Se trata de que encaje en el ecosistema del vestuario. Por eso, los pesos pesados, comandados por el capitán Puyol, predicaron al cuerpo técnico y a la dirección deportiva para la contratación de Javi Martínez. Lo conocen de la Roja, aplauden su carácter y premian la versatilidad que desarrolla en el campo. De Alex Song, sólo Fábregas podía opinar de este oculto aspecto. Quizá se fían del constante trasiego que ha provocado el traslado Londres-Barcelona. En una docena de años, el FCB ha depositado más de ciento cincuenta millones de euros en las arcas de los ‘gunners’: Overmars, Petit, Van Bronckhorst, Hleb,  Henry o Cesc, incluso otros, como Sylvinho, compartieron también camiseta aunque el brasileño con la estación intermedia de Vigo. El desembolso por el camerunés, veinte millones, es la mitad de lo que deberían haber resuelto por Javi. Si además, terminan adquiriendo un zaguero central, se interesaron en Daniel Agger, pero el Liverpool no se lo quiso vender ni al Barça ni al Manchester City, y en el joven camerunés N’Koulou de 22 años del Olympique de Marsella, la cantidad se dispararía a casi lo mismo que marca la cláusula de rescisión del polivalente navarro. Evitar el desgaste que hoy sufre el Bayern de Múnich frente a la pertinaz directiva de Ibaigane es lo que obligó a variar el rumbo y a no consentir ante el núcleo duro del vestuario, entrenador incluido. Quizá influyó también el no desmembrar la caja frente a la pretendida inversión del próximo verano.

La labor de Vilanova y su cuerpo técnico es mantener enchufado al grueso de la cuadrilla. Con una hoja de ruta dónde los cambios no van acorde con su personalidad, cuantas menos caras nuevas mejor para su doctrina, el principiante mandamás mantiene el pulso con el triunvirato que domina. Puyol y Xavi irán dosificando la temporada, con Valdés como guardián de todo. El entrenador ha decidido desterrar desde el principio los malos entendidos con los dos ‘díscolos’ del curso pasado. Piqué ya demostró en Polonia y Ucrania que es consciente de su exigido nuevo rol y Alves, tras pasar factura pública al ático, se rinde al reconocer que en ningún sitio mejor que en el Camp Nou. El primer mandamiento que se ha impuesto Vilanova es recuperar la línea de crédito en forma de gol. Si la recuperación de David Villa devolverá parte, la confianza que demostrará en Pedro retornará al canario a la primera línea de fuego. El vértice lo cierra Alexis que debe confirmar el aceptable estreno. Por aquí la negativa a firmar un delantero más tal y como presionó la Junta directiva. Ni Zubizarreta ni Tito entendían necesario el plan del punta por dos motivos: por lo difícil que supone adaptarse a la sombra de Messi -Etoo, Ibrahimovic, Bojan son suficientes ejemplos- y porque en el ‘staff’ deportivo son conscientes del sueño del presidente.

Neymar no saldrá de Brasil al menos hasta 2013. Diferentes acuerdos comerciales provocan que permanezca en el país hasta el final del presente curso. Incluso, otras fuentes apuntan a que no será hasta después del Mundial cuando salte a Europa porque es una de las imágenes más solicitadas en el territorio americano y su exposición con el evento futbolístico al fondo es el mejor reclamo para las marcas que lo patrocinan. En todo caso, Sandro Rosell no va a consentir que Neymar vista otra camiseta que no sea la azulgrana. Su vinculación con la patria brasileira le impulsa a no rendirse ante la afrenta blanca o la cualquier otra entidad. El Santos, mientras mantenga al futbolista mínimo un año más, ocupa un espacio tranquilo porque asume que está obligado a vender. El acercamiento definitivo con club y jugador se produjo a principio de este año declarándose lealtad para cerrar el acuerdo. Unos meses después, podíamos ver a Neymar en un yate de lujo de seis millones de euros y veintitrés metros de eslora. Algún cachondo que conoce uno de los cuatro camarotes-suites descubre que ya existe en el barco un escudo del Barça.   

P.D. Si el Bayern termina pagando la cláusula de rescisión de Javi Martínez y penetran 40 millones de euros al contado en la caja fuerte de Ibaigane, ¿hacia qué lugar o lugares se dirigirán los movimientos en forma de fichajes de la presidencia del Athletic? ¿Qué clubes se verán afectados? ¿Duermen tranquilos la Real Sociedad y Osasuna, destinos predilectos del poder de San Mamés? ¿Destinarán ese considerable desembolso en sacar futbolistas ‘a la fuerza’? El paso de las horas desnuda por momentos cualquier explicación razonable que sostenga la determinación firme de una acorralada Junta directiva.