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España ensaya el camino a Brasil con variantes 'falsas' de central y de ariete
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Antonio Sanz

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España ensaya el camino a Brasil con variantes 'falsas' de central y de ariete

Vaya por delante el absoluto acatamiento a la doctrina ‘delbosquista’ por el éxito de su transición derivada en el encadenamiento de triunfos más rutilante de la

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España ensaya el camino a Brasil con variantes 'falsas' de central y de ariete

Vaya por delante el absoluto acatamiento a la doctrina ‘delbosquista’ por el éxito de su transición derivada en el encadenamiento de triunfos más rutilante de la historia de nuestro fútbol. Y siempre acertando. Y siempre inexpugnables sus decisiones regateando a las críticas (escasas) de la opinión pública. Estamos ante el seleccionador menos contestado de siempre. Y España ganando y convenciendo. Sólo alguna cuita menor, alguna desventura huérfana de exigencia, algún quítame allá esas pajas de nada que concluye en otro acierto táctico o en premio para el entrenador al clavar el relevo en las piezas del tapete verde. Del Bosque encara el que parece será penúltimo reto en su dilatada carrera como técnico: clasificarnos para el Mundial de Brasil. Una vez allí, y con la Copa Confederaciones como test previo, nos prepararemos para todo. Porque esto es deporte y defender título implica convertirse en el enemigo a batir.

El cuerpo técnico de España ha mostrado en los entrenamientos algunas de sus ideas de cara al partido en Bielorrusia. Unos días después toca Francia en el Vicente Calderón, al tener la Federación Española castigado al Real Madrid por su intransigencia mostrada impidiendo que el Santiago Bernabéu acogiera la última final de Copa del Rey entre el Athletic y el Barça. Hablábamos de que Del Bosque trabajó, podría no ser más que un ensayo estéril, con dos variantes, una repetida y otra novedosa, coloquialmente denominadas falsas. Se acuñó el término del falso ‘9’ durante la Eurocopa de Polonia y Ucrania -una alineación sin delantero centro referencia- cuya variante resultó acertada al culminar la Roja con el título, aunque la ironía del fútbol otorgó la bota de oro del campeonato a un ariete español. En la otra, esta vez, las lesiones de Puyol y Piqué han dejado deshabitado el centro de la zaga. Ni se ha tirado de la Olímpica -Botía o Domínguez- ni se ha querido debilitar a la sub-21 -Íñigo, Amat o Bartra, a quien tampoco Vilanova respaldó en el clásico-. Se ha optado por aprovechar la opción Bielsa -Javi Martínez- y por probar en la zona a Busquets, deshaciendo en el experimento una de las armas indisolubles del seleccionador -el doble pivote-.

En las tripas de la Roja se debate también sobre este asunto. No termina de convencer la persistencia táctica en determinados partidos del tándem intocable conformado por Alonso y Busquets. Entienden algunas piezas destacadas del vestuario que quizá esa sobreprotección defensiva es excesiva, aunque Del Bosque prefiere hacer caso omiso a las sugerencias que le llegan desde su propia caseta. El míster lo tiene claro. Vicente escucha, analiza y decide mantener y aportar espacio a su idea: en las últimas convocatorias refuerza esa demarcación con la presencia de Beñat, sacrificando, por ejemplo, a hombres de vuelo más ofensivo, como es el caso de Juan Mata. Por eso, curiosa la compañía de Sergio Ramos en el eje, aunque resultara a modo de ensayo (faltaría más que ahora no pudiera probar soluciones ante las lesiones que han azotado esa demarcación).

En lo que insiste el cuerpo técnico es en repetir actuación sin delantero centro. De cara al doble envite de este parón, aparecen informaciones que sitúan en uno de los dos partidos una alineación con goleador y otra sin él. Cesc mantiene el pulso ganado en el último torneo frente a Torres, Soldado y Villa, aunque el asturiano ha sido más letal penetrando y encontrando el gol desde la banda izquierda cediendo la referencia a otro compañero. Llorente, en nada ayuda su próxima salida del Athletic porque aguarda desde el banquillo la ocasión para recuperar la titularidad perdida, y Negredo, ha pasado de ser titular en la semifinal del campeonato ante Portugal a desaparecer en las dos últimas citas, son ahora los delanteros que rotan. La fuerza de esta variante se encuentra en nuestra poderosa segunda línea. Silva, Cazorla, Iniesta o Pedro, sin olvidar al propio Fábregas, irrumpen con autoridad para ver puerta con una facilidad suprema.

Bielorrusia se presenta arropada con el cartel del Bate Borisov, que aportó la gran sorpresa al derrotar por primera vez en su historia al poderoso Bayern de Múnich en la Liga de Campeones. Aquel partido tuvo un claro dominio germano, pero el contragolpe destrozó a los de Javi Martínez. Ese es el peligro del primer día. En el segundo nos espera la nueva Francia de Deschamps. Con o sin variantes atrevidas en la defensa, continuar con falso ‘9’ o continuar con delantero de serie, el caso es que España ofrece todas las garantías de victoria. A Del Bosque y a sus jugadores todo les sale bien. Es la fuerza de un grupo que fija el nuevo objetivo en Brasil. A ver quien se atreve a frenar en seco a esta generación inmaculada.

Vaya por delante el absoluto acatamiento a la doctrina ‘delbosquista’ por el éxito de su transición derivada en el encadenamiento de triunfos más rutilante de la historia de nuestro fútbol. Y siempre acertando. Y siempre inexpugnables sus decisiones regateando a las críticas (escasas) de la opinión pública. Estamos ante el seleccionador menos contestado de siempre. Y España ganando y convenciendo. Sólo alguna cuita menor, alguna desventura huérfana de exigencia, algún quítame allá esas pajas de nada que concluye en otro acierto táctico o en premio para el entrenador al clavar el relevo en las piezas del tapete verde. Del Bosque encara el que parece será penúltimo reto en su dilatada carrera como técnico: clasificarnos para el Mundial de Brasil. Una vez allí, y con la Copa Confederaciones como test previo, nos prepararemos para todo. Porque esto es deporte y defender título implica convertirse en el enemigo a batir.

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