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El bueno -Mendilibar-, el feo -Anquela- y el malo -Montanier- o cómo vivir en el alambre
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Antonio Sanz

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El bueno -Mendilibar-, el feo -Anquela- y el malo -Montanier- o cómo vivir en el alambre

Han transcurrido diez jornadas de Liga en Primera y la pólvora recorre las posaderas de, al menos, tres entrenadores. Ni ha vencido el primer tercio del

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El bueno -Mendilibar-, el feo -Anquela- y el malo -Montanier- o cómo vivir en el alambre

Han transcurrido diez jornadas de Liga en Primera y la pólvora recorre las posaderas de, al menos, tres entrenadores. Ni ha vencido el primer tercio del campeonato y los remolinos se desarrollan en, al menos, tres escenarios, con un cuarto que escapa momentáneamente del desazón porque la situación institucional de división interna en la propiedad preocupa más a los dirigentes que la opereta de cada semana en el césped. En la incontestable ley de los resultados ahora tiembla más la mano. El capítulo de cada temporada ha variado ligeramente con la crisis económica: las destituciones ya no son consentidas tan alegremente, pero, aún así, sonríen más o menos a una decena de profesionales. Otros, los que aguardan turno, desesperan en la espera y ansían retornar al sufrimiento semanal conscientes de que ocuparán puesto cuando se corte la cabeza del colega, tal y como antes algún día cortaron la suya. La nómina de entrenadores crece mientras los clubes siguen siendo los mismos, o incluso menos ya que alguno se ve en la tesitura de cerrar por el impago de sus deudas vencidas. Y digo que aumenta porque el lunes día 5 arrancó en la sede de la Federación Española en Las Rozas una nueva remesa de aspirantes para lograr la licencia UEFA ‘Pro’ y, tras el consiguiente aprobado, poder dirigir a cualquier club de cualquier categoría adscrito a cualquiera de los cincuenta y tres países integrantes de la unión europea del fútbol.

Entre las materias que impartirán los profesores se encuentran la docencia de técnica individual y colectiva, el desarrollo profesional del cargo, lecciones de preparación física, de anatomía, de fisiología o los primeros auxilios. Entre quienes buscan seguir ligados al fútbol, ahora en situación de alumnos aventajados, esperemos que resulten tan aplicados como cuando ejercían de futbolistas, nos encontramos con un once imaginario y muy ofensivo que competiría de tu a tu en nuestro torneo: Ricardo; Benjamín, Iván Helguera, Santamaría, Larrazábal; De Paula, Baraja, Albert Luque; Morientes, Salva Ballesta y Diego Tristán. Estos ya ilustres veteranos están acompañados en los pupitres por Javier Miñano, el preparador físico campeón del mundo y de Europa con Vicente del Bosque, que ha decidido acometer también el curso. Desconozco si hasta el uno de diciembre -fecha en la que concluye este periodo en la Ciudad del Fútbol-, y entre las nociones a impartir, se hablará de cómo vivir en el alambre, tal y como ahora les sucede a Mendilibar, Anquela y Montanier.

‘El bueno’ de José Luis Mendilibar no se cree lo que está viviendo en Pamplona. Tras su inicial formación como técnico en Lezama en el segundo tramo de la década de los noventa, optó por saltar a Segunda B dirigiendo al Aurrerá y al Lanzarote. Un cuarto puesto en el Eibar, quedándose a una victoria del ascenso a Primera en el que resultó su estreno en la LFP, le valió al curso siguiente el banquillo de San Mamés, al que sólo se pudo agarrar diez partidos. La estación posterior en Valladolid, con ascenso en las alforjas, le sirvió para firmar en Osasuna en febrero de 2011 como sustituto de Camacho, terminando noveno en la clasificación. Pero si la memoria no fuera tan frágil en el Fútbol nadie discutiría hoy a Mendilibar, pese a presidir el vagón de cola con cinco puntos de treinta y una victoria en diez partidos. El séptimo puesto pasado con 54 puntos y a partido y medio de clasificarse para competición europea es ya presa de las hemerotecas. La carencia de gol respecto al envite pasado -Raúl García (11) e Ibrahima (7)- le condena en el último puesto. El apoyo incondicional de la dirección deportiva, consciente de la falta de un goleador, no será suficiente, más cuando el abogado Miguel Archanco, nuevo en la plaza presidencial, ha confirmado su continuidad en lo que supone el primer aviso antes de ser enviado a corrales. Mendilibar visita a otro colega en apuros: Pochettino, quien vive más firme porque los que mandan en el Espanyol están más pendientes de dominar el Consejo de Administración que de preocuparse por la acción deportiva. Sin embargo, uno de los dos acabará tocado, sino hundido.

‘El feo’ de Juan Antonio Anquela cambió lo bueno conocido por lo malo por conocer. Creyó que era el momento de cambiar de aires, de experimentar en la máxima categoría tras una década aspirando a merecerlo. Su salida de Alcorcón, a quien ubicó en una atracción de emociones con promoción de categoría y meneo al mismísimo Real Madrid, quedó emborronada en el adiós donde aún guardan el resquemor de la despedida por el feo que supuso no responder a la propuesta de renovación que languideció sobre la mesa de reunión. Con el acuerdo verbal en el bolsillo desde antes de junio, llegó a dialogar con el presidente Pina antes de firmar éste a Abel Resino tras la caída de Fabri, aterrizó en Granada con la seguridad de rubricar dos años de contrato. No obstante, el arranque se ha convertido en una decepción con ocho puntos alcanzados previo a rendir tributo al Betis de Champions, situación que lo coloca en una tesitura incómoda. Quique Pina ha declarado que no va a llegar hasta 2014, fecha final del documento, sino que seguirá ligado al Granada un año más. El tiempo de formación en Jaén o las duras experiencias en Huesca o Melilla hacen fuerte a quien rozó el cielo en un club dormitorio de Madrid.

‘El malo’ de Philippe Montanier es quien lo tiene más crudo porque la propaganda mediática que discutió su extraño fichaje le ha hecho definitivamente la cruz. El presidente Aperribay depositó quinientos mil euros en la sede del Valenciennes FC para que el galo quebrase el contrato y pudiera firmar por la Real Sociedad tras una carrera profesional menor. Los medios franceses hablaron de que rechazó al Girondins de Burdeos o al Auxerre, clubes potencialmente más importantes en la Liga de su país, para experimentar en San Sebastián. En su estreno ya fue cuestionado, pese a que cumplió con las directrices marcadas: conservar la categoría -acabó duodécimo a seis puntos del descenso- y reflotar la cantera -con él debutaron en Primera Iñigo Martínez, Cadamuro y Rubén Pardo, además de dar continuidad en las alineaciones a Illarramendi-. El poderoso Málaga mide su destino después de que el dirigente donostiarra le colocará un balón en la escuadra a quien fue en su día portero: “apoyo al técnico, pero lo puede y lo tiene que hacer mejor”. ¡Saca esa Philippe!

Han transcurrido diez jornadas de Liga en Primera y la pólvora recorre las posaderas de, al menos, tres entrenadores. Ni ha vencido el primer tercio del campeonato y los remolinos se desarrollan en, al menos, tres escenarios, con un cuarto que escapa momentáneamente del desazón porque la situación institucional de división interna en la propiedad preocupa más a los dirigentes que la opereta de cada semana en el césped. En la incontestable ley de los resultados ahora tiembla más la mano. El capítulo de cada temporada ha variado ligeramente con la crisis económica: las destituciones ya no son consentidas tan alegremente, pero, aún así, sonríen más o menos a una decena de profesionales. Otros, los que aguardan turno, desesperan en la espera y ansían retornar al sufrimiento semanal conscientes de que ocuparán puesto cuando se corte la cabeza del colega, tal y como antes algún día cortaron la suya. La nómina de entrenadores crece mientras los clubes siguen siendo los mismos, o incluso menos ya que alguno se ve en la tesitura de cerrar por el impago de sus deudas vencidas. Y digo que aumenta porque el lunes día 5 arrancó en la sede de la Federación Española en Las Rozas una nueva remesa de aspirantes para lograr la licencia UEFA ‘Pro’ y, tras el consiguiente aprobado, poder dirigir a cualquier club de cualquier categoría adscrito a cualquiera de los cincuenta y tres países integrantes de la unión europea del fútbol.