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El 'estilo Von Karajan' retornó al Camp Nou cuando España lo precisa en París
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Antonio Sanz

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El 'estilo Von Karajan' retornó al Camp Nou cuando España lo precisa en París

Mucho se ha cacareado respecto a qué problemas envolvían el fútbol del FC Barcelona tras pender su destino en la ida de la Champions y ser

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El 'estilo Von Karajan' retornó al Camp Nou cuando España lo precisa en París

Mucho se ha cacareado respecto a qué problemas envolvían el fútbol del FC Barcelona tras pender su destino en la ida de la Champions y ser revolcado por el Real Madrid en su propio estadio en la otra eliminatoria copera. Se ha especulado desde la intermitencia silenciosa de Messi a la orfandad prestada por Tito pasando por acciones desacertadas en la defensa del juego, el rendimiento del portero que ha optado por abandonar la causa o la falta de hambre, fervor o pérdida de ambición en algún rincón del camerino. Con alguna certera de las situaciones enunciadas, el desarrollo en la dolencia muscular de Xavi Hernández se convirtió en el verdadero talón de Aquiles del Barça. Consciente de su rol, sabio, experto y entusiasta dentro del vestuario, el mediocentro decidió también repartir posiciones en la sala de prensa y abanderó el mensaje que caló sin fisuras entre sus compañeros: “A este equipo le falta una remontada”. Dicho y hecho. Xavi comandó a unos, estiró de otros y espabiló a los más retraídos para terminar aplaudiendo la generosidad de todos en una noche dónde no se echó de menos la falta de dirección de Vilanova.  

Descubrir el liderazgo que ejerce Xavi (con la soberanía de Puyol) sobre el grupo no desvela nada oculto. La llamada autogestión de grupo, surgida a consecuencia de la enfermedad de Tito, provocó que los caudillos de la caseta se vieran señalados cuando se precipitaron los malos resultados. A Roura se le empezó a ajusticiar sencillamente por unos tropiezos justificables -puedes perder en Milán y el Real Madrid dejarte en la cuneta-. Sin embargo, Roura, que no se sale del carril encomendado, se transformó en la mejor diana para la feroz crítica que decidió arrastrar también a Messi y, con ellos, a quienes habían solicitado a la Junta Directiva esperar el desenlace sin cambios: los capitanes. Con todo, la vuelta ante el AC Milan se antojaba determinante para frenar el caudal de lamentos que amenazaba con destruir el futuro más inmediato del Barça. Por eso, Xavi se obligó a volver al Camp Nou, a costa de recaer, y Messi, con el orgullo herido, despejó a velocidad vertiginosa las voces roncas que ya lo señalaban como señuelo.

 

Pero si el FC Barcelona ha superado un ‘match ball’ apremiante para dulcificar el presente, la Roja se lanza por la cuesta que nos puede conducir sin sobresaltos a Brasil. Para eso necesitamos al mejor Xavi, que se perderá la jornada de este fin de semana porque los riesgos se decidieron vivir en otro escenario. Su empeño en vestir de rojo me recuerda la anécdota del centrocampista de Terrasa en los cuartos de final de la Eurocopa de 2008 tras romper esa psicológica barrera para España. El timonel no había concluido aquella batalla ya que Luis Aragonés decidió reemplazarlo por Fábregas. El cambio lo desconcertó y deslizó su inquietud a algunos compañeros respecto a su posible suplencia en semifinales. El eco de esos comentarios alcanzó a Luis Aragonés. Y así se las gastó el de Hortaleza: “¿Usted es tonto? ¡Cómo no va a jugar contra Rusia!”, zanjó sin aguardar respuesta el técnico que cambió la dinámica de la Selección. Porque si algo tenía claro el técnico madrileño, lo dijo desde el estreno del campeonato, es que el dueño del balón era el dueño del juego, hasta convertir la retórica del toque, toque, toque y encuentre espacios en la seña de identidad del nuevo estilo.

Desde que España cambió la furia por la posesión y Luis metió en la cabeza de los internacionales que debíamos manejar la iniciativa y plantear un fútbol sin miedos, el fútbol de Xavi, los éxitos acompañan a nuestros colores. La consigna del toque se repitió y reiteró tanto que aún hoy queda el vacile en los pasillos del hotel, Cazorla es el más activo, cuando apunta a cualquier compañero con el que se cruza aquello de “toque, Xavi, toque”. El aterrizaje de Vicente del Bosque varió algunos conceptos del dibujo de la Selección. Por ejemplo, la presencia fija e innegociable de Busquets y Alonso en el eje del centro del campo. El seleccionador campeón del mundo ya ha advertido que esa figura es tan dinámica como otras que se desarrollan en diferentes zonas del campo. Sin embargo, Xavi no participa de esta decisión y ha sugerido al cuerpo técnico prescindir de esa dupla como ancla del conjunto. Oídos sordos desde el poder que mantienen ese tándem aunque sea a perjuicio de sacrificar al delantero centro. 

En todo caso, Del Bosque y España necesitan a Xavi para el duelo vital del próximo 26 de marzo en París ante Francia. El estado físico del catalán provocará que se le reserve ante Finlandia para llegar fresco a la fecha marcada en rojo en el calendario de los seleccionados. Con Xavi y su ejercicio de posesión, se considera que Francia puede ser más vulnerable. Sólo una negativa del propio jugador le dejaría fuera de esta cita de suma importancia para 2014. Jesús Paredes, hoy preparador físico del Hércules y entonces ayudante de Luis, lo bautizó en su día como ‘Von Karajan’, porque nadie mejor que él lleva la batuta del juego y la brújula del grupo. Esa destreza es la que necesita la Roja para salir con música del estadio de Francia en Saint Denis.

Mucho se ha cacareado respecto a qué problemas envolvían el fútbol del FC Barcelona tras pender su destino en la ida de la Champions y ser revolcado por el Real Madrid en su propio estadio en la otra eliminatoria copera. Se ha especulado desde la intermitencia silenciosa de Messi a la orfandad prestada por Tito pasando por acciones desacertadas en la defensa del juego, el rendimiento del portero que ha optado por abandonar la causa o la falta de hambre, fervor o pérdida de ambición en algún rincón del camerino. Con alguna certera de las situaciones enunciadas, el desarrollo en la dolencia muscular de Xavi Hernández se convirtió en el verdadero talón de Aquiles del Barça. Consciente de su rol, sabio, experto y entusiasta dentro del vestuario, el mediocentro decidió también repartir posiciones en la sala de prensa y abanderó el mensaje que caló sin fisuras entre sus compañeros: “A este equipo le falta una remontada”. Dicho y hecho. Xavi comandó a unos, estiró de otros y espabiló a los más retraídos para terminar aplaudiendo la generosidad de todos en una noche dónde no se echó de menos la falta de dirección de Vilanova.