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El Atleti afronta el derbi como una ocasión única para romper el maleficio histórico
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Antonio Sanz

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El Atleti afronta el derbi como una ocasión única para romper el maleficio histórico

Después de casi catorce años, el Atleti busca cambiar la suerte de los enfrentamientos con el Real Madrid. Eso sí, que nadie se engañe, se nos

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El Atleti afronta el derbi como una ocasión única para romper el maleficio histórico

Después de casi catorce años, el Atleti busca cambiar la suerte de los enfrentamientos con el Real Madrid. Eso sí, que nadie se engañe, se nos presenta un derbi menor, lo que no significa que se utilice en el Manzanares como acicate para destruir la secuencia más longeva y derrotista de la historia entre los dos clubes más importantes de la capital. Sí, suena a hueco, pero también a real: desde 1999 no gana el Atleti al Madrid en partido oficial. Con el desenlace de la eliminatoria ante el Borussia Dortmund en el horizonte, el partido vive encajado como el jamón y el queso en el sándwich mixto. Además, la tradición profesa que los blancos superan a los rojiblancos con la gorra y que las energías se deben resguardar para el duelo del martes. Ni una distracción, nada de lamerse las heridas en el hogar del vecino. Sin embargo, en la pradera atlética se preparan para romper el maleficio.  

Simeone, cuya máxima amargura desde que preside el banquillo rojiblanco es que aún no ha vencido ni convencido frente al eterno rival, se destapa con consigna: “se trata de ganar o de morir ganando”, aflora al grupo. El técnico argentino se arropa con el lenguaje para instalar en las cabezas de sus jugadores que es la ocasión de celebrar un triunfo que no llega. Se entiende que va siendo hora de detener un túnel del tiempo que angustia a los adultos y que evita cumplir el sueño de tantos niños/niñas. Todos aquellos que han cumplido trece o menos años no han vivido la experiencia de ganar y celebrar algo que se ha convertido en excepcional, tristemente para el escudo. Mientras, padres y abuelos, en esa esencia familiar tan rojiblanca, consienten que ya va siendo el momento de remediarlo. Pero hay algo más en juego. El Atleti puede igualar el segundo puesto de la clasificación a falta de cinco jornadas para finalizar el campeonato, posición que trajinó duramente varias semanas del curso.

Mourinho buscó que se hablara poco del Borussia y más de la décima Copa para así marcharse con honores, tal y como hizo hace tres campañas en el Inter. Con el Chelsea aguardando por tercera temporada consecutiva, en esta ocasión, Abramovich ya le ha marcado a su agente los tiempos económicos. El magnate ruso no está dispuesto a volverse loco por recuperarlo, circunstancia que obliga a Mou a cobrar del Real Madrid alguno de los tres años que le restan por cumplir en concepto de indemnización para acercarse a la cifra que desea en su nuevo contrato. El dueño del club londinense se sentiría satisfecho si firmara, pero el ‘fair play’ financiero le obliga a ajustarse el cinturón más que en otras temporadas. Que se escriba más del futuro que del presente ha podido provocar que el Real Madrid se la pegara en Alemania. Por eso, el entrenador portugués centrará todos los esfuerzos en recuperar a sus jugadores, en otorgar actitud y ánimo al camerino de cara al partido de vuelta. Si se pierde con el Atleti no duele. Si se interrumpe en seco el camino a Wembley destroza de cuajo sus expectativas de fuga.

Puede que en el Calderón volvamos a ver a Iker Casillas debajo de los palos. El capitán ya no esconde su nula relación con el entrenador, si bien la enmascara con el apellido profesional. No se tratan más allá del trabajo, aunque ni de eso ya charlan. En cualquier caso, Diego López podría acabar en la grada este fin de semana, como muchos de los titulares que serán reservados para la remontada europea. Qué curioso, existe la posibilidad de que Mou se encuentre con Courtais en el Chelsea, si el portero, tal y como avanzó Radio Marca, no amplia su vínculo con los ‘blues’, lo que le impediría continuar la formación y progresión en el Atleti. El belga es consciente de que demoler el muro de Cech es a día de hoy tarea infranqueable, por lo que presiona a la dirección deportiva inglesa gracias al excelente rendimiento que demuestra jornada a jornada. Por cierto, Simeone considera vital su concurso y es la única piedra que no desea que toquen del once de la próxima Liga.

En el otro extremo del campo nos encontramos a Diego Costa y a Cristiano Ronaldo. Es probable que a este último lo veamos en el banquillo. El objetivo de Florentino Pérez es acelerar con la renovación del delantero porque es consciente de que cada día que pasa le cuesta un poco más de euros. Sin duda, no atar al luso, en pleno periodo preelectoral, es un asunto de estado mayor. Así se explica que la afición solicite al mandamás que para tranquilidad de todos cierre cuanto antes el futuro de su estrella. Ronaldo, pese al distanciamiento con el presidente, admite que deportivamente nadie más que el Real Madrid puede permitirle mantener viva la lucha con Messi para tratar de derribar al argentino de la cúspide del fútbol, verdadero y único objetivo del luso. Y otro luso-parlante podrá participar en el derbi. Diego Costa recibió una amonestación que desde los despachos se ha borrado. La lupa estará en los movimientos heterodoxos del futbolista. Costa, que se rompió en julio de 2011 el ligamento cruzado anterior de la rodilla en un entrenamiento, preparaba una eliminatoria de la Copa de la Uefa debido a la rebelión del ‘Kun’ y a la marginación de Forlán, con quien no se contaba. Como Falcao seguía en Oporto, al brasileño se le forzó a participar con el equipo con vistas a una venta consumada: al Besiktas turco. El fichaje estaba cerrado con el club de Estambul a expensas del acuerdo con el deseado ariete colombiano. La lesión no sólo destrozó su articulación, también los planes de ingresos del Atleti. Tras la cesión al Rayo, y debido al traspaso de Salvio, se le hizo hueco en la plantilla. Su conducta en el campo recibe un río de críticas ajenas, mientras desde dentro se pelea con recursos para habilitar su concurso. No descarten que esa conducta que hoy se defiende sea la causa que explique su salida el próximo mes de junio.    

Después de casi catorce años, el Atleti busca cambiar la suerte de los enfrentamientos con el Real Madrid. Eso sí, que nadie se engañe, se nos presenta un derbi menor, lo que no significa que se utilice en el Manzanares como acicate para destruir la secuencia más longeva y derrotista de la historia entre los dos clubes más importantes de la capital. Sí, suena a hueco, pero también a real: desde 1999 no gana el Atleti al Madrid en partido oficial. Con el desenlace de la eliminatoria ante el Borussia Dortmund en el horizonte, el partido vive encajado como el jamón y el queso en el sándwich mixto. Además, la tradición profesa que los blancos superan a los rojiblancos con la gorra y que las energías se deben resguardar para el duelo del martes. Ni una distracción, nada de lamerse las heridas en el hogar del vecino. Sin embargo, en la pradera atlética se preparan para romper el maleficio.